Esta es la dieta que pone freno al cáncer de próstata
No es la primera vez que 'ponemos en alto' las cifras del cáncer más frecuente en varones: el de próstata. En 2022, aproximadamente 5.960 hombres fallecieron por su culpa en España y se produjeron cerca de 36.000 casos nuevos, según la Asociación Española de Cáncer de Próstata (ANCAP). Y los científicos avisan de que en 20 años los casos se duplicarán y las muertes se dispararán un 85% a nivel mundial, sobre todo debido al envejecimiento de la población.Sabemos que el cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente en varones.
Tampoco es la primera vez que hablamos desde Cuídate+ del papel de la dieta en la enfermedad. Así, los varones que se someten a una vigilancia activa para su cáncer de próstata recién diagnosticado con frecuencia buscan recomendaciones de modificaciones en la dieta para reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad más agresiva. como se relata en un trabajo en 'The Journal of American Clinical Nutrtion'.
Investigaciones anteriores, como la recogida en 'JAMA' han evaluado la dieta y la progresión de la enfermedad en hombres sometidos a vigilancia activa. Sin embargo, sigue sin estar claro si esta puede influir en el riesgo de evolución de la misma. En particular, en el ensayo clínico aleatorizado Men's Eating and Living (¡Dieta de los Varones y Vida': MEAL de sus siglas) en una intervención conductual que aumentaba el consumo de verduras no demostró reducir el riesgo de progresión de la neoplasia. La inflamación crónica puede contribuir al desarrollo y progresión del cáncer, y lo que se come cada día dieta tiene un papel central en la regulación de la misma.
Primeras evidencias
Ahora llega una nueva investigación que se cree es la primera de su tipo publicada donde un equipo de investigación dirigido por científicos del Johns Hopkins Medicine proporciona evidencia científica de que una dieta saludable puede reducir la posibilidad de que el cáncer de próstata de bajo riesgo progrese a un estado más agresivo en hombres sometidos a vigilancia activa, una opción clínica en la que los hombres con una neoplasia de menor riesgo son monitoreados cuidadosamente para detectar la progresión en lugar de recibir tratamientos que podrían tener efectos secundarios o complicaciones no deseados. Los hallazgos se han publicado en 'JAMA Oncology'.
"Muchos hombres a los que se les diagnostica un cáncer de próstata de bajo grado están interesados en los cambios que pueden hacer para reducir el riesgo de que su tumor se vuelva más agresivo, y el papel de la dieta y la nutrición es una de las preguntas más frecuentes", ha afirmado el coautor principal del estudio Bruce Trock, profesor de urología, epidemiología y oncología en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y director de la división de epidemiología del Instituto Urológico Brady.
Y ha recalcado: "Estos varones están motivados para hacer cambios que puedan mejorar su pronóstico, por lo que comenzamos a recopilar datos sobre sus dietas, estilos de vida y exposiciones hace 20 años. Esperamos que estos últimos hallazgos nos permitan desarrollar algunos pasos concretos que puedan tomar para reducir el riesgo de progresión del cáncer".
Cuando se descubre que un paciente ha desarrollado cáncer de próstata después de una biopsia, las células de la muestra se asignan a un grupo de grado según su aspecto en comparación con el tejido prostático normal. Los grupos de grado varían de 1 a 5, y el grupo de grado 1 indica células cancerosas indolentes que no tienen un aspecto muy diferente al del tejido normal y no hacen metástasis (se propagan a otras partes del cuerpo).
En el otro extremo de la escala, el grupo de grado 5 indica células cancerosas que tienen un aspecto bastante anormal y que pueden crecer y propagarse por todo el cuerpo si no se tratan. Estos grupos de grado son la forma en que los médicos clasifican la agresividad biológica del cáncer.
Vigilanacia activa
Durante la vigilancia activa, se realizan biopsias a intervalos regulares para buscar cambios en el cáncer de próstata que lo harían pasar a un grupo de grado superior. Esto se denomina reclasificación de grado. La reclasificación a menudo conduce a una recomendación de tratamiento. También es una forma común en que los investigadores evalúan la eficacia de las terapias y las modificaciones del estilo de vida.
"Si bien se han realizado estudios de investigación previos que analizaron la dieta y su relación con el cáncer de próstata, creemos que el nuestro es el primero en proporcionar evidencia estadísticamente significativa de que una dieta saludable está asociada con una reducción en el riesgo de que la enfermedad progrese a un grupo de grado superior, como lo demuestra una reducción en el porcentaje de hombres en vigilancia activa que experimentan reclasificaciones de grado con el tiempo", ha comentado el coautor principal del estudio, Christian Pavlovich, profesor de oncología urológica en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y director del programa de vigilancia activa del cáncer de próstata del Instituto Urológico Brady.
Media de edad de 66 años
En el estudio publicado recientemente, los investigadores evaluaron prospectivamente las historias clínicas de 886 hombres (edad media en el momento del diagnóstico: 66) diagnosticados con cáncer de próstata de grado grupo 1 desde enero de 2005 hasta febrero de 2017, todos ellos en el programa de vigilancia activa de Johns Hopkins Medicine y que, en el momento de la inscripción, completaron una encuesta de frecuencia alimentaria validada (el Cuestionario de frecuencia alimentaria de Block, 1998) sobre sus patrones dietéticos habituales. De los participantes, 55 eran negros (6,2%), 803 (90,6%) eran blancos y 28 (3,2%) se identificaron como de otras razas y etnias.
En función de las respuestas al cuestionario, se calculó para cada paciente una puntuación en el Índice de Alimentación Saludable (IAS), que va de 0 a 100.
"El HEI es una medida validada de la calidad general de la dieta, que cuantifica en qué medida el patrón dietético de un individuo se ajusta a las recomendaciones de las Guías dietéticas para estadounidenses del Departamento de Agricultura de los EEUU ", ha explicado el autor principal del estudio, el Dr. Zhuo Tony Su, residente de quinto año en el Instituto Urológico Brady y en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Y ha insistido: "Observamos la puntuación HEI de cada paciente (calculada a partir de la información dietética registrada al momento de la inscripción en nuestro programa de vigilancia activa) y evaluamos si los hombres con una dieta de mayor calidad tenían menos probabilidades de experimentar una reclasificación de grado en los años posteriores".
Los investigadores también evaluaron a los pacientes utilizando un índice HEI ajustado a la energía (E-HEI) que tiene en cuenta la ingesta calórica diaria de una persona. Junto con esas dos métricas, los investigadores calcularon puntuaciones para cada participante del estudio utilizando el Índice Inflamatorio Dietético (DII) y el DII ajustado a la energía (E-DII).
"Las puntuaciones DII y E-DII evalúan el potencial inflamatorio o antiinflamatorio de cualquier dieta, por lo que las puntuaciones más altas indican una dieta que puede causar más inflamación, lo que a su vez puede contribuir al desarrollo y progresión del cáncer de próstata", ha aclarad el Dr. Su. "Evaluamos si un mayor potencial inflamatorio estaba asociado con un mayor riesgo de reclasificación de grado".
Tras más de seis años de seguimiento
En una evaluación de seguimiento realizada 6,5 años después del diagnóstico, 187 hombres (21%) habían sido reclasificados como grupo de grado 2 o superior, de los cuales 55 (6%) tuvieron una reclasificación de grado extrema como grupo de grado 3 o superior.
"Cuando nuestro equipo analizó las puntuaciones HEI y E-HEI en relación con las tasas de reclasificación de grado, encontramos una asociación inversa estadísticamente significativa entre la adherencia a una dieta de alta calidad (como lo indican las puntuaciones HEI y E-HEI altas) y el riesgo de reclasificación de grado durante la vigilancia activa. En otras palabras, cuanto más altas sean las puntuaciones HEI y E-HEI, más reducido será el riesgo de que un cáncer de próstata de bajo grado haya progresado a una enfermedad de grado superior que requiera un tratamiento curativo", ha comunicado dice Trock.
Su colega Pavlovich ha comentado que para los pacientes que se adhieren a una dieta de alta calidad, cada aumento de 12,5 puntos en la puntuación HEI se asoció con una reducción de aproximadamente el 15% en la reclasificación al grupo de grado 2 o superior, y una reducción del 30% en la reclasificación al grupo de grado 3 o superior.
Los investigadores afirman que sus hallazgos también indican que un menor potencial de inflamación se encuentra entre varios mecanismos posibles de reducción del riesgo como resultado de una dieta de mayor calidad. Sin embargo, no encontraron una asociación entre la reclasificación de grado y las puntuaciones iniciales de DII/E-DII.
"Esta falta de asociación con DII/E-DII puede indicar que la inflamación desempeña un papel en la progresión de una próstata sana a una con cáncer. Mientras que, en los hombres que ya tienen cáncer de próstata, el cambio biológico más sutil de un grado inferior a uno superior puede reflejar otros mecanismos potencialmente influenciados por la dieta", ha documentado.Trock.
Los investigadores informan de varias limitaciones en su estudio, entre ellas, datos sobre la dieta basados en la información proporcionada por los propios pacientes, resultados sujetos a un posible sesgo por falta de respuesta (sesgo que se produce cuando los encuestados y los no encuestados difieren de maneras que afectan a la investigación, lo que hace que la población de muestra sea menos representativa de la población total) y no tener en cuenta los cambios en la dieta a lo largo del tiempo. Además, afirman que la población del estudio (que consiste predominantemente en hombres blancos con enfermedad de grado 1 en el momento del diagnóstico) puede no ser generalizable a todos los pacientes.
"Nuestros hallazgos hasta la fecha deberían ser útiles para asesorar a los hombres que optan por realizar una vigilancia activa y están motivados para modificar sus conductas, incluida la calidad de la dieta. Sin embargo, para validar verdaderamente la asociación entre una dieta de mayor calidad y un menor riesgo de progresión del cáncer de próstata, se necesitan estudios futuros con poblaciones más diversas", documentan los investigadores.