¿Por qué Meghan Markle no gusta a muchos ingleses y ya tampoco a la Reina Isabel?

Meghan Markle y su esposo el príncipe Henry (o Enrique), más conocido como Harry, están en boca de todos desde que la pareja decidiera abandonar su papel en la monarquía inglesa. Esto provocará que a partir de la primavera de este año pierdan su título de alteza real y que dejen de ser financiados por la corona, que actualmente es su vía de ingresos principal.

Esta decisión tan controvertida en las Islas Británicas (no es el Brexit, pero casi) ha hecho correr ríos de tinta y ha puesto el foco en el elemento más “débil” de la ecuación: Meghan Markle, la que para muchos es la mujer que maneja a Harry como si fuera una marioneta, mientras que para otros solo ha sido la víctima de un continuo acoso por parte de la prensa desde que se hizo oficial su noviazgo con el segundo hijo de Carlos de Inglaterra.

El pasado de Meghan

A pesar de que las monarquías que aún quedan en el mundo -como es el caso de la española- siempre deban ser un ejemplo de buenas costumbres, en las últimas décadas esta situación ha variado ostensiblemente: desde princesas que no tienen un pasado aristocrático, a divorcios y relaciones extramatrimoniales, pasando por escándalos financieros.

Por eso no era de extrañar que Harry se hubiera enamorado de una “plebeya” y que quisiera hacerla la mujer de su vida. Sin embargo, a los ingleses más tradicionalistas y muchos medios de comunicación no les gustó que Meghan no fuera una réplica de la amada Kate Middleton, la esposa de su hermano William (o Guillermo).

No es inglesa

En primer lugar, Meghan no era británica, sino que había nacido en Los Ángeles (Estados Unidos) y era hija de una trabajadora social e instructora de yoga y de un director de fotografía.

Es actriz

El trabajo de su padre en el mundo del cine terminó provocando que Meghan terminara formando parte del mismo. Eso sí, tardó en conseguir cierto éxito, el cual no llegó hasta su participación en la serie Suits. Sin embargo, la baja calidad de los productos cinematográficos en los que ha participado no fueron motivo de crítica.

¡Está divorciada!

Este sí que fue un escollo complicado de sortear. No solo no era inglesa, sino que además estuvo casada entre 2011 y 2013 con Trevor Engelson, un productor de cine con el que comenzó a salir en el año 2004. Las críticas ante esta situación no se hicieron esperar.

Origen afroamericano

Otro de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar Markle es que su madre es afroestadounidense, lo que levantó ampollas en los sectores más reaccionarios de la sociedad británica. De hecho, el racismo ha estado implícito en muchos de los ataques que la ex-actriz ha recibido desde que inició su relación con Harry.

En este sentido, Jo Marney, esposa de Henry Bolton, líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), llegó a exponer en unos mensajes que después se filtrarían que Meghan Markle era una negra estadounidense que mancharía la Casa Real Británica con su semilla. También la tildó de estúpida plebeya.

A esto se une que ambos cónyuges fueran los elegidos para realizar la gira de la monarquía británica por los países del Sur de África, decisión que muchos vieron con tintes racistas ya que apelaba al origen racial de Markle.

Meghan no ayuda

A pesar de los continuos ataques que recibía la ya ex Duquesa de Sussex, algunas de las decisiones que ha tomado no han ayudado para ser mejor vista por los británicos. Uno de los momentos más destacados fue no presentar en sociedad (ante la prensa) a su primer y único hijo, nacido el pasado 6 de mayo de 2019, y simplemente dar la noticia vía redes sociales. Los motivos fueron no exponerlo desde el principio a la vida pública, lo cual acababa con una tradición habitual en esta monarquía, de la que todos los súbditos se sienten partícipes.

Además, a pesar de su activismo por el medio ambiente o para ayudar a erradicar la pobreza, no le ha importado gastarse elevadas cantidades de dinero en algunos eventos relacionados con su nueva posición social o elegir un jet privado para su baby shower, o fiesta del bebé.

Críticas

Si ya de por sí la esposa de Harry se vio desde un principio expuesta al escrutinio constante (llegaron a revolver en su basura en busca de cosas con las que atacarla), las declaraciones poco amistosas de gente que ha estado en contacto con ella y que la tildaban de diva, terminaron de ayudar a los detractores para culparla de todo lo que ha sucedido con la renuncia a formar parte la familia real. Por supuesto, para estos ella tiene toda la culpa pues es capaz de manipular a Henry, al que muchos presentan como un pusilánime.

¿Y la Reina?

Más allá de tanto ataque, parece ser que la reina Isabel II se sintió disgustada por no haber sido consultada antes de tomar la decisión de abandonar la Casa Real. No obstante, la longeva monarca ya mostró cierto alejamiento de la pareja cuando en el tradicional discurso navideña no aparecían en las fotografías que suelen ocupar su escritorio durante el mensaje, de modo que la situación debía estar ya tensa antes del anuncio el 8 de enero.

Harry habla

El 20 de enero, Harry por fin ha salido a la palestra para explicar el porqué de la renuncia. En su discurso se mostró conciliador, agradecido y seguro de que estaban tomando la mejor decisión. “También sé que han llegado a conocerme lo suficiente durante todos estos años para confiar en que la mujer que elegí como esposa defiende los mismos valores que yo, y ella lo hace. Ella es la misma mujer de la que me enamoré. Ambos hacemos todo para cumplir con orgullo nuestros roles en este país", ha declarado haciendo referencia a Meghan Markle.

La historia no se ha acabado, pues parece ser que aún se escribirá mucho sobre la pareja y, claro está, sobre la actriz que se convirtió en duquesa y que renunció a este título junto a su marido.