El lavavajillas se ha convertido en un elemento indispensable en el hogar. Además de ahorrarnos trabajo, supone un ahorro de energía y agua respecto a fregar los platos a manos. Sin embargo, también conlleva tener que hacer frente a algunos problemas que impiden que funcione correctamente, como ocurre con cualquier electrodoméstico.
Seguramente alguna vez nos hayamos encontrado con que el lavavajillas no se enciende, los platos no salen limpios, pierde agua o algún problema parecido. Sin embargo, antes de llamar a un técnico, que seguro supondrá un tiempo de espera y el correspondiente gasto, hay una serie de comprobaciones y pautas de mantenimiento que podemos llevar a cabo para solucionar alguno de estos frecuentes problemas, según indican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
No se enciende
Si el lavavajillas no se enciende, podemos probar los siguientes pasos:
Comprobar que el lavavajillas está correctamente instalado, es decir, que el enchufe está conectado a la red eléctrica y que no hay un fallo en el suministro de corriente en el domicilio o se ha disparado el interruptor de protección del circuito.
Verificar que la puerta está bien cerrada, ya que algún objeto sobresaliente puede impedir que se cierre correctamente; y asegurar que la opción de inicio retardado no está programada.
Hace un ruido extraño
Los lavavajillas no suelen hacer mucho ruido por lo general, por lo que si empiezas a escuchar un ruido extraño durante el lavado, abre la puerta y asegúrate de que no haya platos o cubiertos chocando entre sí. Prueba también a girar las aspas con la mano, para comprobar que los brazos rociadores no estén golpeando ningún elemento.
Si no se da ninguno de estos casos, comprueba que el lavavajillas está horizontal y bien nivelado. En caso de que el ruido continúe, lo mejor será pedir ayuda a un profesional.
No entra agua en el lavavajillas
OCU recuerda que algunos modelos ya avisan de este problema en sus pantallas. En caso de que ocurra, podemos comprobar que no haya un corte de agua en la vivienda abriendo cualquier otro grifo. También podemos asegurarnos de que el grifo de entrada de agua del lavavajillas está abierto.
Además, podemos revisar que la goma de entrada de agua no está doblada o aplastada contra la pared, y que el filtro no está obstruido. En el caso de que no se deba a ninguno de estos supuestos, consulta con la empresa de suministro de agua para ver si hay algún problema de presión del agua en la zona.
Los platos salen mal lavados
A veces, la vajilla puede aparecer con restos, sin brillo y opaca, y puede deberse a varios motivos:
El filtro está sucio. Recuerda que el lavavajillas necesita limpieza, por lo que será necesario retirar los restos de alimentos que quedan en los filtros, limpiarlos con un poco de detergente para retirar la grasa y pasarlos por el chorro de agua. También debemos asegurarnos de que los pequeños orificios que tienen las aspas están limpios.
El detergente no se ha disuelto bien. En este caso, comprueba que el compartimento del detergente se ha abierto del todo y que el detergente ha desaparecido. Si es así, asegúrate de que en el próximo lavado ningún objeto entorpece la apertura.
Los platos no están bien colocados: es importante que los platos no se toquen entre sí, que los recipientes quedan siempre boca abajo y que el agua puede circular correctamente entre ellos.
El agua viene con poca presión: la baja presión del agua puede ser un problema de la red de suministro o del edificio, en cuyo caso hay que comentarlo con la comunidad de propietarios.
La goma de desagüe está obstruida, doblada o pillada entre el aparato y la pared.
El programa de lavado seleccionado no es el adecuado.
Falta sal en el depósito: la sal sirve para regenerar el descalcificador y evitar el exceso de cal en el agua. La falta de sal puede ser también motivo de los malos resultados del lavado así como la errónea cantidad de detergente o la falta de abrillantador.
Hay manchas blancas en las copas y vasos
Si los vasos y las copas de cristal salen del lavavajillas con una capa blanca, a pesar de haberlas colocado correctamente, puede deberse a una falta de abrillantador en el depósito o a que el agua es demasiado dura.
La función del abrillantador es facilitar el secado y evitar que las gotas de agua dejen huellas sobre los platos y vasos. Por otro lado, el grado de dureza del agua es un factor determinante en los resultados finales del lavado, ya que si el agua de tu vivienda tiene mucha cal, no será suficiente con añadir sal; deberás ajustar el descalcificador en función de la dureza del agua para que se regenere con más frecuencia.
Restos de detergente en el lavavajillas
Para evitar que encontremos restos de detergente en el lavavajillas, podremos ajustar la dosis, ya que es posible que estemos usando demasiado detergente. Esto es importante ya que el exceso se puede ir atascando en la cubeta y los conductos y generar más problemas.
También es recomendable evitar usar pastillas en programas rápidos o cortos, ya que algunas pueden no tener tiempo suficiente para disolverse por completo.
Los platos no se secan
La falta de abrillantador en el depósito suele ser la causa más común de un mal secado, aunque puede haber otras.
No desagua
Si el lavavajillas no desagua se puede deber a que el filtro está obstruido con restos de alimentos. Para solucionarlo, tendremos que retirar el filtro y limpiarlo. También puede deberse a que la goma de desagüe está obstruida, doblada o pillada entre el aparato y la pared. Si no es por ninguna de estas causas, puede tratarse de una avería en la goma de desagüe, por lo que será necesario llamar al técnico.
Fuga de agua en la puerta de la máquina
Esta situación se puede dar si la puerta del lavavajillas no cierra herméticamente. En este caso, es posible que algo esté entorpeciendo el cierre. Además, podemos comprobar si la junta de goma de la puerta está sucia o dañada, y limpiarla o cambiar en función del problema.
Huele mal
Los restos de comida acumulados en el filtro suele ser la causa más común del mal olor en el lavavajillas. Limpiarlo por dentro y comprobar que no ha quedado agua del lavado anterior dentro de la máquina es fundamental para evitar la proliferación de bacterias y un mal funcionamiento de la máquina.
Para limpiarlo, podemos utilizar la función de autolimpieza, si el lavavajillas dispone de ella, o programar un lavado con detergente, pero con el lavavajillas vacío. Una vez acabado el lavado, para evitar que vuelva a oler mal, es aconsejable dejar la puerta abierta para que no se acumule humedad.
Las bandejas están atascadas
Si no podemos deslizar la bandeja dentro del lavavajillas, podemos probar a levantarla un poco de atrás para superar el escalón. Si aún así no es posible, revisa la cesta de cubiertos, ya que si hay alguna rotura en el cestillo, los cubiertos podrán deslizarse hacia abajo y entorpecer el movimiento.
También es posible que haya algún objeto caído en el fondo de la cubeta que choca con la bandeja, o algún utensilio alto que se engancha con la bandeja superior.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.