Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorCocinar para muchos es un placer, pero también un dolor de cabeza cuando hay que limpiar a fondo la cocina pues, aunque se limpie tras cada paso la grasa que se genera al cocinar, especialmente algunas recetas, acababa metiéndose por diferentes espacios de la cocina a cada cual más difícil de acceder.
En este mismo periódico os hemos contado cómo limpiar a fondo diferentes espacios de la cocina y la casa, hoy te explicamos un truco para limpiar la campana extractora y más en concreto los filtros de la campana, unas piezas con múltiples recovecos a los que es difícil acceder.
Si bien en existen diferentes maneras de limpiar los filtros, en las redes podemos encontrar multitud de trucos y productos para hacerlo, hoy te presentamos un método es sencillo, no requiere de mucho esfuerzo, es rápido y lo más importante no utilizaremos productos abrasivos que perjudiquen el entorno o puedan resultar peligrosos a la hora de manipularlos. Además, es muy eficaz y dejará los filtros como nuevos.
Una de las claves para que cualquier método que utilicemos funcione a la perfección es limpiar la campana con frecuencia, evitando que la suciedad y la grasa se acumule en ella y pueda formar una costra, que siempre será mucho más difícil de quitar, no solo por lo incrustada que esté, sino por lo difícil que pueda resultar acceder a ella. No obstante, si has dejado pasar demasiado tiempo entre una limpieza a fondo y otra, no te preocupes, toma notas de este truco para el que no vas a necesitar productos especiales, seguro que los tienes todos en casa.
Un método sencillo sin necesidad dejar los filtros horas y horas en remojo.
Los filtros también se pueden limpiar periódicamente en el lavavajillas, pero sin abusar ya que al usar productos químicos pueden acabar dañándolos, además de quitarles brillo y depositarse cal en ellos.
Para limpiar el exterior de la campana, puedes pasar un paño o esponja con agua y bicarbonato. No utilices estropajos pues estropearías la superficie. Una vez retirada la suciedad, la grasas y las dichosas huellas, solo será necesario enjuagar y secar bien con papel de cocina para que no quede pelusilla y luzca bien brillante.