Motivos para la esperanza: estos son los últimos avances contra el alzhéimer

Es una de las prioridades de la comunidad científica internacional: ganarle la batalla al alzhéimer. Desde las próximas decisiones sobre la aprobación de medicamentos hasta los resultados de los ensayos clínicos en las últimas etapas, este año promete muchos avances en el tratamiento de la enfermedad. En 2024, hay 171 estudios en curso y 134 medicamentos en fase de prueba en ensayos clínicos, según la Fundación Brightfocus 

Pero antes las cifras. En declaraciones a este diario, la Dra. Teresa Moreno, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN) aclara: "Se ha hablado mucho de la pandemia de Covid-19 pero la verdadera epidemia de este siglo es el alzhéimer y las demencias. Actualmente, en nuestro país que estén diagnosticados serían aproximadamente 800.000 casos, pero creemos que sin diagnóstico puede haber cerca de un millón o un millón y medio, lo que es desgarrador para el paciente y sus familiares. Pero hay motivos para la esperanza porque en los últimos años cada vez están saliendo nuevas cosas que nos ayudan a retrasar la aparición de la enfermedad". A lo largo de este año el esfuerzo científico ha dado como frutos: 

Medicamentos 

La FDA (La Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU) ha aprobado la comercialización de donanemab, un anticuerpo monoclonal que ataca las placas de la proteína beta amiloide que se acumulan en el cerebro en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer. Este nuevo fármaco recibe luz verde para el tratamiento de personas son síntomas tempranos del alzhéimer como, por ejemplo, el deterioro cognitivo leve o con demencia leve, que tengan confirmación de la presencia de estas placas en el cerebro.

El medicamento, que recibirá el nombre comercial en los EEUU de Kisunla, ha demostrado según el estudio clínico en fase III llevado a cabo por la empresa farmacéutica Reduce el declive cognitivo y funcional hasta un 35% en comparación con el placebo a los 18 meses, así como el riesgo de los participantes de progresar a la siguiente etapa clínica de la enfermedad hasta un 39%, documenta la Fundación Maragall.

Donanemab se suma a la aprobación de hace un año en los EEUU de otro fármaco que también ralentiza el deterioro cognitivo provocado por la enfermedad, lecanemab (nombre comercial, Leqembi), que demostró que reducía los marcadores de amiloide y ralentizaba en un 27% el deterioro cognitivo en pacientes en fases iniciales de la enfermedad. “Pero estos fármacos no están aprobados en Europa,”, comenta la Dra de la SEN. 

Asimismo, tradicionalmente, las terapias dirigidas a los amiloides requieren infusiones intravenosas (IV) periódicas que se administran en el consultorio del médico. Ahora, los científicos están desarrollando medicamentos para combatir los amiloides en forma de píldoras de fácil acceso.  Se espera que el fabricante del primer medicamento oral modificador de la enfermedad de Alzheimer, ALZ-801, presente una nueva solicitud de medicamento a la FDA a finales de este año. La solicitud está a la espera de los resultados finales de un ensayo clínico de fase 3 llamado APOLLOE4. El ensayo examina el uso de este medicamento en personas con dos copias de un gen de riesgo de Alzheimer, APOE4 , y un diagnóstico temprano de la enfermedad. 

Dra, Teresa Moreno

Pero la verdadera novedad es 'Made in Spain'. Se presentaba en el XII Conferencia Bienal Barcelona Pittsburgh (entre el 15 y 17 de mayo de este año). "Se trata del Tebofortán 240 mg. Modifica los niveles de diferentes biomarcadores inflamatorios y de neurodegeneración después de 12 meses de tratamiento. Hablamos de un fármaco que no cura, pero sí ha demostrado claramente frenar la progresión de la enfermedad y sin efectos secundarios. Consiste en extracto de Ginkgo biloba, pero es el único que tiene la autorización para venderse en farmacias", documenta la Dra. Moreno.  

Diagnóstico 

La especialisa insiste en la necesidad de que las personas que "noten pérdidas de memoria acudan cuanto antes al especialista para descartar la existencia de la enfermedad. De esta forma, si seleccionamos a los pacientes hasta en un 40% de los casos podemos retrasar la enfermedad. no es lo mismo tener alzhéimer a los 60 que a los 90”.

De la misma opinión se muestra el equipo del Instituto Clavel que destaca: "Esta enfermedad que representa un envejecimiento prematuro afecta por  encima de los 55-60 años y va incrementando su incidencia y su prevalencia  a medida que nos hacemos más mayores. Actualmente contamos con  diferentes estudios neuropatológicos que demuestran con un algoritmo  que, si viviéramos entre los 130 y los 140 años todos acabaríamos teniendo  ovillos neurofibrilares y placas beta amiloides: dos signos evidentes del alzhéimer". 

E insisten; “La acumulación de amiloide y ovillos empieza muy temprano y los primeros  síntomas clínicos que conocemos son la pérdida de la memoria reciente, olvidos frecuentes y tendencia a rememorar. En este momento deberíamos llevar a cabo el PET beta amiloide y los biomarcadores en sangre porque, aunque contamos con otras técnicas diagnósticas, estudios recientes han  detectado un anticuerpo monoclonal que ha resultado eficaz en estadios  iniciales. Esto también nos permite aplicar a los pacientes estimulación  eléctrica percutánea, un tratamiento que está completamente indicado en estadíos iniciales cuando hay un deterioro cognitivo leve”. 

Los expertos recuerdan que es "una técnica no invasiva  económica y no tiene efectos secundarios, así se puede diagnosticar bien el  paciente y si elegimos a los adecuados a los que se debe aplicar el  resultado es muy bueno. De  hecho, hay estudios realizados aleatoriamente por neurólogos en EEEUU  y en algunos países europeos que llegan a la conclusión de que con la estimulación percutánea hay mejoría en los estadíos iniciales".

La prevención 

Como recuerda la experta de la SEN, "más vale prevenir que curar. La clave es haver vida sana, como en todas las enfermedades que afectan a la circulación sanguínea está en hacer ejercicio, llevar una dieta sana (nada como la mediterránea), controlar la tensión arterial, el azúcar, no fumar ni beber alcohol". Lo que no es fácil controlar son los factores ambientales. "Está demostrado que la contaminación eleva el riesgo de padecer la enfermedad. No es lo mismo vivir en un pueblo de la Sierra que en Madrid que es como si estuvieras fumando todo el día". 

Otro factor ambiental que salía a la luz este año es la contaminación lumínica. Un estudio recogido en 'Frontiers in Neuroscience', ha demostrado que en EEUU existe una asociación positiva entre la prevalencia del alzhéimer y la exposición a la luz durante la noche, en particular en personas menores de 65 años.

Pero este año también ha tenido su gran sorpresa y no precisamente positiva. Se producía una de las mayores polémicas en la comunidad científica internacional. Los autores de un estudio histórico sobre alzhéimer reconocían 18 años después que lo manipularon. Concretamente ‘engañaron’ en las imágenes que vinculaban una forma de proteína amiloide con el deterioro de la memoria.