El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) suele considerarse ‘cosa de niños’, pero cada vez más adultos se están dando cuenta de que, probablemente, también lo sufran pero sin diagnosticar, en gran parte gracias a los vídeos que sobre él se han convertido en tendencia en las redes sociales y que acumulan millones de visitas.
Los adultos que padecen TDAH tienen problemas de atención, hiperactividad e impulsividad lo suficientemente graves como para causar conflictos constantes en el trabajo y en el hogar. Estos síntomas son persistentes y disruptivos y, a menudo, se remontan a la infancia. El TDAH en adultos se presenta en:
Adultos que fueron diagnosticados cuando eran niños, pero los síntomas continúan en la edad adulta.
Los que son diagnosticados por primera vez, a pesar de experimentar síntomas desde que eran más jóvenes que habían sido ignorados o mal diagnosticados.
Recientemente, una nueva encuesta realizada a 1.000 adultos estadounidenses por el Centro Médico Wexner y la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio reveló que el 25% de los adultos sospechan que pueden tener un TDAH no diagnosticado. Pero lo que preocupa a los expertos en salud mental es que solo el 13% de los encuestados ha compartido sus sospechas con su médico. El TDAH puede ser difícil de diagnosticar en adultos, porque algunos de los síntomas son similares a los de otros trastornos de salud mental, como la depresión o la ansiedad.
Nueva investigación
Ahora llega una nueva investigación internacional que revela un vínculo genético entre el parkinson y el TDHA. En uno de los estudios más amplios jamás realizados sobre el ADN y el volumen cerebral, los investigadores han identificado 254 variantes genéticas que dan forma a estructuras clave en el cerebro profundo, incluidas las que controlan la memoria, las habilidades motoras, las conductas adictivas y más. Los hallazgos se han publicado en la revista 'Nature Genetics'.
El estudio está impulsado por el consorcio Enhancing Neuro Imaging Genetics through Meta-Analysis (ENIGMA, un esfuerzo internacional con sede en la Escuela de Medicina Keck de la USC, que reúne a más de 1.000 laboratorios de investigación en 45 países para buscar variaciones genéticas que afecten la estructura y función del cerebro.
"Se sabe que muchas enfermedades cerebrales son parcialmente genéticas, pero desde un punto de vista científico, queremos encontrar los cambios específicos en el código genético que las causan”, ha declarado en un comunicado Paul M. Thompson, PhD, director asociado del Instituto de Neuroimagen e Informática Mark y Mary Stevens de la USC e investigador principal de ENIGMA. Y ha agregado: "Al realizar esta investigación en todo el mundo, estamos empezando a centrarnos en lo que se ha llamado 'la esencia genética de la humanidad".
Comprender mejor el cerebro
Identificar regiones cerebrales que son más grandes o más pequeñas en algunos grupos (por ejemplo, personas con una enfermedad cerebral específica), en comparación con otros, puede ayudar a los científicos a comenzar a comprender qué causa la disfunción en el cerebro. Hallar los genes que controlan el desarrollo de esas regiones cerebrales ofrece una pista adicional sobre cómo intervenir.
En el presente estudio, financiado en parte por los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, un equipo de 189 investigadores de todo el mundo recogió muestras de ADN y tomó imágenes por resonancia magnética del cerebro, que midieron el volumen en regiones subcorticales clave, también conocidas como el 'cerebro profundo' de 74.898 participantes. Luego realizaron estudios de asociación del genoma completo, o GWAS, un enfoque que puede identificar variaciones genéticas vinculadas a diversos rasgos o enfermedades, y encontraron algunas asociaciones entre genes y volumen cerebral que conllevaban un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
"Existe evidencia sólida de que el TDAH y el Parkinson tienen una base biológica, y esta investigación es un paso necesario para comprender y eventualmente tratar estas afecciones de manera más efectiva", ha declarado Miguel Rentería, profesor asociado de neurogenómica computacional en el Instituto de Investigación Médica de Queensland (QIMR Berghofer) en Australia ,e investigador principal del estudio de 'Nature Genetics'.
"Nuestros hallazgos sugieren que las influencias genéticas que sustentan las diferencias individuales en la estructura cerebral pueden ser fundamentales para comprender las causas subyacentes de los trastornos relacionados con el mismo", ha afirmado.
Volumen cerebral
Los investigadores analizaron el volumen cerebral en estructuras subcorticales clave, como el tronco encefálico, el hipocampo, la amígdala, el tálamo, el núcleo accumbens, el putamen, el núcleo caudado, el globo pálido y el diencéfalo ventral. Estas regiones son fundamentales para la formación de recuerdos, la regulación de las emociones, el control del movimiento, el procesamiento de datos sensoriales del mundo exterior y la respuesta a las recompensas y los castigos.
Los análisis de GWAS revelaron 254 variantes genéticas asociadas con el volumen cerebral en esas regiones, lo que explica hasta el 10% de las diferencias observadas en el volumen cerebral entre los participantes del estudio. Si bien investigaciones anteriores han vinculado claramente ciertas regiones con enfermedades, como los ganglios basales con el párkinson, el nuevo estudio revela qué variantes genéticas dan forma al volumen cerebral con mayor precisión.
“Este artículo, por primera vez, señala exactamente dónde actúan estos genes en el cerebro, proporcionando el comienzo de una hoja de ruta sobre dónde intervenir" ha afirmado el científico Thompson, quien también es profesor de oftalmología, pediatría, neurología, psiquiatría y ciencias del comportamiento, radiología, ingeniería biomédica e ingeniería eléctrica en la Escuela de Medicina Keck .
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.