Compañía, seguridad, amor incondicional. Nadie pone en duda el gran valor de las mascotas y su fidelidad. Para muestra un botón: el perro Tom, el ángel custodio de los hermanos Zaera. Eran los años 50 y Mariano Zaera, veterinario en Campo, pequeño municipio español de 800 habitantes en la provincia de Huesca, vivía con su mujer, Leonor Julián, maestra en la localidad. Después de nacer sus dos hijas mayores, tuvieron mellizos, primer varón de su saga, Juan Mariano, y otra niña, Leonor Emilia (Marilé).
Pero la relación especial entre los bebés y su mascota se rompió al año, por la repentina muerte del varón por el sarampión. Tom acompañó a la familia al entierro. Desde entonces fueron testigos de una gran historia Tom estaba siempre tumbado a los pies de la cuna de Marilé. A media mañana desaparecía. Por más que le llamaban, el perro no volvía. Y al llegar la tarde, aparecía y de nuevo iba a verla. Allí se tumbaba y no se movía hasta media mañana que desaparecía otra vez.
Observaron que Tom repetía siempre el mismo comportamiento. Fueron los operarios del campo santo quienes detectaron que un mastín con aspecto alobado rondaba cada día el cementerio. Tras comprobar que trataba de excavar una tumba y no había ninguna persona a su cargo, alertaron a la Guardia Civil de la presencia del animal, que no se dejaba coger y ladraba y amenazaba a todo aquel que se acercaba.
El perro Tom con los hermanos Zaera
Esta es solo una historia real, un ejemplo real, de la fidelidad de los perros a sus dueños, pero lo que sí hay cada vez más son las evidencias de cómo pueden contribuir a la mejora mental y física de los senior.
Del caso anecdótico a la envidencia científica
Varias investigaciones recientes se suman a la la larga lista y concluyen que tener una mascota puede ayudar a retrasar el deterioro cognitivo y prevenir la demencia en adultos mayores. En un estudio de casi 8.000 adultos mayores, publicado en 'JAMA Network Open’los investigadores descubrieron que entre aquellos que viven solos, tener una mascota se asociaba con un ritmo más lento de deterioro cognitivo (específicamente, cognición verbal compuesta, memoria verbal y fluidez verbal). Otro ensayo reciente, publicado en 'Preventive Medicine Reports', identificó impactos positivos específicos de tener un perro: los dueños tenían un menor riesgo de demencia en comparación con quienes no tenían perros. Los autores sugieren que los dueños de perros tienen más probabilidades de tener un hábito de ejercicio regular como resultado de pasear a su perro y que tener un perro también puede ayudar a crear conexiones y reducir el aislamiento y la soledad.
PREGUNTA.- ¿Qué beneficios tienen las mascotas para la salud física y la mental de los mayores?
RESPUESTA.- En general, la presencia de un animal de compañía ofrece unos beneficios, en todas las personas, en tres niveles concretos: Físico, social y psicológico/cognitivo. Las personas mayores no son una excepción. Ee más, teniendo en cuenta los cambios propios de esta etapa de la vida, tener la compañía de un animal, puede ofrecer unos beneficios muy específicos en su salud física y mental:
Salud física: Favorece la actividad física (habilidades motoras finas y gruesas), así como la movilidad y equilibrio. También producen efectos positivos en la tensión arterial y estimulan los sentidos.
Salud mental: ara las personas mayores, compartir su vida con la presencia de un animal de compañía supone un beneficio psicológico, ya que ayuda a mantener la atención y ejercitar la memoria. Por otro lado, producen un efecto positivo en la mejora de estado de ánimo y comunicación, favoreciendo la expresión de emociones y sentimientos ante un ‘confidente’ que no juzga, ayudando así a amortiguar los efectos de la soledad no deseada y/o síndrome de ‘nido vacío’ (tristeza, ansiedad o estrés).
P.- ¿Son más felices los dueños de mascotas?
R.- Entendiendo la felicidad como un estado de ánimo positivo, unida a una sensación de bienestar físico, psíquico y social, podríamos decir que tener un animal de compañía contribuye a ese estado de felicidad, pero siempre y cuando haya un vínculo afectivo adecuado entre ambos que favorezca este estado de ánimo. Este concepto de vínculo afectivo es muy importante para que una persona tenga ese estado de felicidad. Pero realmente ¿las personas que tienen mascotas son más felices que los que no las tienen? No podemos dar una respuesta afirmativa a esta pregunta. Actualmente, no hay estudios que demuestren que esto sea así.Tener o no un animal de compañía no determina la felicidad de una persona, ya que ésta depende de una serie de factores entre los que se encuentran, por ejemplo: el entorno, así como de características/rasgos individuales, como pensamientos y actitud de cada persona. Si existen carencias en alguno de estos factores, tener un animal de compañía, puede contribuir a mejorar ese estado de 'felicidad', pero no podemos afirmar que otra persona que no tenga mascota, sea menos feliz.
P.- ¿Una mascota reduce la soledad?
R.- Convivir con una mascota reduce la sensación de soledad ya que su presencia les hace sentir acompañados. Cuidarles, estar atentos a sus necesidades básicas, contribuye a mantener la mente ‘ocupada’ y aumenta la sensación de utilidad favoreciendo positivamente su autoestima. Personas mayores que se quedan solas por determinadas circunstancias: sus hijos se han ido de casa, fallecimiento de la pareja, pueden caer en un estado de tristeza y soledad que les va a afectar al desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria, repercutiendo en las tres áreas que se mencionan anteriormente (física, psicológica y social). Tener un animal de compañía va a mitigar esos efectos negativos. Si hablamos de perros, debemos tener en cuenta que es necesario llevar una rutina todos los días: salidas a la calle por lo menos tres veces al día, lo que contribuye a favorecer las relaciones sociales (solemos sacarlos a las mismas horas, mismos lugares y solemos ver a otros dueños a los que terminamos saludando e, incluso, llegar a formar grupos de conocidos de dueños de perros, contribuyendo así la relación social). También hay casos en los que aumentan las visitas a casa de la familia o llamadas telefónicas, para ver a la mascota o saber de ella. Esto ayuda a mantener y fortalecer las relaciones familiares y la comunicación, reduciendo esa sensación de soledad.
La doctora Mari Carmen Castro de la Asociación HYDRA
P.- ¿Las mascotas afectan a la personalidad?
R.- Esta pregunta es complicada de responder, porque por un lado se podría decir que tener una no es un factor determinante que afecte a la personalidad. Pero, por otro lado, podemos decir que poseer una puede ayudar a moldear determinados rasgos de la personalidad, como son la amabilidad, la empatía o, incluso, la extroversión (entendida como personas más sociables y activas). Este aspecto es algo que se trabaja en programas de Intervención Asistida con Animales (perros) para aquellas personas que necesitan un programa terapéutico alternativo o como refuerzo a un tratamiento convencional.
P.- ¿Cómo es la terapia asistida con perros?
R.- La Terapia Asistida con Perros es una terapia no farmacológica que se aplica como complemento o apoyo a otros tratamientos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y la autonomía personal. Podemos encuadrar este tipo de terapias en cuatro grandes grupos: niños, adolescentes, adultos y mayores. Para todos estos grupos, se va trabajar una serie de objetivos específicos. En el caso del grupo de personas mayores, estas terapias van a trabajar tres áreas principales: física. cognitiva y social. Y para trabajar estas áreas contamos con la presencia de los perros especializados. En este caso, son específicamente seleccionados y preparados (mediante un programa de aprendizaje individualizado) para poder participar como coterapeutas en las diferentes sesiones con los mayores.
En esta etapa, aparecen una serie de cambios físicos (cambios de apariencia física propia de la edad)y fisiológicos (capacidad de movilidad) que pueden afectar al autoconcepto del mayor, debido a la comparación entre la apariencia actual y el recuerdo de determinadas imágenes del pasado. Estos cambios pueden afectar negativamente a la identidad y a la autoestima. La dificultad para el movimiento, la pérdida de autonomía (a veces subjetiva) y de la capacidad de obtención de refuerzos conducen a una autoestima disminuida y facilitan la aparición de estados de ánimos negativos.
P.- ¿Qué beneficios aportan los perros en este tipo de intervención con las personas mayores?
Área física: Promueve el ejercicio físico como una de las áreas principales para optimizar la salud de los mayores. Se trabaja la motricidad gruesa, mediante ejercicios dinámicos que favorecen la actividad motora gruesa y fina mediante el movimiento del tronco/articulaciones y musculatura. Todo esto con el objetivo de ayudar a mantener la autonomía personal
Área cognitiva: Podemos ayudar en la prevención del deterioro cognitivo, así como reforzar su estimulación. Trabajamos la memoria, la atención, la orientación temporal y la espacial. El objetivo, por tanto, es la estimulación de las funciones cognitivas.
Área social: Mantener y reforzar las habilidades sociales, comunicación y actividades sociales van a ayudar a contrarrestar el estrés o la preocupación por el futuro. En este área el objetivo de este tipo de terapia es promover la integración social y la comunicación, que favorecen la creación y mantenimiento de las relaciones sociales, favoreciendo la confianza y motivación para participar en actividades sociales que van a influir positivamente en el bienestar de la persona.
Todo esto, con ayuda del perro de intervención, se incorpora al equipo multidisciplinar como componente importante a la hora de estimular a la persona mayor para participar y realizar cada una de las actividades que se proponen en las sesiones terapéuticas.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.