Un buen equilibrio, la fuerza muscular y una marcha eficiente contribuyen a la independencia y el bienestar de las personas a medida que envejecen. La forma en que estos factores cambian y a qué ritmo puede ayudar a los médicos a desarrollar programas para garantizar un envejecimiento saludable.
La pérdida gradual de actividades físicas es una característica del envejecimiento, refleja un editorial de 'The Lancet Longevity'. La sarcopenia es uno de los impactos más devastadores del paso del tiempo, que resulta en la pérdida de masa muscular, fuerza y función. Aunque este no es una enfermedad, puede estar asociado con discapacidad y multimorbilidad.
La fuerza muscular adecuada, la marcha eficiente y el buen equilibrio, que disminuyen con la edad, son contribuyentes cruciales a la independencia y el bienestar. Investigar cómo el envejecimiento deteriora los parámetros relacionados con el equilibrio y la fuerza es crucial tanto para los pacientes como para los médicos.
La marcha es un aspecto importante de la actividad diaria que afecta la calidad de vida de los senior. Esta se ve afectada significativamente en los adultos mayores, como recuerda un ensayo de 'Journal of Gerontologies', Los trastornos de la marcha pueden manifestarse debido a varios factores como los déficits sensoriales (p. ej., discapacidad visual). Se ha demostrado que la velocidad de la misma disminuye con la edad, especialmente después de los 65 años. La marcha lenta se asocia con el deterioro funcional y una peor salud física,
Una investigación demostró que la fuerza de la rodilla era el mejor predictor de la velocidad de la marcha en mujeres rurales mayores, al tiempo que los autores recomendaron un examen futuro de la velocidad de la marcha en hombres mayores. Por lo tanto, la velocidad de la marcha es una medida de resultado importante al estudiar los efectos del envejecimiento.
El equilibrio, por su parte, se refiere a la capacidad de mantenerlo o el control postural. Es una actividad compleja que integra información de la visión, el sistema vestibular y el sistema somatosensorial para detectar posiciones, velocidades y aceleraciones. Esto permite a las personas mantener la postura y responder a los movimientos voluntarios y alteraciones de la marcha, recuerda un ensayo de 'Handbook of Clinical Neurology'.
El equilibrio estático es necesario para mantener el control postural durante la bipedestación y algunas actividades físicas y el equilibrio dinámico es crucial para controlar el centro de masa del cuerpo (CdM) durante la movilidad. Los deterioros del equilibrio pueden provocar caídas, tanto estando parado como en movimiento. Las personas mayores tienen un mayor riesgo de sufrir fracturas óseas con graves consecuencias debido a la osteoporosis, lo que convierte las caídas en un grave riesgo para la salud.
Menos masa muscular
La tasa de disminución de la masa muscular es de hasta un 8% por década después de los 30 años, y esta tasa aumenta después de los 60 años Lla disminución de la calidad muscular también puede afectar la fuerza con el envejecimiento Por lo tanto, una reducción en la fuerza muscular está estrechamente asociada con la pérdida de independencia y una calidad de vida disminuida.
Aunque la marcha, la fuerza muscular y el equilibrio disminuyen con la edad, ¿cuál de estos parámetros se deteriora más rápido y a qué ritmo? Las respuestas a estas preguntas pueden ayudar a los profesionales de la salud a diseñar intervenciones específicas que ralenticen de manera más efectiva estos deterioros al ofrecer programas de mantenimiento y entrenamiento.
Los hallazgos de la Clinica Mayo
En una nueva investigación de la Clínica Mayo (EEUU) constata que el tiempo que una persona puede permanecer de pie sobre una pierna (a la pata coja) es una medida más reveladora del envejecimiento que los cambios en la fuerza o la forma de andar. En el trabajo, publicado en 'PloS One', 40 personas sanas e independientes mayores de 50 años e se sometieron a pruebas de marcha, equilibrio, fuerza de agarre y fuerza de rodilla. La mitad de los participantes tenían menos de 65 años y la otra mitad tenía 65 años o más.
En las pruebas de equilibrio, los participantes se colocaron de pie sobre plataformas de fuerza en diferentes situaciones: sobre ambos pies con los ojos abiertos, sobre ambos pies con los ojos cerrados, sobre la pierna no dominante con los ojos abiertos y sobre la pierna dominante con los ojos abiertos. En ellas, con una sola extremidad, los participantes podían mantenerka sobre la que no estaban de pie en el lugar que querían. Los test duraron 30 segundos cada una. Estar de pie sobre una pierna (específicamente la no dominante) mostró la mayor tasa de deterioro con la edad.
"El equilibrio es una medida importante porque, además de la fuerza muscular, requiere la información de la vista, del sistema vestibular y de los sistemas somatosensoriales. Los cambios en el equilibrio son dignos de mención. Si uno tiene un equilibrio deficiente, corre el riesgo de caerse, ya sea que se esté moviendo o no, y las caídas son un grave riesgo para la salud con consecuencias graves", ha comentado en un comunicado el Dr. Kenton Kaufman, autor principal del estudio y director del Laboratorio para Análisis del Movimiento de la Clínica Mayo.
En las otras pruebas:
- Los investigadores utilizaron un dispositivo hecho a medida para medir el agarre de los participantes. Para la prueba de fuerza de rodilla, los participantes estaban sentados y se les indicó que extendieran la rodilla con la mayor fuerza posible. Tanto la prueba de agarre como la de fuerza de la articulación se realizaron en el lado dominante. La fuerza de agarre y de la misma ,ostraron disminuciones significativas por década, pero no tanto como el equilibrio. La fuerza de agarre disminuyó a un ritmo más rápido que la fuerza de rodilla, lo que la hace mejor para predecir el envejecimiento que otras medidas de fuerza.
- Para es test de marcha, los participantes caminaron de ida y vuelta sobre una pasarela nivelada de 8 metros a su propio ritmo y velocidad. Los parámetros de la marcha no cambiaron con la edad. Este no fue un resultado sorprendente ya que los participantes anduvieron a su ritmo normal, no a su ritmo máximo, dice el Dr. Kaufman.
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No se observaron descensos relacionados con la edad en las pruebas de fuerza específicas según el sexo, lo que indica que la fuerza de agarre y de rodilla de los participantes disminuyó a un ritmo similar. Los investigadores no identificaron diferencias de sexo en las pruebas de marcha y equilibrio, lo que sugiere que los sujetos masculinos y femeninos se vieron igualmente afectados por la edad.
El Dr. Kaufman ha comunicado que las personas pueden tomar medidas para entrenar su equilibrio. Por ejemplo, al pararse sobre una pierna, puede entrenarse para coordinar sus respuestas musculares y vestibulares para mantener un equilibrio correcto. Si puede pararse sobre una pierna durante 30 segundos, lo está haciendo bien, ha declarado.
"Si no lo utilizas, lo pierdes. Si lo utilizas, lo mantienes. Es fácil de hacer. No requiere equipo especial y se puede hacer todos los días", ha insistido el científico.