Toallas, sábanas, trapos de cocina... ¿Cada cuánto tiempo hay que lavarlos?

Aunque no lo creas, estos textiles esenciales para la higiene diaria pueden llegar a ser un foco de bacterias y gérmenes si no los metes con frecuencia en la lavadora. Hoy te descubrimos cada cuántos días es aconsejable y saludable lavar toallas, sábanas o hasta los trapos de cocina con los que te secas las manos cuando friegas o cocinas.

Las toallas

Sales de la ducha y te envuelves en una confortable toalla. Perfecto, pero llega un día en el que esta debe entrar también a la lavadora, ya que las bacterias pueden campar a sus anchas con los restos de humedad, sobre todo cuando no se ventilan o secan adecuadamente. Así, es importante que cada miembro de la familia tenga una toalla propia para secarse y que esta se lave cada semana, más o menos, como recomiendan desde el servicio de alergología del Hospital Ramón y Cajal (@SaludMadrid).

En el caso de las toallas de mano, su uso es frenético. Todos pasan por ellas varias veces a lo largo del día. Por tanto, no seremos unos maniáticos de la limpieza si las lavamos cada 2 o 3 días como máximo.

No queremos asustarte con la cantidad de gérmenes que proceden de las manos (no todas las personas se lavan a conciencia) o que llegan desde el inodoro por el aire debido al simple hecho de tirar de la cadena con la tapa del WC sin bajar.

Las sábanas

Quizás en este caso lo tengas más claro, ya que es evidente que en los textiles de la cama es donde más se acumula la suciedad en forma de ácaros, bacterias, restos de maquillaje, sudor, pelos, saliva, insectos e incluso orina. Ante tal cantidad de agentes externos, es importante cambiar las sábanas cada semana, al igual que los cojines o la funda de la almohada, y airear bien el colchón y la habitación cuando haces ese cambio de ropa. Una frecuencia que será mayor si hay una persona enferma durmiendo sobre esas sábanas o es en una época de altas temperaturas. ​

¿Y qué pasa con los trapos de cocina?

Si quieres que cumplan su función, es fundamental que estén impolutos. Por lo tanto, debes lavar los trapos de casa, los que usas por ejemplo para quitar el polvo de los muebles, cada par de días; mientras que los de la cocina se deben cambiar a diario.