Los adornos y las luces de navidad ya brillan en la mayoría de las calles y las casas, pero si este año te has retrasado y te acabas de dar cuenta de que algunos de tus adornos se han estropeado o has dejado luces sin usar porque no funcionan, recuerda que aún hay forma de arreglarlas antes de tirarlas y comprar unas nuevas.
Es posible que, tras recoger la decoración navideña el último año, nos demos cuenta de que algunos adornos, como las luces del árbol, han dejado de funcionar. Si nos encontramos en plena preparación, no hace falta que vayamos a comprar unas nuevas, aún podemos intentar darles una segunda vida.
Lo primero de todo es identificar qué tipo de luces son. Por lo general, las luces de Navidad están compuestas por una fila de unas 20 o 30 bombillas pequeñas que se colocan en un cable que se enchufa a la corriente eléctrica. Por un lado, tenemos las luces incandescentes, las tradicionales que producen luz mediante el calentamiento por efecto Joule de un filamento metálico gracias a la corriente eléctrica. Hay que tener cuidado con estas, ya que un uso continuado puede sobrecalentarlas. Por otro lado, tenemos las luces LED, formadas por un material semiconductor capaz de emitir una radiación electromagnética en forma de Luz. Esto significa que no se sobrecalientan como las anteriores y tampoco hay riesgo de incendio o quemadura.
¿Cómo arreglar las luces de Navidad según el tipo?
Si queremos tratar de darles una segunda vida a nuestras luces de navidad, hay que tener en cuenta que la forma de repararlas no es la misma si se trata de luces incandescentes o de bombillas LED, según indican desde el blog de MAPFRE (@MAPFRE.ES).
Las luces incandescentes se caracterizan por una luz más cálida y homogénea, su vida es limitada, en torno a las dos mil horas, y son muy frágiles. Además, están montadas en un único circuito cerrado, lo que condicionará su reparación, ya que en cuanto falle alguno de los filamentos de una bombilla, el resto no funcionará.
En este caso, tendremos que comenzar identificando qué bombillas se han estropeado. Lo haremos quitando los casquillos con cuidado y punteando las bombillas una a una para averiguar dónde está el fallo. Una vez lo encontremos, quitaremos el cable ayudándonos de unas tenazas para hacer palanca. Sustituiremos la bombilla por otra nueva y conectando el filamento al casquillo correctamente.
En cambio, las bombillas LED, caracterizadas por tener una tonalidad más fría (aunque resultan más luminosas), consumir menos y ser más duraderas, resultan más complicadas de reparar. Esto se debe a que es más difícil sacar una bombilla que no funciona, debido a que el diodo emisor de luz está encerrado en un bloque de plástico que se puede romper al manipularlo. Por ello, recomiendan acudir a un centro de bricolaje para su reparación. Si, aun así, decides intentarlo, estos son los pasos que deberías seguir:
Si falla todo el circuito: abre la caja del circuito eléctrico para comprobar que todo está bien soldado y no hay ningún cable suelto, comprueba también los diodos rectificadores y utiliza un tester para ver si la corriente pasa correctamente a través del cable (deberá aparecer un 1 si es así). Si aparece un 0, significará que está fallando el cable o los diodos rectificadores, por lo que habrá que cambiarlos.
Si falla una bombilla: averigua primero qué luces no funcionan. Seguidamente, desconéctalas y usa un conjunto secundario de luces para obtener bombillas de repuesto. Quita las luces dañadas y coloca en su lugar la bombilla de repuesto.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.