¿Tu perro necesita ir al fisioterapeuta?

La fisioterapia es una especialidad que puede contribuir a la recuperación y el bienestar de nuestros animales de compañía y, aunque su aplicación en mascotas es relativamente reciente, en las dos últimas décadas ha ganado una gran aceptación dentro del mundo veterinario.  

Además, cada vez son más los dueños de perros (o gatos) que piden esta opción para tratar a sus queridos compañeros peludos porque se ha demostrado que es una herramienta efectiva que complementa otros tratamientos más invasivos o que incluso los sustituyen. Sin olvidar, también, que la esperanza de vida de nuestros animales se ha incrementado por lo que cada vez viven más años y la fisioterapia puede contribuir a mejorar su calidad de vida paliando los efectos de la edad. Conozcamos, pues, las claves principales sobre la fisioterapia animal. 

¿En qué consiste?

Se trata de técnicas de fisioterapia y rehabilitación adaptadas a los animales. La fisioterapia veterinaria estuvo en un principio relacionada con los animales de competición, pero con el paso del tiempo, esta disciplina ha ido desarrollando múltiples aplicaciones. Actualmente, existen dos vertientes principales: las destinadas a las mascotas, especialmente perros y gatos, y las especializadas en grandes animales, como los caballos. 

¿Cuándo se aplica en animales de compañía?

Las técnicas de fisioterapia para animales de compañía están pensadas para mejorar el funcionamiento y movilidad de sus articulaciones y músculos con el objetivo de evitar el dolor como el que puede provocar la edad o acelerar su recuperación tras alguna enfermedad o cirugía.Además, también es una especialidad que cada vez se está empleando más para tratamientos específicos en mascotas obesas. 

¿Qué técnicas se utilizan?

La fisioterapia y rehabilitación de animales de compañía cuenta con una diversidad de técnicas tan amplia como la aplicada en las personas. Entre las técnicas más utilizadas en perros están el láser y los ultrasonidos, las cuales ayudan a reducir la inflamación y eliminar el dolor. Otra opción utilizada es la electroestimulación, que moviliza los músculos del perro para recuperarlos, o la hidroterapia, muy recomendada para relajar los músculos que se han visto afectados con la cirugía. También son muy efectivos los masajes, estiramientos, drenajes o terapias frío-calor. Lo mejor es consultar con un especialista en fisioterapia animal para ver qué tratamiento es el que necesita nuestro perro. En el caso de los gatos, si bien también se puede beneficiar de la fisioterapia, no es tan fácil debido a su carácter más desconfiado y suelen rechazar la manipulación del fisioterapeuta o se asustan más ante determinados ruidos y máquinas.