El papel film o transparentepuede llegar a desesperar hasta a los más cocinillas: se rompe, parece que necesitas cinco manos para que se quede como quieres... Por eso, para todos aquellos que tienen problemas cada vez que lo utilizan, aquí dejamos un pequeño truco fácil, sencillo y apto para todos los miembros de la familia.
¿Qué es lo que hay que hacer?
Dejarlo helado. Meter el rollo en el congelador y sacarlo solo cuando vayas a utilizarlo.
Aunque pueda parecer una locura, funciona. El frío hace que la estructura molecular del papel cambie, ya que al ser plástico la adherencia que tiene desaparece. Con este truco, que no afecta a los alimentos, dejará de pegarse y envolver se convertirá en una tarea sencilla.
El papel film está hecho generalmente con cloruro de polivinilideno (PVC) o polietileno, que son materiales que tienden a atraer la electricidad estática y de ahí que se adhieran con tanta facilidad a sí mismos y a otras superficies. El frío del congelador elimina esa electricidad, por eso al sacarlo es tan fácil desenrollarlo sin que se pegue y así estirarlo sin problema.
Eso sí, a medida que se caliente volverá a ser igual de pegajoso.
Los usos del papel film
El film plástico es algo más resistente que el papel de aluminio, y al ser transparente nos permite ver los alimentos que almacenamos. Lo único que no protege de la luz y de los olores, al menos de la misma forma que el aluminio. Entre sus ventajas destacan que es moldeable e impermeable, y por todo ello resulta la mejor opción para envolver los alimentos que vayamos a congelar.
Se recomienda a su vez para proteger embutidos, frutas o verduras, principalmente o para tapar los envases, ya que se amolda mejor a los mismos.
Por último, recordar que no se puede emplear para cocinar, a excepción de los plásticos que sean aptos para ello y en los que se especifique. También se recicla en el contenedor amarillo. Al igual que el papel de aluminio se somete a controles de seguridad para poder emplearse con fines alimentarios.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.