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Las dietas letales que provocan enfermedades digestivas (y las que no)

Patricia Matey

Foto: Bigstock

Viernes 3 de enero de 2025

9 minutos

Dos estudios analizan la alimentación que protege o pone en riesgo de cánceres gastrointestinales

Las dietas letales que provocan enfermedades digestivas (y las que no)
Patricia Matey

Foto: Bigstock

Viernes 3 de enero de 2025

9 minutos

No es la primera vez que un ensayo científico documenta el tipo de alimentación que reduce el riesgo de cáncer y el que, por el contrario, eleva el riesgo de desarrollarlo. Los cánceres gastrointestinales (GI, de sus siglas en inglés) se refieren a tumores en el esófago, estómago, hígado, vesícula biliar, tracto biliar, páncreas, intestino delgado y grueso, recto y ano, como se documenta en un estudio de 'Cancer Communications'. 

Estimaciones recientes sugieren que los cánceres GI son responsables del 26% de los casos de tumores globales y del 25% de las muertes relacionadas con la enfermedad, según datos recogidos en 'Gastroenterology'.

El colorrectal (CCR, de sus siglas en inglés) representa 19,5 de cada 100.000 casos, seguido, por cada 100 000, por el de estómago con 11; el de hígado, 9,5; el de esófago, 6,3; y de páncreas, 4,9, según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer

Además de la genética, el estilo de vida modificable y los factores ambientales contribuyen al aumento del riesgo de cánceres GI. Y la conducta alimentaria es un factor modificable. El consumo de alimentos y nutrientes específicos, incluidas grandes cantidades de frutas y verduras, fibra y bajos niveles de ácidos grasos saturados, se asocia con un menor riesgo de cánceres gastrointestinales. 

Dieta insana 

Por el contrario, la ingesta de carne roja y procesada, bebidas azucaradas y el consumo de alcohol parecen aumentar el riesgo de ciertos cánceres gastrointestinales. Esto se basa principalmente en la asociación de un solo alimento o ingesta de nutrientes, y el efecto combinado de la dieta general sobre el riesgo de cáncer gastrointestinal no se ha considerado en profundidad. Y es importante porque las personas no consumen alimentos o nutrientes de forma aislada, y la interacción de los componentes de los alimentos y los nutrientes es inevitable. 

Dadas estas limitaciones, examinar la dieta completa utilizando métodos a posteriori e híbridos basados ​​en datos puede proporcionar información más útil sobre la asociación entre la dieta y el riesgo de cáncer gastrointestinal.

Dos nuevos estudios 

Pero ahora, investigadores de la Universidad Flinders (Australia) han publicado dos estudios que amplían la evidencia existente de que una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, pescado, legumbres y productos lácteos puede proteger contra el riesgo de cánceres gastrointestinales (GI), incluido el de intestino, y mejorar los resultados de estas enfermedades. Uno de los ensayos ha sido recogido en 'European Journal of Nutrtion', mientras que el otro trabajo se ha publicado en 'Nutrition Reviews'.

Dietas como la mediterránea protegen del cáncer. Bigstock

 

"Hemos identificado muchos vínculos directos entre las malas elecciones alimentarias y los cánceres digestivos", ha comentado en un comunicado emitido por la Universidad el autor principal de ambos ensayos, el Dr. Yohannes Melaku, del Instituto de Investigación Médica y de Salud Flinders (FHMRI).

 Y ha insistido: "Es importante destacar que descubrimos que una dieta rica en grasas saludables y vegetales y que limita el consumo de azúcares y alcohol podría reducir potencialmente el riesgo de cáncer de intestino y otros tipos de cáncer. Los patrones alimentarios poco saludables, marcados por un alto consumo de carnes rojas y procesadas, comidas rápidas, granos refinados, alcohol y bebidas azucaradas, presentan una relación preocupante con un mayor riesgo de cánceres gastrointestinales".

El propio investigador ha referido que "en particular, encontramos que los alimentos ricos en fibra, como las frutas y las verduras, promueven la salud de las bacterias intestinales, que pueden reducir la inflamación. El énfasis en la fibra y las grasas saludables debería ser parte integral de la dieta de todos".

Por el bienestar

Si bien hay cada vez más evidencia de que las intervenciones dietéticas pueden ser efectivas para prevenir o retrasar algunas enfermedades, los autores han asegurado que se necesitan más ensayos para investigar el impacto que tiene la dieta sobre los cánceres y que ésta es sólo un aspecto de la salud y el bienestar general de una persona.

"A medida que aumenta la conciencia sobre el cáncer, nuestra investigación sirve como un oportuno recordatorio del poder de la nutrición en la prevención de enfermedades. Si seguimos hábitos alimentarios saludables, podemos tomar medidas proactivas para proteger nuestra salud a largo plazo. Con el creciente número de cánceres digestivos, como el  de intestino, que se diagnostican en todo el mundo, y cada vez más en personas menores de 50 años, es hora de actuar para proteger la salud digestiva de las personas,  ha referido el Dr. Melaku.

Los hallazgos respaldan las directrices del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) y del Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR) que abogan por dietas ricas en cereales integrales, verduras, frutas y legumbres, al tiempo que limitan la carne roja y procesada, las bebidas azucaradas y los alimentos procesados.

"Nuestros hallazgos no sólo refuerzan las pautas establecidas, sino que también resaltan las opciones dietéticas que pueden proteger de forma proactiva contra esta enfermedad, como aumentar la ingesta de fibra. Tener una dieta saludable es una de las formas más sencillas de mejorar nuestra salud general y reducir el riesgo de enfermedades, incluido el cáncer", ha insistido el investigador.

Educación nutricional 

Y ha documentado: "Nuestros estudios demuestran que la educación nutricional y la promoción de patrones de alimentación saludables podrían ser fundamentales para reducir los riesgos de cáncer gastrointestinal y mejorar los resultados de los pacientes. Si bien nuestros resultados son prometedores, es necesario realizar más trabajos con un mayor enfoque en la nutrición en entornos clínicos utilizando biomarcadores nutricionales para comprender mejor la relación entre la dieta y el cáncer gastrointestinal", ha afirmado la profesora asociada Amy Reynolds, coautora del artículo.

Ejemplo de pirámide nutricional. Bigstock

 

La científica cree que se necesita "comprender cómo los diferentes patrones dietéticos pueden influir en el riesgo de desarrollar cánceres digestivos. También queremos ver un aumento en la educación sobre alimentación saludable, lo que podría conducir a mejores resultados de salud para aquellos en riesgo de cánceres gastrointestinales". 

Los dos estudios

  • Para el primer trabajo, los investigadores utilizaron del ensayo multicéntrico de detección del cáncer de próstata, pulmón, colorrectal y ovario (PLCO).  Diez centros de detección ubicados en todo EEUU inscribieron a casi 155. 000 personas de 55 a 74 años de edad sin antecedentes previos de los tumores mencionados.Estos participantes fueron asignados aleatoriamente ya fuese al grupo de intervención (un programa organizado de exámenes de detección dentro del estudio) o al grupo de control (que recibió la atención acostumbrada de sus proveedores de asistencia médica la cual a veces incluyó exámenes selectivos de detección). Los centros del estudio PLCO comenzaron a inscribir participantes en 1993 y completaron la inscripción en 2001. La ingesta dietética se evaluó mediante un cuestionario de antecedentes dietéticos y los participantes fueron seguidos cerca de diez años.
  • El segundo ensayo fue una revisión sistemática y metanálisis de estudios que tuvieron como objetivo determinar la asociación entre los patrones dietéticos, derivados mediante el análisis de componentes principales (PCA) y la regresión de rango reducido (RRR), y el riesgo de cáncer gastrointestinal y la mortalidad causada por el mismo. 

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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