David Vargas
Practicopedia
Trucos caseros para evitar que las plantas de interior se pongan amarillas
David Vargas
Foto: Bigstock
Jueves 29 de julio de 2021
ACTUALIZADO : Jueves 29 de julio de 2021 a las 11:13 H
4 minutos
Este proceso se conoce con el nombre de clorosis, porque las hojas no producen suficiente clorofila
La clorosis es un problema que padecen muchas plantas de interior, ya que al estar dentro disponen de menos hierro y, en consecuencia, no desprenden su esplendor verde habitual. Así, las puntas de las hojas se vuelven amarillas y quemadas. Además, si vivimos en una zona con aguas duras (la mayoría en la península Ibérica), estamos regando con un agua rica en cal. Esto baja la acidez de la tierra regada, lo que va mal a las plantas de interior. Existen trucos caseros para evitar que esto ocurra, sencillos y rápidos de aplicar. Con ellos vas a conseguir que tus plantas recuperen su tono verde habitual. ¡Te los contamos!
Deja reposar el agua 48 horas
Es un truco sencillo, pero tal vez el menos eficaz de todos. Consiste en dejar el agua para regar en una olla grande durante 48 horas. Con ello conseguimos que haya menos calcio soluble, que se irá precipitando poco a poco al fondo del recipiente. Cuanto más tiempo en reposo, menos cristales de calcio tendrá el agua. A la hora de regar deberemos tener especial cuidado para evitar que se remueva el fondo y vuelva a mezclarse el calcio con el agua. Recomendamos pasar con cuidado el agua a una regadora.
Utiliza posos de café
Los posos de café tienen múltiples usos, también para las plantas, ya que son bastante ácidos y ricos en nutrientes. Así, si son utilizados de manera puntual como capa de abono, conseguirán acidificar el suelo y evitar que las aguas duras suban el pH. El hierro seguirá disponible en forma Fe3+, la soluble.
Acidifica el agua para regar con vinagre o limón
Otro de los trucos consiste en acidificar ligeramente el agua con el fin de bajar su pH. Para ello, echamos el líquido de medio limón a 1 litro de agua y removemos bien para que se mezcle. También podemos utilizar vinagre; en este caso, echamos una cucharada sopera de vinagre a 1 litro de agua y removemos. Dejamos reposar un par de horas y el agua estará lista para regar.
Elabora tu propio abono de hierro
El truco consiste en preparar tu propio líquido de hierro soluble para agregarlo a las plantas y sustituir el que precipita la cal. Solo necesitarás tornillos de hierro o piezas pequeñas que te sobren, una cucharadita de azufre del que se utiliza en huertos para matar hongos, una botella de agua de plástico vacía y un poco de agua destilada. Un proceso muy fácil, pero que no da resultados a la primera, ya que se tarda una semana en obtener un abono líquido en condiciones.