N. Abril
Practicopedia
Técnicas sencillas para mejorar tu postura corporal
¿Tienes una postura corporal correcta? Es el momento de comprobarlo: ponte de pie junto a una pared. Apoya hombros y nalgas en ella, ¿está la parte de atrás de tu cabeza tocando la pared? Sí, enhorabuena tienes la postura correcta; No, significa que tu cabeza está adelantada y no está en línea con el resto del cuerpo, lo que supone tener en tensión los músculos del cuello y de los hombros…
Y si has conseguido poner la postura correcta ¿eres capaz de mantenerla? Probablemente, no. Es un “mal” muy común —la de los hombros caídos— que, además de antiestética, puede acarrear algunos problemas de salud. No poder corregir esta postura de forma simple puede significar una visita al especialista para que revise articulaciones, músculos y ligamentos. Pero, si simplemente es que no eres capaz de mantenerla el problema es una falta de fuerza y resistencia de tus músculos posturales. Y para este último caso te proponemos algunas cosas sencillas en tu día a día que te pueden ayudar.
Imaginación al poder
Imagina que una cuerda sale de tu cabeza y te lleva hacia el techo; imagina que llevas dibujada una X en tu espalda y no se puede arrugar; imagina que creces, siéntete más alto. Y ahora ¿qué postura tienes? Pues esa en la que estás ahora mismo es la mejor para mantener la espalda recta.
Una cinta en tu ayuda
Si la imaginación no te da para tanto, pon en práctica una de las sugerencias anteriores. Concretamente, la de la X. Pon tus hombros hacia atrás y pide ayuda a alguien para que te ayude a colocarte una cinta en la espalda. Comienza por el hombro derecho, pasando por la cadera izquierda, doblando por la cintura, pasando por la cadera derecha y terminando en el hombro izquierdo.
Un libro en la cabeza
Seguro que has visto esta técnica en alguna peli de hace tiempo donde enseñaban a las niñas a caminar con porte regio o en reportajes sobre modelos, por ejemplo. Realmente, es una buena técnica para mantener la cabeza y el cuello rectos y que los hombros no estén caídos. Si además levantas la mirada… ya lo tienes: una postura digna de cualquier pasarela.
Frente al espejo
Y para completar el momento modelo puedes mirarte en el espejo. Esta es una buena manera de saber si estamos logrando una buena postura, de saber si estamos alineados y estudiar cómo hacemos para después mantenerlo cuando estemos en otro lado.
Las piernas también juegan
La buena postura corporal no solo tiene que ver con la parte superior de nuestro cuerpo. Las piernas juegan un papel importante, puesto que, son las que sujetan nuestro peso y sobre todo las pantorrillas o gemelos, que son las que más esfuerzos hacen. Para que estén en perfecto estado de revista puedes realizar algunos ejercicios. Por ejemplo, siéntate sobre una superficie dura, estira las piernas y trata de bajar el torso hasta tocar con las manos la punta de los pies. De este modo, estiras bien la espalda, los hombros y el cuello y, además fortaleces los músculos abdominales y… ¡las pantorrillas!
Un poquito de ejercicio extra
Y ya que te has puesto a entrenar. No pares. Tumbado boca arriba, con los brazos levantados gira el torso, 45 grados, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. También, puedes poner una pelota de tenis entre tus dorsales y trata de mantenerla mientras apoyas la espalda contra la pared o una silla. Aguanta treinta segundos y repite el ejercicio cinco veces con un intervalo de otros treinta segundos entre ellos.
Además, te recomendamos que si pasas mucho tiempo sentado te levantes de vez en cuando y camines, moviendo los brazos, levantando los hombros y girando la cadera. También, puedes aprovechar cuando estés sentado para levantar las piernas y mantener la espalda derecha y los hombros relajados.
Al principio te va a costar acostumbrarte, e incluso es posible que te duelan un poco los músculos que intervienen en esto de “estar rectos”, pero te aseguramos que los beneficios que obtienes son mayores que estas pegas iniciales.
Para terminar, te traemos un miniconsejo para poner en práctica.