El truco para conseguir más zumo al exprimir las naranjas

Puede que el zumo de naranja sea uno de esos elementos que no puede faltar en el desayuno perfecto. Es ideal para empezar la mañana llenos de vitalidad. Sin embargo, a veces nos quedamos con ganas de más. 

Si alguna vez te has preguntado cómo conseguir más zumo al exprimir las naranjas, hoy te contamos un par de trucos para que lo logres. 

En primer lugar, lo que debes saber es que tan solo usando frío o calor podemos romper las paredes membranosas que albergan el zumo de las naranjas y conseguir más jugo. De hecho, esta técnica funciona con cualquier cítrico: pomelo, mandarina, limón, lima...  

Las naranjas son frutos no climatéricos, es decir, no siguen madurando una vez se han recolectado. Al contrario de lo que pasa con las peras, las manzanas o los plátanos, una naranja no madurará más en nuestro frutero. De todas formas es importante tener en cuente que el frío o el calor extremo puede echar a perder sus propiedades, por lo hay que tener cuidado al utilizar estos dos trucos:

El truco del calor

Con dar un suave masaje sobre la encimera a nuestras naranjas podemos conseguir más zumo. El traqueteo irá rompiendo poco a poco las bolsas que contienen el zumo y, una vez pasen por el exprimidor, estas ofrecerán más cantidad. El procedimiento es tan sencillo como hacer rodar por la mesa las naranjas, ejerciendo un poco de presión.

Hay otra solución algo más drástica pero igual de efectiva: el microondas. En este caso solo habrá que meter nuestras naranjas durante unos 20 segundos a máxima potencia para obtener más zumo.

¿Por qué sucede esto? Debido al calor, las pequeñas paredes de estos saquitos que contienen el zumo se dilatan hasta romperse y hacen que las naranjas nos den algo más de zumo.

El truco del frío

No solo el calor es una ventaja, sino que el frío extremo también nos puede echar una mano. Como pasa con tantos otros productos frescos, la cantidad de agua que está en ellos hace que durante la congelación se rompan las fibras que los componen.

Así es, hay que congelar las naranjas. Lo que puede ser una desventaja en carnes, pescados o mariscos - sobre todo por esa formación de cristales de hielo - en los zumos de naranja puede ser un gran aliado. Al congelarse, ese agua rompe las paredes de las bolsas de zumo de las naranjas.

De esta forma, tras descongelarlas en la nevera, tendrán más zumo de lo habitual. Sin embargo, tendremos que masajear ligeramente nuestra naranja para que el exceso de frío tras la nevera no merme el zumo final.