La guía completa de diuréticos para la hipertensión

El pasado mes de septiembre la 'Revista Española de Cardiología' se hacía eco de un estudio que constataba que, en España, el 33% de los adultos de 30-79 años (10 millones) eran hipertensos en 2019: el 68% estaba diagnosticado y el 57% recibía tratamiento farmacológico, y la cobertura terapéutica efectiva (control) alcanzaba al 33%, con disparidades geográficas y sociales en ambos parámetros. Aproximadamente, 46.000 muertes cardiovasculares al año son atribuibles a la hipertensión. 

En las últimas décadas, el control de la hipertensión ha aumentado gracias a las mejoras higienicodietéticas y a un mayor uso de politerapia, coincidiendo con la reducción de la mortalidad por ictus. Hay varios determinantes modificables de la falta de control de la hipertensión:

• El fenómeno de bata blanca, así de denomina a la elevación de la presión arterial secundaria a la reacción hipertensiva provocada por la presencia del médico o enfermera (un 22-33% de los tratados), en parte por la disponibilidad limitada de la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) (49%) y la automedición de la presión arterial (AMPA, 78%). 
• Una insuficiente adherencia del paciente a medicamentos y estilos de vida saludables (la reducción del peso, que es la medida más eficaz, es la menos utilizada).
• El poco uso de politerapia.

Los diuréticos son una clase de medicamentos que eliminan agua y electrolitos del cuerpo al aumentar la micción. A menudo se utilizan para tratar la hipertensión. Este puede ser un factor que contribuye al desarrollo de varias formas de enfermedad cardíaca. según una estudio de 'Diuretics'

Cuando se utilizan como tratamiento para la hipertensión, los diuréticos recetados pueden ser eficaces para ayudar a prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en muchas personas. Ciertos alimentos y hierbas también pueden tener efectos diuréticos, pero hay menos evidencia de su eficacia y no deben usarse en lugar de los diuréticos de prescripción.

Diuréticos farmacéuticos

Los medicamentos diuréticos que generalmente se recetan para la presión arterial alta se agrupan en tres tipos principales.

Tiazidas. Por lo general, la primera línea de tratamiento para la hipertensión son los diuréticos tiazídicos, se pueden usar solos o con otros medicamentos para la enfermedad. Dos tipos de tiazídicos son la metolazona y la hidroclorotiazida, según la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU. Los diuréticos similares a las tiazidas (que actúan como ellas pero pueden costar menos) también son muy populares. Uno de los productos similares a las tiazidas que se recetan con más frecuencia es la clortalidona. Los estudios muestran que puede ser el mejor diurético para controlar la presión arterial y prevenir la muerte. La indapamida es otro similar a las tiazidas.

Diuréticos de asa. Eliminan el exceso de líquido al hacer que los riñones produzcan más orina. Aunque no suelen recetarse como la primera línea de defensa para la hipertensión. Están aprobados para tratar la presión arterial alta y el edema asociado con la insuficiencia cardíaca congestiva, la cirrosis hepática y la enfermedad renal. Algunos de ellos incluyen:

• Furosemida (Lasix).
• Ácido etacrínico (Edecrin).
• Torsemida (Demadex).

Ahorradores de potasio. Estimulan al cuerpo a eliminar líquidos y sodio. Sin embargo, lo hacen sin causar una pérdida de potasio, un nutriente vital. Los ejemplos de diuréticos ahorradores de potasio incluyen:

• Triamtereno (Dyrenium).
• Eplerenona (Inspra).
• Espironolactona (Aldactone).

Las diferencias entre los diuréticos

Cada uno de los tres tipos de medicamentos diuréticos aumenta la cantidad de sodio que se excreta a través de la orina, pero afectan a diferentes áreas de los riñones. Estos son los filtros a través de los cuales se eliminan las toxinas y el exceso de líquidos del cuerpo. Cuando se toma un medicamento diurético, este envía señales a los riñones de que es necesario eliminar más sodio. El agua se une al sodio y luego se elimina durante la micción, lo que hace que el volumen de sangre sea menor.

La reducción del volumen de sangre disminuye la velocidad a la que la sangre fluye por los vasos sanguíneos, lo que ayuda a disminuir la presión arterial. Cada uno de los tres tipos de medicamentos diuréticos aumenta la cantidad de sodio que se excreta a través de la orina, pero afectan a diferentes áreas de los riñones.

Los tiazídicos y de asa también pueden hacer que se pierda potasio, además de agua y sodio. El potasio es un mineral importante que mantiene niveles saludables de líquidos y regula la función cardíaca y muscular. El médico puede recomendar que se tome un suplemento de potasio o que coma alimentos ricos en nutrientes para combatir los niveles bajos de potasio.

Los alimentos ricos en potasio 

• Plátanos.
• Albaricoques secos.
• Chocolate negro.
• Alubias blancas.
• Salmón.
• Patata al horno.
• Dátiles.
• Bacalao
• Coles de Bruselas.
• Aguacate.

Los diuréticos ahorradores de potasio no representan una amenaza tan grande para sus niveles de potasio. Sin embargo, no son tan eficaces para tratar la hipertensión como otros tipos, por lo que a menudo se recetan junto con otros medicamentos.

Si bien los diuréticos tiazídicos son el método de tratamiento principal para las personas que tienen enfermedades cardíacas relacionadas con la hipertensión, su médico adaptará su régimen de medicamentos a sus problemas de salud específicos. Su terapia específicoa puede contener más de un tipo de agente diurético en una sola pastilla o dosis.

Riesgos y efectos secundarios

Los diuréticos generalmente son seguros para la mayoría de las personas cuando se toman según lo prescrito. El efecto secundario más común es el aumento de la micción. Sus niveles de potasio, glucosa y colesterol pueden fluctuar según el tipo que esté tomando. Su médico puede realizarle análisis de sangre para medir sus niveles durante el tratamiento. Otros efectos secundarios comunes pueden incluir:

• Dolores de cabeza.
• Mareos o aturdimiento.
• Mayor sensibilidad a la luz solar.
• Debilidad o calambres musculares.

Los efectos secundarios más graves pueden incluir:

• Disminución del deseo sexual (o impotencia).
• Ritmo cardíaco irregular.
• Anomalías electrolíticas.
• Deshidratación grave.
• Hipercalemia (demasiado potasio en la sangre)

Diuréticos naturales 

Ciertos alimentos y suplementos herbales pueden tener un efecto diurético en el cuerpo, aumentando la producción de orina. Sin embargo, ninguno de los ejemplos que se enumeran a continuación se ha estudiado lo suficiente como para reemplazar la medicación, y es importante hablar con el médico antes de agregar cualquier alternativa natural a su régimen para la presión arterial. Tomar un diurético natural, incluso sin intención, a través de su dieta normal, junto con un medicamento farmacéutico, podría provocar deshidratación y otras interacciones farmacológicas potencialmente dañinas.

Raíz de jengibre Conocida comúnmente como una raíz que ayuda con las náuseas, los estudios muestran que el jengibre (ya sea en forma de suplemento o por vía intravenosa) también puede ayudar con la hipertensión. Sin embargo, se necesita más investigación y recomendaciones sobre la dosis antes de poder afirmar algo definitivo.

Apio. Su efecto positivo en la presión arterial se ha demostrado en estudios con animales, pero se necesitan más ensayos en humanos antes de saber cuán efectiva es realmente esta verdura cuando se trata de la hipertensión en humanos. También cabe destacar que muchos estudios analizaron el extracto de apio, que puede ser mucho más potente que la verdura en sí.

Ajo. Se ha utilizado en la medicina natural durante siglos, y se promociona por sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. Las investigaciones también muestran que puede ayudar con la hipertensión, aunque el extracto de ajo añejado parece proporcionar el mayor beneficio.

Otros alimentos y plantas tienen un posible efecto positivo en la presión arterial, como:

• Té.
• Cilantro.
• Coriandro.
• Azafrán.
• Limoncillo.
• Ginseng.