Lo hemos dicho en más de una ocasión: La prevalencia mundial de la demencia sigue aumentando. Se se estima que en 2020 habrá más de 50 millones de personas con demencia y se prevé que se produzcan 10 millones de casos nuevos cada año, a medida que el envejecimiento de la población sigue acelerándose, recuerda el documento 'Informe mundial sobre el Alzheimer 2015. El impacto mundial de la demencia. Un análisis de la prevalencia, la incidencia, los costes y las tendencias3'.
Actualmente, no existe un tratamiento eficaz para la demencia, por lo que las intervenciones preventivas para mejorar la salud y la calidad de vida y reducir los costes sociales y económicos, que actualmente se estiman en 39. 400 millones de libras sólo en el Reino Unido, son una importante prioridad de salud pública.
Si bien los factores de riesgo no modificables, en particular la edad y la genética, contribuyen sustancialmente al desarrollo de la demencia, la evidencia de los estudios ha demostrado que los factores de riesgo modificables, como la dieta, desempeñan un papel importante en la prevención.
Una mayor adherencia a las dietas basadas en plantas se ha asociado con un riesgo 21% menor de desarrollar trastornos cognitivos y un riesgo 40% menor de enfermedad de Alzheimer, como documenta un trabajo de revisión de ‘Nautre’. Y las dietas ricas en alimentos saludables de origen vegetal muestran las asociaciones más fuertes con un menor riesgo de demencia como refleja un ensayo de ‘Age Aging’.
Los flavonoides
Los flavonoides, coun grupo de compuestos polifenólicos que se encuentran en alimentos y bebidas de origen vegetal, como frutas, verduras, té, vino tinto y chocolate negro, también se han asociado con un menor riesgo de demencia.
Existe evidencia de que una mayor ingesta de bayas y té específicamente se asocia con un menor riesgo de demencia y deterioro cognitivo Los mecanismos propuestos para la influencia neuroprotectora de los flavonoides dietéticos y sus metabolitos posteriores incluyen la reducción de la neuroinflamación, la mejora del flujo sanguíneo cerebrovascular, con muchos metabolitos flavonoides capaces de permear la barrera hematoencefálica y mediar el eje microbioma-intestino-cerebro; y modulando las principales vías de transducción de señales neuronales asociadas con la plasticidad sináptica.
Los flavonoides también se han asociado con factores de riesgo de demencia, incluyendo hipertensión y depresión. Los estudios han informado asociaciones inversas entre la ingesta de flavonol, flavona y flavanona y el riesgo de depresión, según un trabajo de 'The American Journal of Clinical Nutrition’.
Las nuevas evidencias
Ahora llega una nueva investigación que corrobora los hallazgos anteriores. Publicada en 'JAMA Network open' determina que consumir más alimentos y bebidas ricos en flavonoides, como bayas, té y vino tinto, podría reducir el riesgo de demencia en un 28%.
La investigación dirigida por la Queen's University de Belfast sugiere que aumentar la ingesta de alimentos y bebidas ricos en flavonoides podría ayudar a reducir el riesgo de demencia en más de una cuarta parte.
Los académicos afirmaron que los flavonoides, que se encuentran principalmente en alimentos de origen vegetal, tienen una variedad de beneficios para la salud, incluidas propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas. También se han relacionado con un menor riesgo de enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, así como con una mejor función cognitiva.
El investigador principal del estudio, el profesor Aedin Cassidy, ha afirmado: "La prevalencia mundial de la demencia sigue aumentando rápidamente. En este estudio de cohorte basado en la población, analizamos datos dietéticos de más de 120.000 adultos de entre 40 y 70 años del Biobanco del Reino Unido".
Y ha añadido: "Nuestros hallazgos muestran que consumir seis porciones adicionales de alimentos ricos en flavonoides por día, en particular bayas, té y vino tinto, se asoció con un riesgo 28% menor de demencia. Los resultados fueron más notorios en individuos con un alto riesgo genético, así como en aquellos con síntomas de depresión".
La primer coautora del estudio, la Dra. Amy Jennings, también de Queen's, ha afirmado que los resultados sugieren que tomar una medida simple como aumentar el consumo diario de alimentos ricos en flavonoides puede reducir el riesgo de demencia, especialmente en personas con alto riesgo.
"Actualmente no existe un tratamiento efectivo para la enfermedad, por lo que las intervenciones preventivas para mejorar la salud y la calidad de vida –y reducir los costos sociales y económicos– deben seguir siendo una importante prioridad de salud pública", ha destacado.
Cómo se hizo el ensayo
En el presente estudio, los investigadores determinaron las relaciones entre el consumo de flavonoides, las subcategorías de flavonoides y el riesgo de demencia. También examinaron estas relaciones entre individuos genéticamente susceptibles, hipertensos y depresivos.
Los investigadores analizaron los datos dietéticos proporcionados por los participantes del Biobanco del Reino Unido de edades comprendidas entre 40 y 70 años, reclutados entre 2006 y 2010, según los registros del Servicio Nacional de Salud (NHS). Los participantes completaron el cuestionario dietético Oxford WebQ y varias evaluaciones biológicas y físicas. Todos proporcionaron un mínimo de dos registros dietéticos. La ingesta dietética diaria de los participantes osciló entre 800 y 4.200 kcal para los hombres y entre 600 y 3.500 kcal para las mujeres.
Los investigadores desarrollaron una puntuación Flavodiet sumando las ingestas de los principales contribuyentes a las subclases de flavonoides, y luego calcularon la media acumulada utilizando las ingestas de energía de los participantes. Los principales contribuyentes fueron las tres comidas que consumieron la mayor cantidad de cada subclase de flavonoides. Las exposiciones del estudio fueron el cumplimiento de la puntuación Flavodiet y el consumo de subclases de flavonoides medidos mediante evaluaciones dietéticas de 24 horas.
Resultados
El resultado primario fue la aparición de demencia y su relación con la hipertensión, la depresión y el riesgo genético. Las personas portadoras del genotipo ε4 de la apolipoproteína E (APOE) o las que se encontraban en el quintil superior de las puntuaciones de riesgo poligénico (PRS) asociadas a la enfermedad de Alzheimer tenían un alto riesgo genético de demencia. Los datos vinculados a los registros de defunción y los registros hospitalarios determinaron la demencia utilizando los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades, novena revisión (CIE-9) y la CIE-10. Las fechas de censura de los datos de mortalidad fueron el 31 de marzo de 2021 (Escocia e Inglaterra) y el 28 de febrero de 2018 (Gales). Los investigadores siguieron a los participantes durante nueve años hasta la fecha de censura, el diagnóstico de demencia o la muerte, lo que ocurriera primero.
Las covariables del estudio incluyeron sexo, educación, nivel socioeconómico, etnia, raza, tabaquismo, duración del sueño, actividad física, índice de masa corporal (IMC), antecedentes familiares de demencia, antecedentes de accidentes cerebrovasculares, estado posmenopáusico, medicamentos, comorbilidades y puntuaciones del índice de dieta saludable basada en plantas (hPDI, de sus siglas en inglés). Los investigadores analizaron los datos entre el 1 y el 30 de septiembre de 2023.
Entre 121.986 individuos, la edad media fue de 56 años; el 56% eran mujeres, el 97% eran blancos y 882 desarrollaron demencia. Los individuos en el quintil de puntuación más alta de flavodiet eran más activos físicamente con valores de IMC más bajos y menos desfavorecidos socioeconómicamente que aquellos en el quintil más bajo. Comparando el quintil más alto con el más bajo para las puntuaciones de flavodiet, el consumo de seis porciones adicionales diarias de productos ricos en flavonoides se relacionó con un menor riesgo de demencia entre los participantes del estudio, los individuos genéticamente susceptibles y aquellos que experimentaban depresión.
Los investigadores observaron la mayor reducción del riesgo entre las personas que consumían un mínimo de dos de los tres elementos al día: cinco raciones de té, 0,5 porciones de bayas y un vaso de vino tinto, en comparación con quienes no consumían dicha cantidad . El aumento del consumo de subcategorías de flavonoides, incluidas las antocianinas, flavonas, flavan-3-oles y flavonoles, de los cuales las bayas, el té y el vino tinto son los principales contribuyentes, respaldó los resultados, con relaciones inversas con la incidencia de demencia.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.