Esta es la fruta que mejora la salud muscular en hombres y mujeres

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Con más de 600 músculos esqueléticos distribuidos por todo el cuerpo humano, casi todos los movimientos voluntarios o involuntarios dependen de una función adecuada. Ejemplos como la visión, la audición, el movimiento, la digestión y la función cardíaca son obvios. Por el contrario, las anomalías musculares, como la fibromialgia, las miopatías, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la enfermedad cardiovascular acentúan la importancia crítica de la función muscular adecuada.

En todo el mundo, se estima que entre el 10% y el 16% de las personas mayores experimentan sarcopenia, una pérdida progresiva de masa y función muscular, se recuerda en un estudio de 'Metabolism'. Además, como consecuencia de una enfermedad crónica (por ejemplo, enfermedad renal, insuficiencia cardíaca y artritis reumatoide), los pacientes enfrentan un alto riesgo de caquexia, es decir, pérdida de peso y desgaste, particularmente de masa muscular, refiera una investigación. 

La comorbilidad de la caquexia es especialmente alta en pacientes con cáncer. Alrededor del 80% de todos ellos experimentan caquexia, y esto representa más del 25% de todas las muertes por cáncer. En las últimas décadas, se ha puesto de relieve la amplia influencia de la dieta en la salud y el bienestar. Si bien no esperamos que esta afecte en gran medida a las enfermedades en etapa terminal o muy avanzadas, estudios epidemiológicos a gran escala han indicado claramente que el alto consumo de frutas y verduras reduce el riesgo de morir de cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias, como refiere un articulo de 'Circulation'.

Cinco porciones de frutas y verdutas

La reducción del riesgo se estancó con el consumo diario de aproximadamente cinco porciones de frutas y verduras, que es la recomendación dietética general proporcionada por organizaciones como la Asociación Estadounidense de Salud (AHA, de sus siglas en inglés) y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI). En lugar de, o además de, el valor nutritivo de las frutas y verduras, estos tipos de beneficios para la salud generalmente se asocian con la ingestión de los respectivos componentes fitoquímicos. 

Muchos fitoquímicos que se encuentran de forma natural en ellas han sido estudiados individualmente para la prevención o el tratamiento de enfermedades humanas. El resveratrol, un componente de las uvas y el vino, es un ejemplo clave. 

Nuevas evidencias 

Ahora, un nuevo estudio de la Western New England University (WNE) ha revelado que el consumo de uvas a largo plazo tiene un impacto significativo en la salud muscular, con notables beneficios tanto para hombres como para mujeres. La investigación, publicada en la revista 'Foods', sugiere que una dieta que incluya uvas puede modificar la expresión genética en los músculos, lo que podría ofrecer una nueva estrategia nutricional para mantener la masa y la función muscular. 

Cada año se consumen alrededor de 30 millones de toneladas de uvas y sus beneficios van más allá de la nutrición. Se ha demostrado que las afectan la salud del corazón, los riñones, la piel, los ojos y el tracto gastrointestinal, entre otros. 

Principales hallazgos 

El estudio descubrió que el consumo diario de uvas altera significativamente la expresión de los genes musculares, con un efecto más pronunciado en las mujeres, lo que en última instancia acerca las características musculares masculinas y femeninas a nivel metabólico. Además, los genes asociados con la masa muscular magra aumentaron, mientras que los vinculados con la degeneración muscular se redujeron, lo que indica una mejor función muscular.

Estos hallazgos sugieren posibles aplicaciones para la pérdida muscular relacionada con la edad, ya que entre el 10 y el 16 % de las personas mayores experimentan sarcopenia o pérdida muscular relacionada con la edad. La investigación destaca cómo un enfoque nutrigenómico, como el consumo regular de uvas, puede complementar las estrategias tradicionales de mantenimiento muscular, como el ejercicio y las dietas ricas en proteínas.

"Este estudio aporta pruebas contundentes de que las uvas tienen el potencial de mejorar la salud muscular a nivel genético", ha afirmado en un comunicado el Dr. John Pezzuto, investigador principal del estudio y profesor y decano de farmacia y ciencias de la salud en la Western New England University. Y ha insistido: "Dado su perfil de seguridad y su amplia disponibilidad, será interesante explorar con qué rapidez se pueden observar estos cambios en ensayos con seres humanos". 

El estudio 

La nutrigenómica investiga cómo la dieta influye en la expresión genética y cómo la variación genética afecta las respuestas alimentarias. Las uvas, ricas en fitoquímicos, exhiben propiedades potenciales de prevención de enfermedades a través de mecanismos nutrigenómicos en lugar de interacciones químicas directas. El equipo de investigación investigó el impacto de dos porciones de uvas por día en los patrones de expresión genética en los músculos. Como se esperaba, los músculos masculinos y femeninos mostraron diferencias importantes en los estudios de control pero, sorprendentemente, los músculos masculinos y femeninos convergieron en gran medida en un solo fenotipo cuando se les proporcionó la dieta de uva.

El ADN de una misma especie, incluidos los humanos, no difiere mucho de un individuo a otro. Más bien, un factor importante que diferencia a las personas, como por ejemplo el color de los ojos, está determinado en gran medida por la expresión del ADN, es decir, el fenotipo.

En el estudio actual, se demostró que la ingestión de uvas modificaba la expresión génica fenotípica de los músculos masculinos y femeninos, pero en mayor medida en ellas. Esto dio como resultado que casi todos los parámetros metabólicos medidos fueran los mismos. Según la información que se descifró a partir de la expresión de más de 20.000 genes, los músculos masculinos y femeninos convergieron en un fenotipo metabólico común.  

Curiosamente, la expresión de genes específicos asociados con una buena salud muscular, por ejemplo, la masa muscular magra, aumentó, y la expresión de genes asociados con una mala salud muscular, por ejemplo, la degeneración muscular, disminuyó.

Los investigadores planean investigar más a fondo los mecanismos que subyacen a estos cambios y la cronología de sus efectos. A medida que la nutrigenómica continúa evolucionando, este estudio abre el camino a un nuevo enfoque de la salud muscular que puede beneficiar a personas de todos los grupos de edad.