Se puede decir más alto pero no más claro. La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo para la salud más prevalentes. Mientras que mejorar y mantener los niveles recomendados de actividad física conduce a reducciones en los factores de riesgo metabólicos, hemodinámicos, funcionales, de composición corporal y epigenéticos de enfermedades crónicas no transmisibles.
‘Moverse’ también juega un papel importante en muchos casos comparable o superior a las intervenciones farmacológicas, en la prevención y el tratamiento de más de 40 afecciones como la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la depresión, la enfermedad de Alzheimer y la artritis, entre otras, tal y como refleja un estudio publicado en ‘Circulation’.
Y una forma sencilla (y económica) de dejar el ‘sofá’ y empezar a cumplir con este objetivo es simplemente andar. Y no es necesario marcarse como meta los famosos 10.000 pasos al día, ese ‘número perfecto’ al que se ha aludido durante mucho tiempo como medio para mantenerse en forma y saludable. Esta hipótesis se originó en Japón en la década de 1960, pero no tenía base científica alguna.
Pero un ensayo internacional, liderado por la Universidad de Granada (UGR), ha demostrado por primera vez de manera científica cuántos pasos hay que dar al día para reducir notablemente el riesgo de sufrir una muerte prematura: 8.000. Si tomamos como referencia la longitud media de los pasos humanos (que es en hombres de 76 centímetros y en mujeres de 67 centímetros), la cifra es de aproximadamente unos 6,4 kilómetros andados al día. También importa el ritmo: si se anda rápido se obtienen más beneficios, tal y como recoge la investigación publicada en ‘Journal of the American College of Cardiology’.
1. Te hace más creativo y mejora el estado de ánimo
La ciencia ha constatado que sólo 10 minutos de caminata pueden levantar el ánimo. Además, el efecto puede amplificarse aún más si das un paseo por la vegetación, como recoge un ensayo publicado en ‘Health Promotion Perspective’. No sólo. También se ha demostrado gracias a la comparación de los efectos del movimiento (sentado ‘versus’ caminar) que caminar mejora la tarea cognitiva.
2. Fortalece tus huesos
Según la Mayo Clinic, caminar actúa directamente sobre los huesos de las piernas, las caderas y la parte inferior de la columna para frenar la pérdida de densidad. Además, un estudio recogido en ‘PLoS One’ encontró que andar rápido a largo plazo es una forma eficaz de mejorar la densidad ósea.
Específicamente, se recomienda realizar caminatas rápidas durante 30 minutos por día 3 o más veces por semana para prevenir la pérdida ósea en mujeres premenopáusicas.
3. Mejora la salud del corazón
Una de las principales formas en que caminar puede mejorar la salud cardiaca es reduciendo la presión arterial. Algunas investigaciones muestran que por cada 1.000 pasos diarios que das, podrías reducir tu presión arterial sistólica en 0,45 puntos. Eso significa que si registras hasta 8.000 o un poco más es probable que tu presión arterial sistólica sea 2,25 puntos más baja que la de otra persona que camina sólo 5.000 pasos diarios.
Es más, un ensayo recogido en ‘The New England Journal of Medicine’encontró que aquellos que caminaban lo suficiente como para cumplir con las pautas de actividad física tenían un riesgo 30% menor de sufrir eventos cardiovasculares (como un infarto o un ictus) en comparación con los que no caminaban regularmente. Otro estudio encontró que, especialmente para los adultos mayores, cada 500 pasos adicionales dados cada día se asociaba con un 14% menos de riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o insuficiencia cardíaca.
4. Por un peso saludable
Investigadores de la Universidad de Pamukkale de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pamukkale, en Denizli (Turquía) han demostrado que caminar con regularidad puede ayudar a reducir la grasa y, como resultado, mejorar la respuesta del cuerpo a la insulina. Pero sí quieres ‘quemar’ más calorías, nada como marcarse una ruta al aire libre que incluya colinas, por poner un ejemplo.
Aumentar la velocidad durante pequeños períodos de tiempo durante, por ejemplo, una caminata de 30 minutos también permite quemar más calorías que andar a un ritmo moderado durante media hora.
5. Eleva tus defensas
La ciencia ha constatado que el ejercicio de intensidad moderada, y pasear en particular, fortalece el sistema inmunológico. Aumenta la cantidad de células inmunitarias que atacan a los patógenos en nuestro cuerpo, lo que puede reducir el riesgo de padecer enfermedades infecciosas. No sólo, las investigaciones, como la recogida en ‘International Journal of Epidemiology’, han descubierto que las personas que andan más pasan menos tiempo en el hospital. Un estudio incluso encontró que quienes caminaban con regularidad podían reducir su riesgo de morir de neumonía en comparación con quienes no hacían ejercicio frecuentemente.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.