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Llega un nuevo analgésico para el dolor abdominal crónico

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Jueves 5 de diciembre de 2024

7 minutos

Es un fármaco oral basado en la hormona oxitocina. Hablamos con el director del estudio

Llega un nuevo analgésico para el dolor abdominal crónico
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Jueves 5 de diciembre de 2024

7 minutos

El dolor recurrente y difuso del intestino es el síntoma más dominante disruptivo asociado con trastornos gastrointestinales funcionales como el Síndrome del Intestino Irritable (SII) y de las enfermedades inflamatorias del intestino (EII), como documenta un estudio de 'Anual Review of Phisiology'. 

Con una prevalencia global de cerca del 11%, el SII perjudica la calidad de vida de millones de personas y es una carga económica grave para los sistemas de salud. Además, también es una característica en los estados agudos y de remisión de las enfermedades inflamatorias del intestino (incluyendo la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn) y afecciones crónicas potencialmente mortales de etiología desconocida que afectan a entre el 0,5% y el 1% de la población en las sociedades occidentales, como recoge un trabajo de 'Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology'.

El manejo adecuado del dolor en el SII y la atención médica a la enfermedad sigue siendo una tarea compleja que involucra intervenciones psicológicas, físicas, dietéticas y farmacológicas, aunque a menudo con un éxito limitado. En particular, los analgésicos tradicionales, como los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) y los opioides, son poco efectivos y se asocian con efectos secundarios adversos e incluso pueden empeorar la progresión de la enfermedad gastrointestinal. La creciente prevalencia mundial del dolor relacionado con el SII y las EII y la falta de buenas opciones de tratamiento requieren nuevas estrategias terapéuticas para mejorar el manejo del dolor abdominal.

Sobre todo, porque como hemos comentado anteriormente, estos fármacos además de poco efectivos algunos como los opioides, además de causar efectos secundarios, como náuseas y estreñimiento. pueden conducir a la adicción. El riesgo de esta es particularmente problemático y ha contribuido a la actual crisis mundial de opioides. Además, afectan al sistema nervioso central, provocando a menudo fatiga y somnolencia, lo que perjudica la calidad de vida de los afectados.

El nuevo analgésico

Pero llegan buenas noticias y se basan en la oxitocina, que se conoce comúnmente como la 'hormona del amor' debido a su papel con el vínculo social. Menos conocido es que puede afectar la percepción del dolor. Cuando la hormona peptídica oxitocina se une a estos receptores, desencadena una señal que reduce las señales de dolor en el intestino.

Pues bien, en una nueva investigación científicos de de la Universidad de Queensland (UQ, Australia) han 'hackeado' la peptídica producida en el cerebro que desencadena respuestas reproductivas fisiológicas para crear una forma eficaz, segura y no invasiva de tratar el dolor intestinal crónico. Se la considera una clase completamente nueva de analgésico. La investigación ha sido publicada en 'Angenwandt Chemi'.

Los investigadores han aprovechado un conjunto de pruebas emergentes centradas en la hormona peptídica oxitocina y su potencial para el alivio terapéutico del dolor, modificando la estructura química para producir un tratamiento que no se descomponga rápidamente por las enzimas intestinales antes de que surta efecto. Este avance podría resultar significativo, dado el desafío que supone aprovechar los péptidos orales con fines terapéuticos.

Los retos

En declaraciones a 65YMÁS, el director de este trabajo Markus Muttenthaler, profesor asociado del Instituto de Biociencia Molecular de la UQ, aclara: "Fue en 2014 cuando identificamos el receptor de oxitocina como un nuevo objetivo farmacológico para el dolor abdominal. Realizamos una campaña de Química Medicinal para conseguir que la oxitocina fuera estable en el intestino".

Foto cedida a 65yMÁS

Dr. Markus Muttenthaler

El experto recuerda que "hay dos obstáculos para producir fármacos peptídicos orales: uno, la inestabilidad frente a las enzimas gastrointestinales y la digestión, y dos, la restricción de tamaño para cruzar la barrera hematoencefálica. En este trabajo abordamos uno y nos centramos en un objetivo farmacológico en el intestino, por lo que no tuvimos que hacer que el fármaco peptídico atravesara la barrera hematoencefálica, lo que también reduce la posibilidad de efectos secundarios sistémicos no deseados, lo que lo convierte en un enfoque más seguro".

Gracias a esto, el dolor se puede tratar de manera eficaz con una pastilla, evitando la necesidad de inyecciones. "Los opioides han dominado y siguen dominando el mercado de los analgésicos. El dolor intestinal es muy frecuente, sin embargo, todavía es un mercado pequeño en comparación con todas las demás afecciones dolorosas. Las empresas se están centrando en el próximo analgésico de acción central que funcione para muchos dolores diferentes sin efectos secundarios. No estoy seguro de si ese es el enfoque correcto; prefiero centrarme en tipos específicos de dolor", documenta el experto. 

Y recuerda: "El dolor intestinal afecta hasta al 15% de los adultos a lo largo de su vida, y lo único que tenemos a nuestra disposición son los fármacos mencionados anteriormente". Muttenthaler y su equipo habían identificado anteriormente el papel que la oxitocina podría desempeñar en el tratamiento del dolor abdominal, como ha mencionado el científico anteriormente, pero el desafío era lograr que esta molécula adyacente a la hormona peptídica fuera lo suficientemente resistente como para soportar el metabolismo natural del tracto gastrointestinal y poder llegar a su receptor objetivo. Un año y tres generaciones de análogos después, el equipo tenía sus compuestos modelo.

"Identificamos las partes de la oxitocina que las enzimas intestinales descomponen rápidamente y utilizamos la química medicinal para hacerlas estables en el intestino, al tiempo que garantizamos que la nueva molécula aún pudiera activar el receptor de oxitocina. Ahora tenemos una nueva clase de moléculas que son muy activas pero que no se degradan en el estómago ni en el intestino, lo que significa que pueden tomarse por vía oral", documenta.

El compuesto relacionado con la oxitocina también demostró ser "potente y totalmente estable en el intestino", y alcanzó con éxito su objetivo, lo que allana el camino para un ensayo clínico.

Con patente

Con el apoyo del Consejo Europeo de Investigación, los científicos están trabajando ahora para traducir los resultados de sus investigaciones a la práctica. El objetivo es llevar estos nuevos péptidos al mercado como un tratamiento eficaz y seguro para el dolor abdominal crónico.

Además, el enfoque general de las terapias peptídicas orales, estables y específicas del intestino podría revolucionar el tratamiento de las enfermedades gastrointestinales, ya que el potencial terapéutico de los péptidos en esta área aún no se ha explorado por completo.

El equipo ya ha obtenido una patente para los fármacos desarrollados. "Estamos en la fase preclínica inicial, hay que hacer mucho más antes de que esto llegue a la clínica y, finalmente, a los pacientes.También estamos explorando otras aplicaciones. Necesitamos encontrar inversores y recaudar fondos para seguir desarrollando los fármacos principales y llevar a cabo la fase preclínica para que podamos identificar un fármaco candidato que queramos llevar a la clínica", informa el investigador.

En cuanto a su disponibilidad para los pacientes aclara que "depende en gran medida de la financiación. Si éstan es ilimitada, podríamos estar en ensayos clínicos en 3 años. El fármaco aún no tiene nombre comercial y se va a producir mediante síntesis química".

En cuanto su coste, aclara que "es demasiado pronto para decirlo, pero es similar a otros fármacos de péptidos pequeños".

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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