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La ansiedad en mayores de 50 años duplica el riesgo de desarrollar párkinson

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Domingo 7 de julio de 2024

8 minutos

Un nuevo estudio confirma el vínculo entre ambas patologías. Hablamos con su autor

La ansiedad en mayores de 50 años duplica el riesgo de desarrollar párkinson
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Domingo 7 de julio de 2024

8 minutos

Es bien conocido que los problemas de ansiedad son comunes entre las personas mayores y la edad de inicio de los trastornos de ansiedad suele ser más temprana, y se ha apuntado que su incidencia en la edad avanzada está asociada con quejas subjetivas de memoria, así como con un deterioro cognitivo posterior, como documenta un trabajo del 'American Journal of Geriatric Psychiatry'

En el otro lado de la balanza tenemos la enfermedad de Parkinson (EP) que es la segunda patología neurodegenerativa más común en todo el mundo, y se estima que afectará a 14,2 millones de personas para 2040, principalmente debido a un aumento en la esperanza de vida, como documenta un artículo de opinión en el 'JAMA Neurology'. 

Los pacientes con EP pueden verse afectados por una variedad de síntomas motores y no motores y pueden presentar éstos últimos, como estreñimiento, depresión o problemas olfativos años antes de que se desarrollen los síntomas motores. Se conocía que la presencia de ansiedad aumenta antes del inicio del párkinson, pero no se sabía  el riesgo de la enfermedad  en personas de más de 50 años con ansiedad de nueva aparición.

Antecedentes

Un estudio del 'European Journal of Neurology' con 174. 776 adultos menores de 100 años sin afecciones neurológicas encontró que después de ajustar por edad, sexo, medicamentos y comorbilidades, los pacientes con un diagnóstico registrado de ansiedad o una prescripción de ansiolíticos tenían más probabilidades de desarrollar EP que aquellos sin él; y aquellos con ansiedad más grave tenían mayor riesgo. Sin embargo, éste estudio no tuvo en cuenta factores importantes, como el estilo de vida o estatus socioeconómico, y no se examinaron otras características prodrómicas.

Ahora llega una nueva investigación, publicada en 'The British Journal of General Practice' que constata que que la ansiedad de nueva aparición en adultos mayores de 50 años duplica el riesgo de desarrollar párkinson. Los investigadores, del University College de Londres, evaluaron la incidencia de la enfermedad entre personas de 50 años o más que presentaban ansiedad y otras que no. También exploraron los signos y síntomas clínicos que pueden aumentar el riesgo de la misma entre las personas con el trastorno de salud mental. 

Su principal autor, el Dr Juan Carlos Bazo, documenta a 65YMÁS: "Nuestro principal hallazgo fue que el riesgo de desarrollar párkinson era al menos el doble en las personas con ansiedad en comparación con las que no la padecían. Esto implica que la ansiedad es un factor importante a tomar en cuenta, pero el sólo diagnóstico de ansiedad no debe preocupar a una persona respecto a desarrollar una futura enfermedad de parkinson. En términos simples: la incidencia de párkinson es relativamente baja (menos del 1%) y, aunque una persona tenga ansiedad, las probabilidades de que desarrolle párkinson siguen siendo bajas. Por ello, la ansiedad debe verse en el contexto de otros signos y síntomas (como explico lineas abajo), para que represente una señal de riesgo a considerar por el médico, quien podrá hacer luego el descarte apropiado".

JCBA UCL (1)

Dr. Juan Carlos Bazo

Para ello examinaron datos de atención primaria del Reino Unido de 2008 a 2018, centrándose en personas mayores de 50 años que habían experimentado ansiedad inesperada. Obtuvieron datos de investigación médica de IQVIA (IMRD), que comprenden información anónima de The Health Improvement Network (THIN). 

Los participantes en THIN tenían entre 50 y 99 años, habían estado inscritos entre el 1 de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2018 y tenían registros de uno o más episodios de ansiedad en la base de datos de médicos generales después de un año sin episodios de ansiedad previos. 

Durante el primer informe de ansiedad, los investigadores emparejaron a cada participante con cuatro individuos no expuestos, de la misma edad y género. Utilizaron el enfoque de grupo incidente y dinámico o muestreo por densidad de exposición, en el que los individuos podrían funcionar inicialmente como controles y posteriormente podrían quedar expuestos (si adquieren ansiedad).

Los investigadores utilizaron regresiones de supervivencia de Weibull para predecir el tiempo hasta la enfermedad de Parkinson entre individuos con ansiedad y aquellos sin ella y determinar el riesgo de sufrirla en personas con el trastorno de salud mental.

Calcularon el riesgo ajustando variables sociodemográficas y comportamientos de estilo de vida [edad, sexo biológico, índice de masa corporal (IMC), privación socioeconómica, estado de tabaquismo y consumo de alcohol], y problemas significativos de salud mental y física.

Se diagnosticó un episodio inicial de ansiedad a 70.925 mujeres y 38.510 hombres, mientras que la cohorte no expuesta estaba compuesta por 553.586 mujeres y 324.670 hombres. Los problemas de sueño, el estreñimiento, el agotamiento y la tristeza fueron síntomas anticipatorios  típicos entre los que sufrían ansiedad. En total, 331 con ella desarrollaron párkinson durante el seguimiento, con una duración media de cinco años entre el episodio de ansiedad inicial y el diagnóstico de patología neurológico

El doble de riesgo

Tras realizar ajustes por edad, sexo, características de estilo de vida, privación social, traumatismo craneal, enfermedad mental grave y demencia, el riesgo de párkisnon se duplicó en comparación con el grupo de personas sin ansiedad. Además, los individuos no afectados por el trastorno de salud mental vivieron más tiempo sin contraer la enfermedad que las personas con asiendad. Las mujeres y las personas de los estratos socioeconómicos más empobrecidos  tuvieron un menor riesgo de EP.

Los síntomas asociados con el desarrollo de la enfermedad de Parkinson entre individuos con ansiedad fueron características motoras como temblores, rigidez, alteraciones del equilibrio, presión arterial baja, estreñimiento, alteraciones del sueño, deterioro cognitivo, fatiga y depresión.

Los resultados del estudio mostraron que la ansiedad eleva considerablemente el riesgo de padecer enfermedad de Parkinson entre las personas de 50 años o más, con un aumento del riesgo dos veces mayor en aquellos que presentan ansiedad como síntoma inicial. 

Investigaciones futuras podrían determinar la relación entre la ansiedad y otros síntomas anticipatorios lo que podría conducir a un diagnóstico más temprano y un mejor manejo de la enfermedad de Parkinson. 

El doctor Bazo aclara que "en general, la depresión y la ansiedad en adultos mayores son siempre una condición importante a monitorear en atención primaria. Sin embargo, respecto al riesgo de desarrollar párkinson, la sola presencia de ansiedad no debe ser una señal de alarma. La presencia de ansiedad debe verse en conjunto, acompañada de algunos de los otros factores mencionados en nuestro estudio (depresión, hipotensión, estreñimiento, alteración del sueño, fatiga, deterioro cognitivo, rigidez, alteración del equilibrio y temblor) para que el médico tenga una sospecha fundada e inicie una evaluación y seguimiento oportunos del paciente. En otras palabras, la vigilancia de riesgo de párkinson no puede darse sólo con la vigilancia de la ansiedad, una alerta genuina requiere más información". 

El investigador añade que a raíz de estos datos van a seguir investigando en esta línea. "Sí, aún necesitamos conocer más sobre el curso natural de esta enfermedad; por ejemplo, ¿cómo y cuándo los factores anteriormente mencionados se muestran en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson?¿Cuáles factores están mas relacionados entre sí y por qué? ¿Qué grupos de factores suelen aparecer en las etapas más tempranas de la enfermedad? ¿Es igual para todos los tipos de párkinson? ¿Es posible mejorar nuestros modelos de predicción de la enfermedad para proveer un apoyo temprano/oportuno al paciente y sus familias? Las respuestas a estas preguntas serán investigadas por nuestro equipo en el futuro", adelanta.

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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