Mariola Báez
Practicopedia
Trucos y consejos para mantener tus zapatos de piel como nuevos
Mariola Báez
Foto: Bigstock
Lunes 4 de mayo de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 4 de mayo de 2020 a las 6:22 H
4 minutos
Toca sacar el calzado de invierno y darle un repaso para que resulte cómodo y luzca impecable
Sandalias y zapatillas dan paso a las botas y mocasines que llevan unos meses esperando su turno en el armario. Un zapato fabricado en piel de calidad va a durarte varias temporadas pero tanto el confort que proporcionen a tus pies, como su buen aspecto, van a depender de unos cuidados básicos respecto a su limpieza, mantenimiento y conservación. Eliminar posibles manchas o restos de suciedad, proporcionar a esa piel la hidratación y protección necesarias, que consigan que tus zapatos resulten tan flexibles como resistentes, y guardarlos en el lugar adecuado son las claves para que te duren unos cuantos años.
Gestos sencillos que prolongan la vida útil de tus zapatos
El calzado “sufre” con cada uno de nuestros pasos. Aunque no reparemos en ello, el polvo, la polución, el agua de la lluvia, el posible barro… contribuyen a su deterioro. No cuesta nada eliminar cualquier resto de suciedad antes de guardarlo. Tener por costumbre, pasar a tus zapatos de piel un paño seco, preferiblemente de algodón o un cepillo de cerdas ultra suaves, es algo que deberíamos hacer para que ninguna pequeña partícula quede adherida en ellos.
Punto importante es también la necesidad de aplicar ceras o productos específicos que eviten que la piel se seque en exceso, quedando rígida y pudiendo incluso llegar a cuartearse o resquebrajarse. Si tienes unas buenas botas o un zapato en piel que te queda “como un guante” cuídalo. Solo tienes que aplicar una fina capa de crema o cera incolora (o en el tono adecuado) con un paño. Extiendela bien por todo el calzado y potencia su brillo con ayuda de ligero cepillado. Si no dispones de estos productos, puedes recurrir a cualquier hidratante corporal o crema de manos que tengas por casa, procediendo del mismo modo. Bastará con que realices este pequeño ritual cada 2 -3 semanas, para que la piel de los zapatos que te encantan se conserve suave, flexible y con un aspecto uniforme.
En caso de manchas provocadas por algún líquido que la piel va a absorber con rapidez, debes intentar eliminarlas lo antes posible. Una gota de jabón o lavavajillas de mano, diluida en un paño humedecido, es el mejor remedio. Si se trata de una mancha de aceite, también es conveniente aplicar sobre ella polvos de talco (o en su defecto harina), para frenar la absorción, pero debes hacerlo de manera inmediata. Si la mancha penetra en la piel, va a resultar muy difícil eliminarla sin que se produzca una decoloración en el calzado. Lo mejor que puedes hacer en este caso es recurrir a ceras transparentes que consigan disimularla.
Por último, la humedad y los zapatos en piel no se llevan demasiado bien. No guardes nunca este calzado en su caja si se ha mojado. Lo ideal es dejarlos secar al aire (tampoco los pongas junto a un radiador o estufa) y que permanezcan en su mueble zapatero (no en caja o bolsa) hasta el siguiente uso.