Caer en estafas financieras podría ser un síntoma temprano de alzhéimer

El Instituto de Envejecimiento de EEUU asegura que las personas con alzhéimer suelen tener problemas manejando su dinero. A medida que va progresando la enfermedad, puede tratar de esconder sus problemas financieros para proteger su independencia. Es posible que no se haya  dado cuenta que está perdiendo la habilidad de manejar su dinero. Es buena idea que alguien revise cómo el paciente maneja su economía mensualmente. Esta persona puede ser un familiar o un fideicomisario.

Las personas con alzhéimer pueden ser víctimas de abuso financiero o de estafas por personas deshonestas. Estas pueden ser por teléfono, correo tradcional o electrónico. A veces la persona detrás de la estafa es un 'amigo' o miembro de la familia, documenta la institución.

Estudios como el publicado en el 'Journal of Alzheimers Disease' han constatado que la disposición a regalar dinero entre los adultos mayores se relaciona con el perfil cognitivo de la enfermedad de Alzheimer temprana.

El trabajo, de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad de California (EEUU), fue uno de los primeros en probar la relación del uso dinero real y la patología. Mostró que los participantes que dieron más dinero obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en pruebas cognitivas que se sabe que son sensibles a la enfermedad de Alzheimer que aquellos que dieron menos.

Ahora llega una nueva investigación del mismo centro académico (USC, de sus siglas en inglés) que sugiere que cuando los adultos mayores caen en estafas financieras, esto podría ser una señal de advertencia temprana de la enfermedad de Alzheimer. 

Los métodos

Los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética para descubrir que los adultos mayores con regiones cerebrales más delgadas vinculadas a la memoria y la toma de decisiones (áreas que suelen verse afectadas al principio de la enfermedad de Alzheimer) tenían más probabilidades de ser vulnerables a las estafas financieras. Los resultados ofrecen la esperanza de que la vulnerabilidad financiera se pueda utilizar como una herramienta de detección sencilla para ayudar a identificar los primeros signos de deterioro cognitivo, especialmente en personas mayores de 70 años.

Los investigadores dirigidos por Duke Han, profesor de Psicología y Medicina Familiar en USC Dornsife, buscaron comprender mejor el vínculo entre el alzhéimer precoz y la vulnerabilidad financiera utilizando resonancia magnética de alta potencia para examinar los cerebros de 97 participantes del estudio mayores de 50 años.

Los científicos se centraron en la corteza entorinal, una región que actúa como estación de relevo entre el hipocampo (el centro de aprendizaje y memoria del cerebro) y la corteza prefrontal medial, que regula la emoción, la motivación y otras funciones cognitivas. A menudo es la primera región que muestra cambios en la enfermedad de Alzheimer, y normalmente se vuelve más delgada a medida que la enfermedad progresa.

Sin deterior cognitivo

Ninguno de los participantes del estudio, de entre 52 y 83 años de edad, mostró signos clínicos de deterioro cognitivo, pero todos se sometieron a exploraciones de resonancia magnética para medir el grosor de su corteza entorinal.

Además, los investigadores utilizaron una herramienta estandarizada llamada Escala de Vulnerabilidad Percibida a la Explotación Financiera (PFVS, por sus siglas en inglés) para evaluar la conciencia financiera de los participantes y su susceptibilidad a malas decisiones financieras, lo que denominan "vulnerabilidad a la explotación financiera" o FEV.

Al comparar el FEV1 de los adultos con el grosor de su corteza entorinal, el científico Han y su equipo encontraron una correlación significativa: aquellos más vulnerables a las estafas financieras tenían una corteza entorinal más delgada.

Esto fue especialmente cierto en el caso de los participantes de 70 años o más. Investigaciones anteriores han vinculado el VEF con el deterioro cognitivo leve, la demencia y ciertos cambios moleculares cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer.

Para el investigador Han,"los hallazgos proporcionan evidencia crucial que apoya la idea de que el FEV podría ser una nueva herramienta clínica para detectar cambios cognitivos en adultos mayores, cambios que a menudo son difíciles de detectar".

E insiste: "Evaluar la vulnerabilidad financiera en adultos mayores podría ayudar a identificar a aquellos que están en las primeras etapas de deterioro cognitivo leve o demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, que la vulnerabilidad financiera por sí sola no es un indicador definitivo de la enfermedad u otro deterioro cognitivo. Pero evaluar el FEV1 podría convertirse en parte de un perfil de riesgo más amplio".

También señaló varias limitaciones del estudio. La mayoría de los participantes eran mujeres mayores, blancas y con un alto nivel educativo, lo que dificulta la generalización de los hallazgos a una población más diversa. Además, si bien el estudio encontró una relación entre el grosor de la corteza entorinal y el FEV1, no la prueba. Por último, el estudio no incluye mediciones específicas de la patología de la enfermedad de Alzheimer.

Estas limitaciones dejan abierta la posibilidad de que la relación entre el VEF y el adelgazamiento de la corteza entorinal pueda explicarse por otros factores. En consecuencia, Han afirmó que se necesitan más investigaciones, incluidos estudios a largo plazo con poblaciones diversas, antes de que el VEF pueda considerarse una herramienta de evaluación cognitiva confiable.