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Alberto Solá Jiménez lleva años asegurando que es hijo ilegítimo del rey Juan Carlos. Ahora, según informa El Economista, ha salido a la luz el resultado de la prueba de ADN que vendría a confirmar que así es. Este test determina que existe un 99,9% de coincidencia genética entre el catalán, de 62 años, y el monarca emérito, de 81 años.
Solá ha explicado que se prestó a realizar dicho test en 2007 por exigencias del Centro Nacional de Inteligencia (CNI): "En 2007, el director general del CNI en Barcelona me propuso personalmente realizar estos análisis. Fue a través de un exmiembro del CNI con quien yo tenía contacto, Antonio Rodríguez. Vinieron desde Barcelona para hacerlo. Delante de mí llamaron a sus colegas en Madrid y pidieron un favor y que fuera lo más rápido posible: que les enviaran cualquier objeto que utilizara el rey (Juan Carlos I). Al final enviaron un vaso directamente al laboratorio de Lérida donde se realizarían los análisis", desvela Elcierredigital.com.
Los resultados de dichas pruebas arrojan un 99,9% de coincidencias entre su ADN y el de (supuestamente) el rey Juan Carlos, demostrando así que es su hijo: "Después de unos quince días, me llamaron para ir de manera urgente al laboratorio. Me pusieron en contacto con el director del laboratorio de Lérida, Jaime Buj. Ellos me llamaban ‘el Principito’. Buj me confirma entonces la secuencia de los hechos: que el CNI le entregó un gran sobre cerrado en cuyo interior había un vaso. El director del laboratorio me dijo que no sabía de quién era realmente, pero que denominó en los análisis a la persona que bebió en ese vaso ‘individuo B’, mientras que a mí me calificaba como ‘individuo A”.
Ahora, el catalán ha ofrecido dichos documentos al citado medio por una razón: "Me llegó una información hace unos diez días referente a que el excomisario Villarejo se disponía a publicar en breve unos documentos sobre mi historia. El único documento que puede tener él son mis análisis de ADN".
Sola afirma que le realizaron los análisis a cambio de que él renunciara al trono a favor de Felipe VI y que, a pesar de lo irrefutable del resultado del test de ADN, el Tribunal Supremo no lo aceptó como prueba porque el rey Juan Carlos no había accedido a realizarla. “Eso se hizo en Barcelona. Fue grabado en un bar que ellos conocían y tenían una amistad fuerte con el dueño”, ha indicado. En el encuentro no firmó ningún documento, sólo fue grabado. Sin embargo, el material nunca estuvo en sus manos.