“Estuve casada durante años, tengo hijos mayores y pensaba que lo que sentía en la cama con mi marido era lo que experimentaban todas las mujeres. Tras enviudar estuve muchos años triste hasta que conocí a Francisco, cuya mujer también acababa de morir. Nos casamos hace poco y este nuevo matrimonio ha sido una revelación... Hemos empezado a hacer el amor y cada vez es mejor", dice Anais, de 62 años, una de las 20 protagonistas que dan vida al libro 'Amor y sexualidad en las personas mayores' de la socióloga argentina Ana Vásquez Bronfman.
La actividad sexual es una parte importante de la salud y el bienestar y se correlaciona con un mayor disfrute de la vida para los sénior. Al igual que no se deja de comer, ni de soñar, cuando se van cumpliendo años, las personas no se vuelven asexuales con la edad, aunque sí pueden modificar su actividad sexual como consecuencia de cambios fisiológicos.
“Elprimer concepto erróneo es que los adultos mayores no son sexualmente activos ni están interesados en el sexo, por lo que no hay motivo para preguntarles sobre su salud sexual. Sin embargo, aunque la frecuencia de las relaciones tiende a disminuir con la edad, ellos siguen siendo sexualmente activos”, documenta un artículo de opinión publicado en ‘The Lancet Healthy Longevity’.
El problema está en el otro lado del espejo, la sociedad. El estudio ‘Seniors, Pasión y Sexo’ constató que los mayores de 60 consideran que la pasión, el sexo y el amor en esta etapa adulta son temas 'tabú' en la sociedad actual y hasta un 78% se siente una población silenciada.
La encuesta sociológica, que se llevó a cabo con 500 españoles mayores de 60 años, refleja el descontento general de esta generación, que se siente censurada en temas relacionados con la pasión: 8 de cada 10 piensa que “a la gente joven le da vergüenza que nuestra generación hable de sexo” y el 89% afirma que las generaciones más jóvenes subestiman sus vidas sexuales.
La Generación Boomer cree, según este estudio, que la sociedad asume que “a medida que se envejece se pierde el deseo sexual” o que “con la edad, la calidad del sexo es peor”. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: los datos demostraron que para 2 de cada 3 personas mayores de 60 años, el sexo y la pasión son igual o más importantes que hace unos años y el 68% de los encuestados confesó que disfrutan de él igual o más que antes. Otro dato que se extrae es que el 91% de los españoles de estas edades defendió que, con la edad, en el sexo se prefiere la calidad a la cantidad.
Sin embargo, también está cambiando la forma en la que los sénior están viviendo su sexualiad. Documenta a este diario Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología y directora del Instituto Iberoamericano de Sexologia: "Sigue siendo tabú, pero nada que ver con la de etapas anteriores. Los cambios sociales, un reconocimiento social diferente en esta edad tiene su influencia en la sexualidad. Cada vez más estas personas consultan por temas relacionados con la sexualidad disfunción eréctil, dolor, problemas de orgasmos , secuelas sexuales derivadas de otros problemas de salud (cáncer, hipertensión, diabetes, etc ). Esto significa que les preocupa su vida sexual".
E insiste: "Hemos de tener en cuenta que estas personas han vivido cambios muy importantes: acceso a la anticoncepción de manera generalizada, movimiento feminista, incorporación de la mujer al mundo laboral, Democracia, etc. Todo ello contribuye a la sexualidad de hoy, no sólo en la sexualidad de los jóvenes sino en la propia".
Bienestar sexual
Recordemos que el bienestar sexual puede afectar la longevidad por varias razones. Primero, la sexualidad y la intimidad son una fuente de apoyo emocional, que se sabe protege contra la mortalidad, como documenta un artículo publicado en 'Jorunal of European Aging'. En segundo lugar, la satisfacción con la sexualidad puede reducir los efectos del estrés en la salud, reduciendo así el riesgo de mortalidad.
Y en tercer lugar, las mujeres mayores que tienen niveles más altos de actividad e interés sexual se califican a sí mismas más alto en una escala subjetiva de envejecimiento exitoso, lo que a su vez puede aumentar la longevidad. Por último, la sexualidad y las relaciones íntimas y sus beneficios para la salud y el bienestar son únicos y no pueden ser reemplazados por relaciones sociales o amistades generales, como se recueda en otro trabajo recogido en la misma revista mencionada anteriormente.
Añade la institución que "a partir de los 30 años el cuerpo inicia el proceso de envejecimiento, que se hace más visible año tras año en la apariencia externa y más patente en el funcionamiento del cuerpo. Este proceso se acelera a partir de los 50 años. El proceso de envejecimiento, la menopausia en las mujeres y la andropausia en los hombres, ocasionan una serie de cambios fisiológicos que influyen en la respuesta sexual, no así en el interés por seguir viviendo la sexualidad con placer y satisfacción.
Los cambios fisiológicos más relevantes en ambos es una respuesta sexual más lenta e intensidad más baja en las contracciones del orgasmo. En ellas: disminución de la lubricación vaginal, cambios en la medida y en la elasticidad de la vagina y menos turgencia de los pechos. En ellos: menor erección y más lenta, menos fuerza de eyaculación y menos semen, pérdida más rápida de la erección después de la eyaculación y mayor duración del tiempo refractario (espacio de tiempo que necesita el hombre para volver a eyacular después de una eyaculación previa. Aunque es más evidente en el hombre, también se da en la mujer).
Según Francisca Molero, que también es codirectora del Institut de Sexologia de Barcelon, profesora asociada de la Universidad de Barcelona y miembro de la Academia Internacional de Sexología Médica, "el envejecimiento activo es un tema cada vez más presente, se empieza a incorporar la salud sexual como un elemento de calidad de vida. No es generalizado, pero cada vez despierta más interés, solo tenemos que ver las demandas de talleres y charlas de sexualidad en los casales de las personas mayores. Esta demanda y este interés cada vez aumenta más. Además empiezan a aparecer en los medios seductores y seductoras mayores de 60 años. Tímidamente renace un "nuevo erotismo de personas maduras”.
Así se mejora la sexualidad
La experta aclara que para mejorar la sexualidad, "lo más importante es mantener la salud, si ésta se mantiene, la sexualidad también. Comer bien, hacer deporte, disfrutar del ocio... a partir de aquí se incorpora la necesidad de funcionalidad y salud genital y la necesidad de vínculo, y afectos. Para ello es importante conocer el cuerpo, su anatomía y fisiología, descartar mitos y creencias erróneas que van dirigidas a creer que ya no funcionamos sexualmente, los cambios no significan dejar de funcionar".
Las mujeres sobretodo hablan de su posibilidad de "autoerotismo o a través de los juguetes, muchas de ellas sin pareja te preguntan si pueden utilizar vibradores y juguetes y si eso les puede perjudicar, la curiosidad está presente. En el caso de los hombres también, les preocupa perder su función sexual, sobretodo la erección, y saben que cuanto menos se exponen a ella más dificultades tienen. Saben que conservar la erección, conserva también los genitales en buenas condiciones", documenta la especialista.
Y añade: "Es muy importante incorporar la salud sexual como un estilo de vida saludable, y conocer quién somos sexualmente en esta etapa de la vida. ¿Qué nos motiva e impulsa a nivel de actividad sexual?¿Cómo nos hace sentir? ¿Qué dificultades puedo tener? ¿Qué ventajas me aporta?".
Respeto a la pregunta de cuál es la cantidad “normal” de relaciones sexuales que se debe tener después de los 60 años, la especialista destaca que "depende de la sexualidad previa, si no hay problemas la mantienen. Si no existe enfermedad grave, la frecuencia puede ser incluso mayor que a los 40 por los cambios de estilo y disponer de más tiempo. La cantidad normal, por tanto, cada persona lo adapta a sus necesidades. Pero no hay que dejarlo, las personas cuando dejamos de hacer algo, por mucho que nos gusta, se nos acaba olvidando que nos gustaba y nos servía (el gimnasio es un buen ejemplo)".
Un aspecto fundamental en el que hace especial hincapié Francisca Molero es que se puede mejorar con la edad la intimidad de la pareja, "con la comunicación, empatía, compasión, entender los momentos vitales, cada uno necesita su momento, lidiar con los propios cambios. Hay que hablar, compartir.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.