El truco del vaso de agua para descongelar comida en el microondas

Descongelar y congelar comida es una práctica muy habitual, que permite conservar alimentos. La manera en que realizamos estos dos procesos es muy importante, y aunque en el primer caso, lo mejor es dejar que los alimentos se descongelen en el frigorífico, también podemos ayudarnos del microondas.

Este electrodoméstico cuenta en muchos de sus modelos con una opción de descongelar, pero muchas veces puede pasar que nos pasemos de tiempo y temperatura y terminemos cocinando el alimento. Por eso, la página web de Teka recomiendan meter los alimentos un máximo de 2 minutos, y repetir la operación las veces que sea necesaria.

Ahora bien, también podemos utilizar un vaso de agua para acelerar este proceso sin pasarse de tiempo y conseguir que el alimento se descongele de manera uniforme. Y es que lo que suele ocurrir es que primero se descongelan los extremos de la comida, pero con el vaso de agua evitaremos que esto ocurra porque las ondas del microondas se distribuirán de manera uniforme.

Otra alternativa consiste en añadir un poco de agua al recipiente con la comida y su resultado será el mismo.

Alimentos que nunca deberías congelar

Aunque congelar es una técnica muy socorrida, debemos tener en cuenta que no cualquier alimento debe ser congelado, ya sea porque pierden o se ven deterioradas sus propiedades y su sabor, hacerlo puede llegar a resultar perjudicial para nuestra salud. Estos son los alimentos que nunca deberías congelar:

• Lácteos. No es recomendable congelar leche, nata o quesos blandos, por lo que los lácteos es uno de los alimentos que no debemos meter en el congelador. Además de ser desaconsejable, si lo hacemos adquirirán una consistencia granulosa. Por tanto, lo mejor será consumirlos frescos. La excepción son los quesos más maduros, que sí podremos congelar, envueltos en papel film. 
• Huevos. Igualmente, los huevos deben comerse frescos, y es que al ser ricos en líquido y tener una cáscara semirrígida, si los congelamos se podrían romper con facilidad. La textura del huevo cocido también puede verse deteriorada si lo congelamos. Solo los huevos sin cáscara podrán congelarse, ya que la clara del huevo es la parte que mejor responde a la congelación. Podemos batirlo en crudo y conservarlo en un recipiente hermético. 
• Verduras, vegetales y frutas. Al estar compuestas por una gran cantidad de agua, las verduras y los vegetales no son aconsejables para ser congeladas, ya que se formarán cristales de hielo de gran tamaño que pueden llegar a dañar el producto, dejándolo con un aspecto poco apetecible, e incluso con un sabor distinto. 
• Salsas. Las salsas, como la mayonesa, son alimentos bastante delicados al estar elaborados en algunos casos a partir de huevos, por lo que es recomendable evitar su congelación, o sus propiedades podrían verse alteradas, llegando a suponer incluso un riesgo para la salud. 
• Patatas. Las patatas, al contener almidón, adquirirán una textura harinosa o granulada si las congelamos, que puede llegar a resultar poco apetecible, por lo que también es desaconsejable. 
• Pasteles y tartas. El problema con este tipo de productos se da a la hora de descongelarlos, ya que perderán su textura y consistencia, y su sabor y aroma pueden verse afectados. Por tanto, lo mejor será consumir estos productos frescos y mantenerlos en el frigorífico todo lo que se pueda. 
• Frituras. Las frituras, caracterizadas por su textura crujiente, dejan de estarlo conforme se enfrían. Si, además, las congelamos, perderán por completo esa textura crujiente y dejarán de ser apetecible. 
• Alimentos ya descongelados. Una de las reglas básicas de la congelación es que no se debe congelar un alimento que ya ha sido previamente descongelado, ya que estos pueden estar expuestos al ataque de bacterias en la descongelación, las cuales no desaparecerán si los congelamos de nuevo. Solo conseguiremos dañar el producto.