Anna Blanco
Practicopedia
¿Tu gato está estresado? Claves para saberlo y ponerle remedio
Al igual que los humanos, los gatos pueden padecer estrés si se sienten amenazados o inseguros
Los gatos son animales muy especiales y, a veces, difíciles de entender sobre todo si los comparamos con los perros que suelen ser más transparentes a la hora de mostrar sus estados de ánimo. Ahora bien, eso no significa que no sean sensibles o experimenten emociones vinculadas con su entorno. De hecho, los felinos son especialmente sensible a los cambios y necesitan un entorno sano, seguro y estimulante para ser felices. Si no se dan estas circunstancias es posible que nuestro gato sufra de estrés.
El estrés es el mecanismo que se pone en marcha cuando nos vemos envueltos en un exceso de situaciones que superan nuestros recursos para gestionarlas. Experimentamos entonces una sobrecarga que puede influir en nuestro bienestar físico. Y en el caso de los gatos paso lo mismo si no se dan las condiciones óptimas para su bienestar o se siente amenazado. Pero ¿cómo saber si nuestro gato está estresado?
Comportamientos de un gato con estrés
Es importante que estemos atentos a los cambios de comportamiento del gato para así poder detectar a tiempo un posible trastorno por estrés y tratarlo adecuadamente. Estos son los síntomas más comunes:
- Cuando realiza sus necesidades fuera del arenero o en lugares no habituales es una señal de alarma de que el gato no está bien.
- Una de las características más identificativas de los gatos es que se encargan ellos mismos de su higiene personal, dedicando varios momentos del día a lamerse para limpiarse. Pero si el gato se acicala de forma excesiva (mucho más de lo habitual), mostrando una conducta compulsiva, es un síntoma de estrés. Al igual que, por ejemplo, contraer espasmódicamente los músculos de la espalda.
- Cómo y en qué cantidad come también es un buen indicativo para detectar un gato estresado. Así si come menos, deja de comer o, por el contrario, come de forma compulsiva llegando incluso a vomitar, debemos preocuparnos. También se da la circunstancia de gatos estresados que empiezan a comer cosas extrañas como trozos de tela.
- Otro aspecto para estar alerta es si el gato muestra comportamientos agresivos repentinos poco habituales en su forma de ser o utiliza las uñas para marcar más de lo que es habitual.
- Abrir la boca de manera exagerada o continua también es un indicativo de que el gato puede estar estresado así como la caída de pelo en mayor cantidad de lo que es habitual en una muda normal (a veces incluso pueden llegar a formarse calvas).
Cómo actuar con un gato estresado
Si visto lo anterior, consideramos que nuestro gato puede estar estresado es necesario consultar con el veterinario para que nos confirme nuestros temores. Por una parte, para ponerle remedio ya que, si el gato permanece estresado durante mucho tiempo, puede desarrollar enfermedades respiratorias, urinarias o gastrointestinales. Y, a la vez, para que se pueda descartar cualquier otro problema médico.
Una vez confirmado que el problema sea el estrés, deberemos tomar las siguientes medidas (que también son válidas para prevenirlo):
- El gato necesita un entorno seguro y estable, con espacio donde pueda gozar de tranquilidad. Siempre debe tener accesible su alimento y el agua, así como su arenero (todo esto debidamente limpio y en buenas condiciones).
- Además, para evitar el aburrimiento (posible aliado del estrés) debemos procurarle un ambiente estimulante con juegos y rascadores.
- Un gato lleva mal los cambios así que hay que introducirlos de forma progresiva siempre que sea posible y dejarle su tiempo para que se acostumbre.
- Y, por supuesto, debemos cuidar de su salud y bienestar con una alimentación adecuada, las revisiones veterinarias al día, etc.