La depresión es un trastorno mental grave y frecuente en los adultos mayores que puede obstaculizar sustancialmente el funcionamiento diario y reducir la calidad de vida. Con el ritmo considerablemente rápido de envejecimiento en todo el mundo, se espera que el número de adultos mayores con depresión o síntomas depresivos aumente correspondientemente, lo que conducirá a una mayor carga económica tanto para los individuos como para la sociedad por igual, como documenta un estudio de 'Harvard Review of Psychiatry'.
En comparación con los adultos más jóvenes, la depresión en los adultos mayores a menudo es comórbida con otras enfermedades crónicas o deterioro cognitivo, y estas condiciones pueden a su vez aumentar la gravedad del trastorno de salud mental, como adelanta un ensayo del 'Journal of Afecctive Disorders'. Por todo ello, es imperativo identificar los factores modificables en una etapa temprana para prevenir la aparición de depresión en etapas posteriores de la vida.
Recientemente, la evidencia acumulada ha revelado el papel plausible de los factores dietéticos para proteger contra la depresión. En particular, las frutas y verduras reciben mucha atención, ya que abundan en vitaminas, antioxidantes y fitoquímicos, que han demostrado reducir el estrés oxidativo y frenar la activación de la respuesta inflamatoria en el cuerpo y, por lo tanto, disminuir potencialmente el riesgo de depresión. Entonces, ¿podría la dieta específica o los alimentos consumidos en etapas anteriores de la vida tener un impacto en el bienestar mental en años posteriores?
Las nuevas evidencias
En un nuevo estudio longitudinal, publicado en 'The Journal of Nutrition, Health and Aging' en el que participaron 13.738 inscritos en el gran 'Estudio de Salud Chino de Singapur' (basado en las personas seguidas desde la mediana edad hasta la tercera edad durante unos 20 años), los investigadores, de la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine), descubrieron que los que consumían mayores cantidades de frutas desde la mediana edad mostraban una menor probabilidad de experimentar síntomas depresivos más adelante.
Los autores estudiaron un total de 14 frutas de consumo más común en Singapur y descubrieron que la ingesta de la mayoría de ellas, incluidas naranjas, mandarinas, plátanos, papayas, sandías, manzanas y melones, se asociaba con una menor probabilidad de depresión. La asociación podría deberse posiblemente a los altos niveles de antioxidantes y micronutrientes antiinflamatorios en las frutas (como la vitamina C, los carotenoides y los flavonoides), que han demostrado reducir el estrés oxidativo e inhibir los procesos inflamatorios en el cuerpo que pueden afectar el desarrollo de la depresión.
Por otro lado, se descubrió que el consumo de verduras no tenía asociación con la probabilidad de síntomas depresivos. Los hallazgos brindan información valiosa sobre los posibles beneficios de comer suficientes frutas para mitigar los síntomas depresivos más adelante en la vida.
El profesor Koh Woon Puay, del Programa de Investigación Traslacional sobre Longevidad Saludable de la Facultad de Medicina de la NUS e investigador principal del estudio, ha afirmado en un comunicado: "Nuestro estudio subraya la importancia del consumo de fruta como medida preventiva contra la depresión relacionada con el envejecimiento. En nuestra población de estudio, los que consumían al menos tres raciones de fruta al día, en comparación con los que ingerían menos de una ración diaria, pudieron reducir significativamente la probabilidad de depresión relacionada con el envejecimiento en al menos un 21%. Esto se puede lograr comiendo una o dos raciones de fruta después de cada comida. No observamos ninguna diferencia en nuestros resultados entre las frutas con un índice glucémico alto y bajo. Por lo tanto, las personas con diabetes pueden elegir frutas con un índice glucémico bajo que no aumenten los niveles de azúcar en sangre tanto como las que tienen un índice alto".
Un promedio de edad de 51 años
En la etapa inicial del estudio, de 1993 a 1998, cuando los participantes tenían una edad promedio de 51 años, se les pidió que respondieran un cuestionario estructurado sobre la frecuencia con la que consumían una porción estándar de cada alimento diariamente, para 14 frutas y 25 verduras. De 2014 a 2016, cuando tenían una edad promedio de 73 años, se examinaron los síntomas depresivos utilizando una prueba estándar (Escala de depresión geriátrica) y 3. 180 (23,1%) de ellos informaron tener cinco o más síntomas que se consideraron como tener depresión.
Después de ajustar los factores que potencialmente podrían confundir la relación, incluidos los antecedentes médicos, el estado de tabaquismo, el nivel de actividad física, la duración del sueño y los factores relacionados con el envejecimiento, el equipo descubrió que un mayor consumo de frutas, pero no de verduras, se asociaba con menores probabilidades de síntomas depresivos de manera gradual.
Estos hallazgos sugieren que promover su consumo en personas de mediana edad, definidas típicamente como aquellas de entre 40 y 65 años, podría producir beneficios a largo plazo para su bienestar mental en la adultez tardía, más allá de los 65 años. Por lo tanto, los resultados del estudio tienen implicaciones significativas para la educación en salud pública y las iniciativas para hacer que las frutas sean más accesibles para la población general. Después del ensayo, el equipo de investigación está estudiando la asociación de otros factores conductuales modificables, como la duración del sueño, el tabaquismo y otros factores dietéticos, con la salud mental de los adultos mayores.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.