
Incontinencia urinaria: cómo detectarla y ponerle freno para mejorar la calidad de vida
En el Día Internacional de este trastorno, los expertos nos aclaran todas las dudas y soluciones

¿Sientes ganas de orinar con mucha frecuencia? ¿Orinas más de siete veces al día? Y por la noche, ¿te despiertas para ir al baño? ¿No te da tiempo a llegar a él o tienes pérdidas de orina al reír, toser, saltar o practicar algún deporte? Si la respuesta a estas preguntas ha sido afirmativa, sufres incontinencia urinaria.
En el Día Internacional de este trastorno, es importante recordar que, dado el envejecimiento de la población, si no se toman medidas, esta patología se convertirá en un problema no solo de salud pública, sino también social y económico, según la Asociación Española de Urología, que destaca que es necesario incrementar la formación de los profesionales para afrontar el desafío de la incontinencia.
Recordemos que son tres de cada diez españoles, aproximadamente 14 millones de personas, que tendrán más de 65 años en 2068, según las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística. Este incremento de la población mayor será más acusado en las décadas de 2030 y 2040, cuando la llamada generación del baby boom entre de lleno en la edad madura. El progresivo aumento de la población mayor de 65 años hace prever un incremento exponencial de las personas que padecerán incontinencia urinaria en nuestro país.
Las cifras
Se estima que una de cada tres mujeres a partir de los 50 años y uno de cada cuatro hombres a partir de los 40 han experimentado pérdidas de orina. Estas cifras revelan que la incontinencia, con una prevalencia global del 15%, supera en número de afectados a otras patologías mucho más conocidas como la diabetes, la artrosis o la osteoporosis. De hecho, en todo el mundo, 400 millones de personas sufren pérdidas de orina. 50 millones de ellas son ciudadanos europeos y casi 6,5 millones, españoles.
¿Qué es la incontinencia urinaria?
Carmen Rodriguez de Tembleque, fisioterapeuta del Health Center Quirónprevención, que la incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra. Estos ‘escapes’ pueden tener un impacto significativo, mermando la calidad de vida de quienes los padecen, les estigmatiza y avergüenza mucho, haciendo que, por querer esconder la enfermedad, llegan a condicionar su ámbito familiar, social, laboral y sexual.
Existen diferentes tipos de incontinencia urinaria, entre los más frecuentes, encontramos:
- Incontinencia urinaria de urgencia: La pérdida de orina va asociada a un fuerte deseo de orinar que se denomina urgencia miccional. Se produce por una contractilidad aumentada e incontrolada del músculo detrusor, el cual envuelve nuestra vejiga teniendo la capacidad de permanecer relajado en la fase de llenado y contraerse en la fase de vaciado. El problema aparece cuando el músculo detrusor empieza a contraerse de forma involuntaria en la fase de llenado, mandando la información errónea de que tenemos que ir al baño de forma rápida y constante.
- Incontinencia urinaria de esfuerzo: Estas pérdidas de orina ocurren cuando se realiza algún esfuerzo físico, como puede ser toser, estornudar, reír, saltar, coger peso o practicar algún deporte. Se produce por una debilidad de la musculatura que comprende el suelo pélvico y a una mala gestión de las presiones abdominales.
Factores de riesgo
En cuanto a las situaciones que pueden comprometer la funcionalidad de nuestro suelo pélvico, aumentando la posibilidad de padecer incontinencia urinaria, nos encontramos con el embarazo, el parto (cesárea o vía vaginal), la menopausia, la obesidad, el tabaquismo, bebidas estimulantes, deportes de impacto, cirugías pélvicas (histerectomías o de carácter oncológico), entre otros.
La fisioterapia, un tratamiento eficaz
Tal y como explica la especialista de Quirónprevención, la incontinencia urinaria es una de las disfunciones de suelo pélvico que con más frecuencia se tratan en consulta. A este nivel, se dispone de un amplio abanico de técnicas y recursos que nos pueden ayudar a recuperar o mejorar nuestra calidad de vida frente a este tipo de disfunciones.

Para establecer un tratamiento, se realizará una historia clínica, una exploración física y una evaluación ecográfica con el fin de elaborar un plan totalmente personalizado, ya que cada caso es diferente y pueden existir diversas etiologías y manifestaciones según la patología y fase en la que se encuentre cada paciente. Dentro de las herramientas, podemos hablar en genérico de:
- Biofeedback para la toma de conciencia de la musculatura.
- Electroestimulación para aumentar el reclutamiento de fibras ante una contracción muscular.
- Radiofrecuencia para mejorar la calidad de los tejidos.
- Calendario miccional para valorar los hábitos del día a día.
- Entrenamiento de la vejiga para reeducarla.
- Fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico para mejorar el control, la fuerza y la resistencia de la misma.
- Neuromodulación del tibial posterior.
- Ejercicios de corrección postural.
- Gimnasia Abdominal Hipopresiva.
- Reeducación de la gestión de presiones del abdomen.
- Terapia manual para hipertonías de diafragma o contracturas en suelo pélvico.
- Mejorar la postura defecatoria.
¿En qué otras situaciones los expertos te pueden ayudar?
- Prolapsos.
- Incontinencia de gases.
- Incontinencia fecal.
- Dolor en relaciones sexuales.
- Dolor pélvico crónico.
Así que, si sufres cualquiera de estos síntomas, desde el Health Center Quirónprevención recomiendan que no dudes en pedir ayuda para mejorar tu calidad de vida, teniendo en cuenta siempre que, en suelo pélvico, el mejor tratamiento es la prevención.