Ha vuelto a suceder. Una vez más los edulcorantes artificiales vuelven a estar en el punto de mira. Durante muchos años, tanto la comunidad científica como la población general han estado convencidas de que los edulcorantes artificiales eran beneficiosos porque reducen el consumo excesivo de azúcar y, por lo tanto, disminuyen las calorías ingeridas, particularmente de los refrescos, reduciendo así el aumento de peso.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud publicaba en mayo de 2023 una guía en la que se desaconseja el uso de edulcorantes sin azúcar para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. En ella se afirma que el uso prolongado de los mismos no es eficaz y podría entrañar riesgos para la salud. En concreto, el informe sugiere que su consumo frecuente no es útil para reducir la grasa corporal y podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Las nuevas evidencias
Ahora llega una investigación de la mano de Clinica Cleveland, publicada en ‘European Heart Journal’, que vincula el xilitol, un sustituto del azúcar bajo en calorías, con un mayor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares
El xilitol es un alcohol de azúcar que se encuentra en pequeñas cantidades en frutas y verduras, y el cuerpo humano también lo produce. Como aditivo, parece y sabe a azúcar pero tiene un 40% menos de calorías. Se utiliza, en concentraciones mucho más altas que las que se encuentran en la naturaleza, en chicles, dulces, pasta de dientes y productos horneados sin azúcar. También se puede encontrar en productos etiquetados como "ceto-amigables", particularmente en Europa.
El mismo equipo de investigación encontró una asociación similar el año pasado con otro sustituto de azúcar, el eritrol. Los datos fueron publicados en ‘Nature Medicine’. "Este estudio muestra nuevamente la necesidad inmediata de investigar los alcoholes de azúcar y los edulcorantes artificiales, especialmente porque se siguen recomendando para combatir afecciones como la obesidad o la diabetes", ha afirmado en un comunicado el Dr. Stanley Hazen, presidente de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland. "No significa tirar la pasta de dientes si contiene xilitol, pero debemos ser conscientes de que el consumo de un producto que contenga niveles altos podría aumentar el riesgo de eventos relacionados con coágulos sanguíneos", ha insistido.
El equipo de investigación comenzó a analizar los alcoholes de azúcar que se encuentran naturalmente en el cuerpo humano para ver si los compuestos podrían predecir el riesgo cardiovascular en estas personas. En el estudio, los investigadores midieron el nivel de xilitol natural en la sangre de más de 3. 000 participantes después de un ayuno nocturno. Descubrieron que las personas cuyos niveles se ubicaban en el 25% superior del grupo de estudio tenían aproximadamente el doble de riesgo de sufrir un infarto, accidente cerebrovascular o muerte en los siguientes tres años en comparación con las personas sin niveles.
Los mecanismos
Los científicos también querían comprender el mecanismo de este efecto por lo que alimentaron con xilitol a ratones, lo agregaron a la sangre y al plasma en un laboratorio y dieron una bebida que contenía xilitol a 10 voluntarios sanos. En todos estos casos, el edulcorante pareció activar las plaquetas, que son el componente sanguíneo que controla la coagulación. Los coágulos de sangre son la principal causa de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
"Todo lo que se necesita es que el xilitol interactúe solo con las plaquetas durante un período de tiempo muy breve, cuestión de minutos, y las plaquetas se sobrecargan y son mucho más propensas a coagularse", ha confirmado Dr. Hazen
Defiende, además, que está justificada la realización ede más estudios que evalúen la seguridad cardiovascular a largo plazo del xilitol. La investigación tuvo varias limitaciones, incluido el hecho de que los estudios de observación clínica demuestran asociación y no causalidad. Recomiendan hablar con el médico o un dietista certificado para obtener más información sobre las opciones de alimentos saludables y recomendaciones personalizadas.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.