Anna Blanco
Practicopedia
Signos que indican si a un gato le gusta (o no) la forma en la que le acariciamos
Parpadear o bajar las orejas son dos reacciones de un gato que muestran si quiere nuestras caricias
Ya hemos dicho en varias ocasiones que los gatos son animales, a menudo, difíciles de interpretar y cuyos comportamientos pueden desconcertarnos, y más si los comparamos con los perros que suelen ser más transparentes a la hora de mostrar sus estados de ánimo. De esta manera, es perfectamente habitual que un gato mientras lo acaricias, de repente te pida que pares amenazando con arañar o mostrando enfado, o bien que se acerque mimoso, interpretemos que quiere caricias para luego mostrarnos, con su reacción, que es todo lo contrario.
Y es que los gatos tienen sus propias formas de mostrar cariño y de socializar y somos nosotros, los que compartimos vida con uno, quienes debemos estar atentos a las señales que emiten para saber si nuestras caricias son bien recibidas o no.
Así, los expertos ponen un claro ejemplo de una situación en la que no sabemos interpretar bien a nuestro gato. Se trata del ritual del saludo que es cuando un gato sociable se nos acerca con la cola levantada y se frota contra nuestras piernas y maúlla o ronronea. Para la mayoría esto se interpreta como que el gato nos pide caricias. Pero no es así, simplemente disfruta acercándose y quedándose a nuestro lado, pero no quiere que le agobiemos con mimos. Dicho esto, ¿damos por misión imposible entender a nuestro gato? Afortunadamente la respuesta es que no necesariamente ya que existen comportamientos o reacciones del animal ante nuestras caricias que, si sabemos interpretarlos, nos ayudarán a saber si debemos seguir o mejor paramos y lo dejamos tranquilo.
Los expertos en comportamiento felino de la Fundación Affinity han elaborado un sistema para conocer el nivel de tolerancia de a las caricias de nuestro gato a nuestras caricias. Se trata de una de ficha descargable en la que podemos anotar cómo reacciona nuestro gato según la zona que acariciemos. Los comportamientos están agrupados según si son reacciones positivas (a nuestro gato le gusta) o negativas (no les gusta por lo que es mejor parar o cambiar de zona). Comprobando la cantidad total de cada una de ellas podemos llegar a saber cómo debemos acariciar a nuestro gato.
çAsí pues, por ejemplo, como reacción positiva que indica que nuestro gato es receptivo están comportamientos como bostezar, acicalarse, parpadear lentamente, tocarnos con la pata delantera o un movimiento lento de la cabeza hacia nosotros, entre otros. Pero, en cambio, si cuando damos mimos a nuestro gato su reacción es lamerse el hocico, bajar las orejas y echarlas hacia atrás o dilatación de las pupilas, entre otras, debemos parar porque nuestras caricias no son bienvenidas.