El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más utilizados en el hogar, ya que nos permiten ahorrar una gran cantidad de tiempo que podemos emplear en otras actividades, o simplemente nos evitará tener que fregar varios platos y cubiertos cada día. Su uso es muy sencillo, además no requiere de un gran mantenimiento y, si lo utilizamos de forma correcta, incluso puede ayudarnos a reducir el gasto de agua.
Es por ello que se ha convertido en uno de los electrodomésticos más indispensables del hogar, por lo que no poder utilizarlo puede convertirse en una gran molestia. Los aparatos pueden estropearse en cualquier momento, a pesar de que les hayamos dado un buen uso, o puede que simplemente no tengamos lo necesario para hacerlo funcionar, y es que aunque el lavavajillas requiere de muy poco para sacar toda nuestra vajilla impecable, necesitará al menos sus correspondientes pastillas o detergente para poder lavar la vajilla.
Seguramente no es la primera vez que se da la situación en que nos quedamos sin pastillas del lavavajillas. Si no tienes tiempo para ir a comprar a la tienda más cercana, te ayudará saber que hay algunas soluciones caseras que podemos emplear para limpiar igualmente los platos y cubiertos sucios, según indican desde el blog Higiaeco.
Si te quedas sin detergente o pastillas de lavavajillas
Hay algunos productos que pueden funcionar bien como sustitutos del detergente o las pastillas de lavavajillas específicas para la tarea, sin embargo, ten en cuenta que estos productos no proporcionarán el mismo nivel de limpieza y no será adecuado emplearlos por regla general, sino simplemente en caso de imprevistos en los que no tengamos otras opciones.
Bicarbonato de sodio: el bicarbonato de sodio es conocido por sus amplios usos en la limpieza debido a sus cualidades abrasivas, que además ayudará a acabar con los malos olores. Del mismo modo, también puede ser empleado para el lavavajillas, solo tendremos que llenar el cajetín del detergente con este producto y usar el programa de limpieza habitual.
Vinagre blanco: igualmente, la acidez del vinagre blanco ayudará a eliminar la mayoría de los residuos de grasa pegados en la vajilla, solo tendremos que llenar un recipiente con media taza de vinagre y colocarlo en la rejilla superior, no en el cajetín. De esta forma, la fuerza del agua distribuirá el vinagre durante el ciclo de lavado por toda la vajilla.
Jugo de limón: lo mismo ocurre con el jugo de limón, ya que al tratarse de un ácido suave, ayudará a eliminar los residuos de comida y los malos olores. Solo será necesario llenar media taza con jugo de limón, asegurándonos de retirar por completo la pulpa, del mismo modo que con el vinagre blanco, y colocarla en la rejilla superior.
Aunque puede parecer que utilizar el jabón que empleamos para lavar los platos a mano para hacerlo en el lavavajillas puede ser una buena idea si nos quedamos con los productos adecuados para este aparato, lo cierto es que no lo es en absoluto. La razón es que los jabones destinados a la limpieza a mano de los platos están pensados para hacer mucha espuma, por lo que si llenamos el cajetín con estos productos, solo conseguiremos llenar el lavavajillas con espuma, que acabará desbordándose. Si ya lo hemos hecho o nos encontramos alguna vez en esta situación, podremos solucionar el problema poniendo de nuevo los platos en el lavavajillas sin detergente para enjuagarlos y eliminar toda la espuma y cualquier residuo de jabón.
Del mismo modo, tampoco es recomendable utilizar otros productos como detergente líquido para la ropa, gel de baño, champú o limpiadores multiusos, ni utilizar el detergente para lavavajillas para lavar los platos a mano. En cambio, ya hemos visto que las pastillas lavavajillas sí pueden tener otros muchos usos distintos al de su función principal, como limpiar las freidoras de aire o sartenes sucias, el interior del horno, la lavadora, manchas de aceite del suelo o incluso algunas manchas del inodoro.
No utilizar los productos adecuados es uno de los principales errores que se cometen a la hora de utilizar el lavavajillas, que pueden llegar a dañar el aparato y provocar que su uso no sea el adecuado, entre otros, como enjuagar los platos antes, no escoger el lavavajillas adecuado a nuestras necesidades, no utilizar abrillantador o sal, no colocar bien las piezas o introducir otras que no se deben.
En cualquier caso, lo más recomendable, y siempre que sea posible, es utilizar detergentes específicos para el lavavajillas, con los que nos aseguraremos de no dañar el aparato ni la vajilla, y que la limpieza sea efectiva.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.