En muchas ocasiones la ciencia nos sorprende y, gratamente, en muchas de ellas. El propio Instituto Nacional del Cáncer de EEUU reconoce: "La edad avanzada es el factor de riesgo más importante para el cáncer en general y para muchos tipos de neoplasias individuales. Las tasas de incidencia de la enfermedad, en general, aumentan de manera constante a medida que se eleva la edad, desde menos de 25 casos por cada 100.000 personas en los grupos de edad menores de 20 años, hasta aproximadamente 350 por cada 100.000 personas entre las de 45 a 49 años, y más de 1.000 por cada 100.000 personas en los grupos de edad de 60 años y más".
Sin embargo, parece ser que cuando se trata del cáncer, el envejecimiento es un arma de doble filo. Los motivos por los que el paso del tiempo se considera el factor de riesgo más importante de la enfermedad oncológica son que las mutaciones genéticas se acumulan en las células a lo largo de los años y las décadas y, en última instancia, impulsan el desarrollo de la misma.
Los motivos 'protectores'
Ahora, un estudio realizado por investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK) y sus colaboradores aporta nuevas pruebas de que la edad avanzada también puede tener un efecto protector contra el cáncer. El estudio, realizado en un modelo de cáncer de pulmón en ratones, se ha publicado en 'Nature'.
Dra. Xueqian Zhuang
"Sabemos que a medida que las personas envejecen, tienen más probabilidades de contraer cáncer", ha afirmado en un comunicado en la página web del MSK la autora del estudio, la Dra. Xueqian Zhuang, investigadora postdoctoral en el laboratorio del autor principal, el Dr. Tuomas Tammela. "Pero todavía hay mucho que se desconoce sobre cómo el envejecimiento realmente cambia la biología de la enfermedad", ha insistido.
Como sucede con muchos tipos de cáncer, el de pulmón se diagnostica en la mayoría de las personas alrededor de los 70 años. Pero una vez que se llega a los 80 u 85 años, la tasa de incidencia comienza a disminuir nuevamente, ha insistido la investigadora.
Y ha añadido. "Nuestra investigación ayuda a demostrar por qué. Las células que envejecen pierden su capacidad de renovación y, por lo tanto, de crecimiento descontrolado como ocurre en el cáncer".
En general, los hallazgos tienen dos implicaciones clave, dicen los investigadores:
En primer lugar, señalan el papel poco apreciado que desempeña el hierro en la capacidad de regeneración de las células envejecidas, lo que sugiere que las terapias dirigidas al metabolismo del hierro pueden funcionar mejor en personas más jóvenes que en las mayores.
En segundo lugar, subrayan el valor potencial de las intervenciones tempranas y los esfuerzos de prevención, centrándose en el momento en el que se inician la mayoría de los cánceres. La capacidad de regeneración de las células está relacionada con el metabolismo del hierro
Para investigar por qué la incidencia del cáncer alcanza su pico máximo en los primeros años de la tercera edad y luego comienza a disminuir nuevamente, el equipo de investigación del MSK estudió un modelo de ratón genéticamente modificado de adenocarcinoma de pulmón, un tipo común de cáncer de pulmón que representa alrededor del 7% de todas las muertes por cáncer en todo el mundo.
Una de las cosas que dificulta el estudio del envejecimiento en modelos de laboratorio es que los ratones tardan dos años en desarrollarse hasta una edad equivalente a los 65-70 años de las personas, lo que hace que los experimentos sean una propuesta larga y que requiere muchos recursos.
Los hallazgos
Los científicos descubrieron que, a medida que los ratones envejecen, producen más cantidad de una proteína llamada NUPR1. Una mayor cantidad de la misma hace que las células de los pulmones funcionen como si tuvieran deficiencia de hierro. "Las células envejecidas en realidad tienen más hierro, pero por razones que aún no entendemos por completo, funcionan como si no tuvieran suficiente", ha argumentado la Dra. Zhuang.
Como las células de los ratones de más edad funcionaban como si no tuvieran suficiente hierro, perdieron parte de su capacidad de regeneración. Y como esa capacidad está directamente relacionada con el aumento del cáncer, los ratones de más longevos desarrollaron muchos menos tumores que sus contrapartes más jóvenes.
Curiosamente, este efecto podría revertirse dándoles a los ratones más mayores hierro adicional o reduciendo la cantidad de NUPR1 en sus células.
Los motivos de administrar hierro
"Creemos que este descubrimiento puede tener un potencial inmediato para ayudar a las personas. En este momento, millones de personas, especialmente después de la pandemia de Covid-19, viven con una función pulmonar insuficiente porque sus pulmones no se curaron completamente de una infección o por alguna otra razón. Nuestros experimentos en ratones demostraron que administrar hierro puede ayudar a los pulmones a regenerarse, y tenemos formas realmente buenas de administrar medicamentos directamente a los mismos, como los inhaladores para el asma", ha documentado el Dr. Tammela.
Pero aquí es donde entra en juego también el doble filo del descubrimiento: al restaurar la capacidad de las células de los pulmones para regenerarse, también se aumenta la capacidad del tejido para desarrollar cáncer, según el estudio.
"Por lo tanto, este tipo de enfoque podría no ser apropiado para personas que tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer. Para nosotros, esto significa que, debido a que la biología de las células cambia con el envejecimiento, la sensibilidad a los medicamentos también se transforma", ha añadido.
Respuestas diferentes
Los pacientes mayores y los más jóvenes pueden responder de manera diferente a los tratamientos que se dirigen al metabolismo del hierro
Los hallazgos del equipo también tienen implicaciones importantes para las terapias basadas en un tipo de muerte celular llamada ferroptosis, que se desencadena por el hierro. La ferroptosis se descubrió en 2012 y hay una serie de compuestos de moléculas pequeñas que inducen ferroptosis, así como medicamentos aprobados previamente por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA), que se están investigando por su potencial para matar células cancerosas.
Los investigadores descubrieron que las células más envejecidas son mucho más resistentes a la ferroptosis que las más jóvenes porque funcionan como si no tuvieran suficiente hierro. Esto significa que los tratamientos dirigidos a la ferroptosis pueden no ser tan eficaces en pacientes mayores como lo son en los más jóvenes.
"Una de las cosas que demostramos al explorar toda esta biología del hierro es que la ferroptosis suprime los tumores, como todos sospechaban, pero de forma mucho más profunda en animales más jóvenes", ha explicado el autor principal.
Por su parte, la Dr. Zhuang ha insistido: "Para nosotros, esto indica que, como la biología de las células cambia con el envejecimiento, la sensibilidad a los fármacos también lo hace. Por lo tanto, los médicos podrían tener que ser muy cuidadosos en los ensayos clínicos, por ejemplo, para observar los efectos tanto en pacientes mayores como en pacientes más jóvenes".
Y para el Dr. Tammela, la investigación en última instancia tiene un resultado aún más importante: "Lo que nuestros datos sugieren en términos de prevención del cáncer es que los eventos que ocurren cuando somos jóvenes son probablemente mucho más peligrosos que los que ocurren más tarde. Por lo tanto, evitar que los jóvenes fumen, o se bronceen, o que se expongan a otros carcinógenos evidentes es probablemente incluso más importante de lo que pensábamos".
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.