Úrsula Segoviano
Cuídate +
7 síntomas que delatan que sufres artritis de rodilla
Se pueden experimentar distintos signos dependiendo del tipo de patología

Existen más de 100 tipos de artritis, según los Centros de Control de Atlanta, los famosos CDC. Las dos comunes más comunes son la osteoartritis (OA) y la artritis reumatoide (AR).
La OA es el tipo más frecuente. Es una afección progresiva que suele aparecer después de la mediana edad, donde el cartílago de la articulación de la rodilla se desgasta gradualmente. La AR es una enfermedad autoinmune inflamatoria que puede presentarse a cualquier edad. Afecta otras articulaciones y puede afectar a diversos sistemas del cuerpo.
La artritis también puede desarrollarse después de una lesión de rodilla. La postraumática puede ser consecuencia de un desgarro de menisco, una lesión de ligamentos o una fractura de rodilla. Los síntomas pueden aparecer varios años después de la lesión.
Síntomas
La OA y la AR pueden causar síntomas similares, pero también presentan algunas diferencias clave.
1. Aumento gradual del dolor. El dolor de artritis tiene un inicio lento, aunque en algunos casos puede aparecer repentinamente. Al principio, puedes notar dolor por la mañana o después de un tiempo de inactividad. Te pueden doler las rodillas despues de, según Healthline,
- Subir escaleras.
- Levantarse de una posición sentada.
- Caminar sobre una superficie plana.
- Sentarse un rato.
- El dolor de rodilla que despierta puede ser un síntoma de artrosis.
En las personas con AR, los síntomas suelen comenzar en las articulaciones más pequeñas. También es más probable que sean simétricos, afectando ambos lados del cuerpo. La articulación puede estar caliente y enrojecida.
En la artrosis, los 'signos' pueden progresar rápidamente o desarrollarse a lo largo de varios años, según la persona. Los síntomas pueden empeorar y luego permanecer estables durante mucho tiempo, y pueden variar de un día a otro. Los factores que pueden causar el empeoramiento de los síntomas incluyen:
- Clima frío.
- Estrés.
- Actividad excesiva.
En la AR, los síntomas suelen aparecer durante varias semanas, pero pueden desarrollarse o empeorar en pocos días. Puede producirse un brote cuando aumenta la actividad de la enfermedad. Los desencadenantes varían e incluyen cambios en la medicación.
2. Inflamación o dolor. La artritis de rodilla a veces puede causar inflamación. En la OA, esto puede ser:
- Dura, debido a la formación de espolones óseos (osteofitos).
- Blanda, ya que la inflamación provoca la acumulación de líquido extra alrededor de la articulación.
Puede ser más notoria después de un largo período de inactividad, como al despertarse por la mañana. La inflamación articular es común en la AR, ya que es una enfermedad inflamatoria.
3. Bloqueo. Con el tiempo, el daño a la articulación puede causar inestabilidad en la estructura de la rodilla. Esto puede provocar que ceda o se pandee. La AR puede dañar los tendones, que unen el músculo al hueso. Este daño puede afectar la estabilidad de la rodilla.
También se pueden desarrollar espolones óseos a medida que el cartílago se erosiona y los huesos se rozan. Esto produce una superficie irregular que puede hacer que la articulación se atasque o se bloquee, dificultando la flexión o el enderezamiento.
4. Crujidos o chasquidos. Al doblar o estirar la rodilla, puedes sentir una sensación de roce o escuchar crujidos o chasquidos. Los médicos lo llaman crepitación. Estos síntomas pueden ocurrir cuando se ha perdido parte del cartílago que ayuda a mantener un rango de movimiento fluido. La artrosis puede provocar daño en el cartílago. Cuando el cartílago se daña, se desarrollan superficies rugosas y espolones óseos. Al mover las articulaciones, estas áreas irregulares se rozan entre sí.

5. Rango de movimiento reducido. Los cambios en los huesos y el cartílago que se producen con la artrosis de rodilla o después de una lesión de rodilla pueden dificultar el movimiento fluido de las articulaciones. Puede resultar difícil mover la rodilla para caminar, ponerse de pie y realizar otros movimientos cotidianos. Las personas afectadas pueden tener dificultad para doblar y flexionar la rodilla o caminar debido al dolor y la inflamación. El daño a la articulación también puede afectar la movilidad. Con el tiempo, es posible que necesites un bastón o un andador para mantener el equilibrio y la movilidad.
6. Pérdida de espacio articular. Algunos de los efectos de la artritis en la rodilla no son evidentes. Las herramientas de diagnóstico, como una radiografía de rodilla, pueden ayudar a detectar daños internos. El cartílago normalmente ocupa un espacio alrededor de los huesos, donde amortigua la articulación. Una radiografía de las rodillas puede detectar los resultados del daño del cartílago.
7. Deformidades de la rodilla La apariencia de la rodilla puede cambiar durante un brote y a medida que el daño progresa. En la AR, la hinchazón y el enrojecimiento son comunes durante un brote. A largo plazo, la inflamación persistente puede provocar daños permanentes en el cartílago y los tendones. Esto puede afectar la forma y la apariencia de la rodilla. Con la artrosis, los músculos que rodean la rodilla pueden debilitarse, lo que resulta en una apariencia hundida. Las rodillas pueden empezar a apuntar hacia adentro o a doblarse hacia afuera. Las deformidades de la rodilla varían desde apenas perceptibles hasta graves y debilitantes.