Dormir bien es un 'seguro de vida'. Descansar adecuadamente (y lo suficiente) reduce el riesgo de sobrepeso, disminuye las probabilidades de enfermedad cardiaca, aumenta el rendimiento físico, la memoria y el aprendizaje, disminuye la inflamación, refuerza el sistema inmune, protege la salud mental y mejora el estrés. Y para lograr todo ello, la temperatura de la habitaciónm máxima con los cambios que estamos sufriendo debe ser la adecuada.
Así la ideal para dormir es de entre 15,6 °C y 18,3 °C. Sin embargo, cada persona es 'un mundo' y es posible que esta no sea adecuada para todos. Los bebés y los adultos mayores también pueden necesitar una temperatura ambiente ligeramente más cálida, como recuerda Healhline.
La temperatura corporal disminuye antes de dormir, como documenta un estudio de 'Fronteries'. Una habitación fresca, pero no fría, ayudar a conciliar el sueño y a mantenerlo durante toda la noche. Los bebés y los adultos mayores, como hemos mencionado antes, pueden necesitar un ambiente ligeramente más caluroso para dormir, pero hay que evitar subir el termómetro más de unos pocos grados adicionales para que no se sobrecaliente la estancia.
¿Por qué esta temperatura?
Como recoge una investigación de 'Sleep Environment', una temperatura ambiente de entre 15,5 °C y 18,3 es óptima porque se relaciona con la regulación de la interna del cuerpo.
La temperatura interna cambia durante un período de 24 horas. Comienza a perder calor alrededor del momento en que nos vamos a la cama, recuerda otro ensayo de 'Frontiers'l y continúa enfriándose hasta alcanzar su punto más bajo cerca del amanecer.
El cuerpo se enfría al expandir los vasos sanguíneos de la piel. Cuando la temperatura comienza a bajar por la noche, es posible que notes que las manos y los pies se calientan al principio. Esto se debe a que el cuerpo deja escapar el calor a través de ellos para reducir la temperatura central. Ambas extremidades eventualmente alcanzarán la misma temperatura que el torso.
Si la temperatura en el entorno donde duermes es demasiado alta o muy baja, puede afectar a la caída de la interna del cuerpo y provocar que tengas un sueño alterado.
¿Es diferente para bebés y adultos mayores?
-
Bebés. No es necesario crear un entorno de sueño muy diferente para los bebés. Puedes considerar subir el termostato uno o dos grados, pero deberían estar bien en una habitación con una temperatura entre 16 °C y 20 °C, siempre que estén vestidos adecuadamente.
- En general, se deben evitar las temperaturas más altas, ya que el sobrecalentamiento puede aumentar el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
-
Adultos mayores. Un estudio descubrió que la temperatura ideal para dormir de los adultos mayores oscilaba entre 20 °C y 25 °C. Los investigadores observaron que el sueño era más eficiente y reparador a estas temperaturas, con una caída del 5% al 10% en la eficiencia del sueño cuando esta se incrementaba de 25 °C a 30 °C.
Demasiado calor o demasiado frío
Las temperaturas fuera de las condiciones cómodas para dormir pueden afectar el sueño general de diferentes maneras.
-
Demasiado calor. Puedes notar que tienes un sueño inquieto cuando la temperatura de la habitación está por encima de la óptima. Este sueño inquieto en una habitación calurosa podría deberse a una disminución del sueño de ondas lentas o sueño de movimientos oculares rápidos (REM).
-
Exceso de humedad. Además del calor, esta también puede contribuir a los problemas de sueño, como se recoge en la revista Revista de ingeniería de la construcción.
-
Demasiado frío. Un estudio en el 'Journal of Thermal Biology' señala que tener demasiado frío no afectará tanto a tu ciclo de sueño como tener calor excesivo. Aun así, puede dificultar que te duermas y 'agredir' a otros aspectos de tu salud. Si tienes demasiado frío mientras duermes, intenta subir el termostato unos grados o añadir más capas a tu ropa de cama.
Otros consejos para dormir bien
Hay varias formas de asegurarte de que tu habitación se mantenga entre 15,6 °C y 18,3 °C por la noche:
-
Configura el termostato de tu casa para que baje la temperatura durante las horas de sueño.
- Puedes mantener el termómetro un poco más cálido durante el día, pero configurarlo para que baje por la noche.
- Abre las ventanas o enciende el aire acondicionado o la calefacción si la temperatura sube o baja fuera del rango ideal para dormir. Incluso puedes instalar un termostato en tu habitación para regular la temperatura.
-
Enciende un acondicionador de aire o un ventilador durante los meses cálidos para enfriar la temperatura y hacer circular el aire.
- Cambia la ropa de cama cuando cambien las estaciones.