
La curiosa relación entre ibuprofeno, aspirina y la prevención del alzhéimer
Un estudio señala que tomarlos dos años seguidos podría reducir la probabilidad de demencia

La demencia es actualmente una de las principales causas de discapacidad y dependencia. Su prevalencia está aumentando y no existen tratamientos preventivos eficaces, como documenta un estudio de 'Biomarkers for Azlheimer`s Disease Drug Development'.
Cada vez hay más evidencia proveniente de estudios experimentales en animales y trabajos observacionales en humanos que sugieren un papel central de los procesos inflamatorios en diversas patologías subyacentes a la demencia, incluyendo la lesión cerebral vascular y la acumulación de amiloide-β y tau. Se ha descrito que importantes factores de riesgo de demencia, incluyendo la hipertensión, la hipoperfusión cerebral, la aterosclerosis y la acumulación de amiloide-β y tau, desencadenan respuestas neuroinflamatorias crónicas.
La neuroinflamación crónica conduce a un daño vascular con acumulación de amiloide-β y tau a través de diversos procesos, como la ruptura de la barrera hematoencefálica y la disfunción endotelial, como recuerda un ensayo de ‘Journal of Neuroinflammation’.
Los famosos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son medicamentos comunes, como el ibuprofeno o la aspirina, que pueden aliviar el dolor, la fiebre y la inflamación. Si bien son muy útiles para aliviar los síntomas, los expertos también están interesados en sus posibles efectos a largo plazo.
Hallazgos esperanzadores
Ahora un estudio publicado 'Journal of American Geriatric Society' ha examinado la relación entre el uso de AINE durante ciertos períodos de tiempo y el riesgo de demencia.
Tras analizar datos de 11.745 participantes, los resultados indicaron que su ingesta durante más de dos años redujo el riesgo de padecerla. Períodos de tiempo más cortos se asociaron con un ligero aumento de probabilidades de sufrirla. Los investigadores también descubrieron que la cantidad acumulada de los fármacos no disminuyó el riesgo de la patología.
Esto sugiere que el tiempo de exposición influye en los posibles beneficios del uso de AINE sobre el riesgo de demencia.
¿Cómo afecta su uso?
Los autores, del Centro Médico de la Universidad Erasmus, en Rotterdam (Países Bajos), señalan que la inflamación puede ser un factor crítico en el desarrollo de la demencia. Los AINE ayudan a controlar la inflamación y pueden afectar el riesgo de demencia.

Los investigadores utilizaron datos de los participantes del Estudio de Róterdam, un ensayo poblacional prospectivo en curso en los Países Bajos. Para el análisis actual, se incluyeron participantes sin demencia de base, incluyendo 11.745 en el análisis final según todos sus criterios. La edad promedio de los participantes rondaba los 66 años.
Los investigadores utilizaron los registros farmacéuticos para examinar el uso de los OTC orales por parte de los participantes. También dividieron los AINE en dos categorías: reductores de beta-amiloide-42 y no reductores de beta-amiloide-42.
Esta distinción se relaciona con datos previos sobre cómo ciertos AINE pueden afectar los niveles de amiloide en el cerebro. La acumulación de beta-amiloide en el cerebro está relacionada con un mayor riesgo de demencia.
Los participantes se sometieron a pruebas periódicas de detección de demencia. Los investigadores también contaban con datos sobre diversos indicadores de salud y factores de estilo de vida, como la presión arterial, la diabetes, los niveles de colesterol, el índice de masa corporal, el nivel educativo y el tabaquismo. El consumo de AINE de los participantes en cuatro categorías principales:
- No consumo.
- Uso a corto plazo (menos de un mes).
- Ingesta a medio plazo (entre un mes y dos años).
- Consumo a largo plazo (más de dos años).
Los análisis adicionales utilizaron otros periodos de tiempo para permitir una evaluación más exhaustiva. Los investigadores emplearon diferentes modelos para examinar la relación entre la demencia por cualquier causa y el tiempo de consumo de AINE, así como para tener en cuenta diferentes factores. Además, realizaron varios análisis de sensibilidad, como la relación entre los AINE y la enfermedad de Alzheimer, y la asociación entre la demencia y los salicilatos, sustancias presentes en medicamentos como la aspirina.
Menor riesgo
Tras un seguimiento promedio de 14,5 años a los participantes, el 81,3 % de ellos consumió AINEs. Algo menos del 6% tomó únicamente AINE sin propiedades reductoras de beta-amiloide-42, y alrededor del 46 % ingirió una combinación de AINE con y sin propiedades reductoras de beta-amiloide-42. Algo más de . 2000 participantes desarrollaron demencia.
El uso de AINE a corto y mediano plazo aumentó ligeramente el riesgo de demencia por cualquier causa, mientras que el uso prolongado de AINE lo redujo. La asociación entre el uso prolongado de estos fármacos y la reducción del riesgo de enfermedad de Alzheimer fue incluso más sólida que la de la demencia por cualquier causa.
También descubrieron que los AINE que no reducen la beta-amiloide-42 parecían reducir el riesgo de demencia por cualquier causa más que los que sí la dosminuen. Los investigadores no encontraron una asociación entre la dosis acumulada de AINE y la reducción del riesgo de demencia. Tampoco descubrieron que estos parecían reducir el riesgo de demencia por cualquier causa entre los participantes con el alelo APOE-e4.
Limitaciones
Este estudio tiene algunas limitaciones. Solo incluyó a personas de los Países Bajos y la mayoría de los participantes eran blancos, por lo que los resultados no se pueden generalizar a todas las personas. Faltaban algunos datos de los participantes, y cierta información, como el consumo de alcohol, fque ue autoinformada. El estudio tampoco puedo establecer la causa.
Este estudio solo logró analizar el uso de AINE con receta, a pesar de que estos también están disponibles sin ella. Es posible que algunos participantes que, según los investigadores, no tomaban AINE, sí lo estuvieran haciendo.
En cuanto al diagnóstico de alzhéimer, los investigadores no pudieron incluir biomarcadores, por lo que es posible que se produjera una clasificación errónea. También es probable que los participantes que usaron AINE a largo plazo fueran más saludables que los participantes que solo los usaron a corto plazo. Los investigadores sí consideraron el uso de aspirina en uno de los modelos. No clasificaron la aspirina como AINE. Al analizar la aspirina por separado, no encontraron una asociación entre el uso a largo plazo y la reducción del riesgo de demencia.