Manuela Martín
Practicopedia
Trucos para limpiar las campanas de acero inoxidable y que no queden huellas
Uno de ellos: aplicar un poco de aceite de oliva con un paño siguiendo la veta
El acero inoxidable está muy de moda en los últimos tiempos. Podemos verlo en multitud de electrodomésticos e incluso en las propias encimeras o paredes de cocinas modernas, ya que se trata de un material no poroso de superficie muy lisa que impide que las bacterias y otros microorganismos puedan proliferar. Sin embargo, aunque parece fácil de limpiar, no siempre es así ya que, si no lo hacemos correctamente corremos el riesgo de dañar la superficie o que presente un mal aspecto.
Aceite de oliva
Las propias marcas de electrodomésticos cuentan con aceites específicos para darles brillo y acabar con las manchas. Estos bastan con extenderlo sobre un paño suave o papel de cocina. Es importante que el producto se aplique siguiendo la dirección de la veta del acero.
Sin embargo, podemos utilizar algo que todos tenemos en casa: aceite de oliva. Un poco de aceite de oliva sobre un paño limpio puede ser muy eficaz para conseguir que nuestra campana extractora luzca como el primer día.
Extiende correctamente por toda la superficie el aceite. Una vez que hayas aplicado el aceite por toda la campana de acero inoxidable, espera unos 15-30 minutos para que el aceite haga su función de hidratación profunda del metal correctamente y retíralo con un poco de papel de cocina o bien con un paño limpio y húmedo.
Agua caliente
Según los expertos una de las mejores formas de mantener limpio el acero inoxidable es pasándole una bayeta de microfibra con agua caliente y jabón.
Limpiacristales
Son muy eficaces para dejar la superficie limpia y reluciente. Sin embargo, en el caso de las campanas extractoras de acero inoxidable es muy importante que seques muy bien el producto si no quieres que se queden las huellas del producto.
Jabón para el acero
Existen jabones específicos para la limpieza del acero. Para un uso correcto te aconsejamos que utilices un paño con agua y este jabón siguiendo siempre la veta del acero. Moja de nuevo el paño y retira el producto de la superficie. Pasa una toallita limpiadora en la dirección de la veta y consigue un acabado óptimo.
Consejos para una limpieza correcta
Evita en todo momento el uso de lejías y estropajos que puedan arañar la superficie.
Utiliza siempre una bayeta o un paño limpio, ya que de lo contrario dejarías huellas en cada pasada, aunque solo estés utilizando agua.
Seca rápidamente la superficie tras cada pasada para evitar que se quede la marca.
Pasa la bayeta siempre siguiendo la dirección de la veta.