El accidente cerebrovascular (ACV), popularmente conocido como ictus, es una de las principales causas prevenibles de discapacidad y muerte, que se asocia con un amplio espectro de discapacidad y dependencia, como destaca un estudio en 'The Lancet'.
Es importante anotar que la 'versión' grave se asocia con una variedad de déficits funcionales y resultados finales, desde la recuperación total hasta la dependencia grave y la muerte. Las intervenciones de salud pública para reducir la carga del ictus pueden priorizar razonablemente la prevención del mismo. Por todo ello, conocer bien la asociación de los factores de riesgo vasculares tradicionales con el accidente cerebrovascular agudo puede contribuir a 'dibujar' estrategias globales más precisas para su prevención
Y una asociación diferente de los factores de riesgo con la gravedad del evento puede medirse a través de la diferencia entre el ictus isquémico frente a la hemorragia intracerebral (HIC), ya que ésta se relaciona con la gravedad del evento, como se apunta en un estudio de 'Jama Network'.
Varios subtipos de ictus
Dentro de los subtipos de ACV, hay evidencia de que algunos factores de riesgo, en particular la fibrilación auricular, pueden estar asociados con la gravedad, pero esta relación puede confundirse por la edad del paciente. Los que sufren fibrilación auricular y ACV agudo son una década mayores que los pacientes sin la enfermedad cardiovascular. Debido a que el efecto de la edad está controlado en el estudio INTERSTROKE (un gran trabajo con casos de 32 países que apunta los factores de riesgo de la enfermedad), éste facilita la evaluación de la asociación independiente de estos dos factores entre los síndromes de gravedad del ACV, a pesar de la edad.
El estudio INTERSTROKE informó de 10 factores de riesgo potencialmente modificables que se asociaron con el 90% del riesgo atribuible de la población, después de controlar la edad y el sexo. Ahora llega una nueva investigación, publicada en 'Neurology' derivada de este ensayo, que ahonda en los factores de riesgo vasculares para el ictus grave.
Nuevas evidencias
Al parecer, las personas con afecciones o hábitos como presión arterial alta, un ritmo cardíaco irregular, llamado fibrilación auricular, o tabaquismo, no solo tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, sino que también pueden padecer los de forma más graves que las personas sin estos factores de riesgo, según recoge el nuevo ensayo.
"El ictus puede provocar discapacidad o incluso la muerte, pero existen diversos factores de riesgo que las personas pueden modificar con un cambio en el estilo de vida o con medicación", ha afirmado en un comunicado la autora del trabajo, Catriona Reddin, doctora en la Universidad de Galway (Irlanda) y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología. Y ha insistido: "Nuestros resultados destacan la importancia de controlar los factores de riesgo del ictus, especialmente la hipertensión arterial, la fibrilación auricular y el tabaquismo, para prevenir un ictus grave e incapacitante".
En el estudio participaron 26.948 personas de 32 países, como hemos mencionado anteriormente, con una edad media de 62 años. De este grupo, la mitad habían sufrido un ictus y la otra mitad no. Los participantes sin el evento fueron emparejados por edad y sexo con personas que sí lo habían sufrido.
De los pacientes con ACV, 4.848 tuvieron uno grave y 8.612 uno de leve a moderado. El ACV grave se definió como aquellos con resultados que iban desde la incapacidad de caminar o cuidarse por sí mismos sin ayuda, hasta la necesidad de cuidados de enfermería constantes o la muerte. El de leve a moderado incluyó a aquellos con resultados que iban desde la ausencia de síntomas hasta la necesidad de alguna ayuda con el cuidado personal, pero con capacidad de caminar sin apoyo de otros.
Los investigadores determinaron los siguientes factores de riesgo de la patología para cada persona: presión arterial superior a 140/90 milímetros de mercurio (mmHg); fibrilación auricular; diabetes; colesterol alto; tabaquismo; consumo de alcohol; calidad de la dieta; inactividad física; estrés psicológico y social y exceso de grasa corporal alrededor de la cintura llamada índice cintura-cadera (IMC).
Los datos
Los investigadores compararon la importancia de los factores de riesgo de sufrir un ACV grave y uno de leve a moderado con los de las personas que no habían sufrido el evento. También compararon la importancia de estos en las personas que solo habían sufrido un ACV.
Un total del 74% de los pacientes con ACV grave tenían presión arterial alta, en comparación con el 72% de los pacientes con ACV leve a moderado. En cuanto a la fibrilación auricular, el 11% de los pacientes con ictus grave tenían la afección, en comparación con el 9% de los que lo sufrieron el leve a moderado. En ambos grupos, el 30% eran fumadores activos.
Después de ajustar por edad, sexo, país y tipo de accidente cerebrovascular, los investigadores encontraron que las personas con presión arterial alta tenían 3,2 veces más probabilidades de tener un accidente cerebrovascular grave y 2,9 veces más posibilidades de tener uno leve a moderado que los que no tenían la presión alta.
También descubrieron que las personas con fibrilación auricular tenían 4,7 veces más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular grave y 3,6 veces más probabilidades de padecer la forma leve a moderada que las sin fibrilación auricular.
Los investigadores descubrieron que las personas que fumaban tenían 1,9 veces más probabilidades de sufrir uno grave y 1,7 veces más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular leve a moderado que las que no fumaban actualmente.
"Nuestros hallazgos enfatizan la importancia de controlar la presión arterial alta, que es el factor de riesgo modificable más importante de ACV a nivel mundial. Esto es particularmente relevante para los países de ingresos bajos y medios que tienen tasas de hipertensión arterial y ACV en rápido aumento a edades más tempranas", ha declaro Reddin.
Una limitación del estudio fue que no se midieron algunos factores que pueden contribuir a la gravedad del ictus. Por ejemplo, Reddin señaló que el tabaquismo está asociado con factores como el cáncer y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica que, también, pueden contribuir a una mayor gravedad del accidente cerebrovascular.