Longevidad saludable

Este es el efecto negativo de sufrir inflamación en la mediana edad

Patricia Matey

Viernes 14 de junio de 2024

5 minutos

Un estudio la relaciona con un mayor riesgo de inmovilidad y marcha lenta años después

Este es el efecto negativo de sufrir inflamación en la mediana edad
Patricia Matey

Viernes 14 de junio de 2024

5 minutos

Lo mismo te salva que te puede hundir. Hablamos de la inflamación crónicauna condición silenciosa que puede llevar a enfermedades graves. Cuando una persona se corta, sufre una infección, una lesión o está expuesto a toxinas… Todo aquello que pueda hacer daño al cuerpo, éste manda a su 'ejército' para defenderse. Es decir, la inflamación surge como un proceso del organismo para luchar contra ‘los invasores’ como mecanismo para curarse a sí mismo.

En este proceso, el cuerpo libera sustancias químicas como anticuerpos o proteínas y un mayor flujo de sangre hacia el área dañada, que desencadenan una respuesta de su sistema inmunitario. El problema está en la otra cara de la moneda: cuando la amenaza ha parado, la inflamación también debería de tenerse. Es entonces, cuando la respuesta inflamatoria pasa de ser aguda a ser crónica. 

Inmovilidad

En España, aproximadamente, un 18% de las personas mayores de 65 años presentan dificultades para movilizarse sin ayuda. Asimismo, un 50% de los mayores de 75 años tienen problemas para salir del domicilio. De los mayores con inmovilidad aguda, entendida como la pérdida rápida de la independencia en la movilidad durante un mínimo de tres días, el 33% muere en un plazo de tres meses y más de un 50% a los 12 meses, como documenta el 'Tratado e Geriatria para Residentes'

La mala función física, como una velocidad más lenta al caminar, conduce a una calidad de vida deteriorada y hacia la institucionalización. Los mecanismos subyacentes que contribuyen a la desaceleración de la velocidad de la marcha y la inmovilidad no se conocen bien. Una vía potencial son los efectos inflamatorios directos sobre los músculos y otros tejidos. Ahora se vuelven a acumular las evidencias científicas que arrojan luz sobre esta relación 

Un estudio previo con  total de casi 6.000 estadounidenses seguidos durante 24 años, desde la edad adulta media hasta la adulta tardía, encontró que tener inflamación crónica en la mediana edad puede estar relacionado con un mayor riesgo de fragilidad y una peor salud general décadas después. Publicado en 'The Journal of Gerontology' y dirigido por investigadores de Johns Hopkins Medicine, documenta que cada desviación estándar de mayor inflamación registrada en la mediana edad produjo un 39% más de probabilidades de sufrir fragilidad aproximadamente 24 años después.

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Estas asociaciones eran más fuertes entre los blancos que entre los afroamericanos. La prevalencia de fragilidad en la vejez entre las personas que tuvieron niveles bajos de inflamación durante la mediana edad fue del 4-5%  Sin embargo, la misma entre los adultos con altos niveles de inflamación durante la mediana edad fue del 9%, aproximadamente el doble.

Velocidad de la marcha 

Ahora llega una nueva investigación publicada en ‘Journal of the American Geriatric Society’ que constata que tener una inflamación alta en la mediana edad se asocia con una velocidad de marcha más lenta clínicamente significativa (un indicador de movilidad) 20 años después.

En el estudio, que incluyó a 4.758 adultos, el vínculo entre una inflamación alta y una velocidad de marcha más lenta en la senectud fue especialmente fuerte para las personas con una inflamación alta sostenida durante los más de 20 años de seguimiento. La relación fue evidente incluso entre los adultos más sanos que nunca experimentaron otras afecciones comunes como obesidad, hipertensión o diabetes.

"Estos hallazgos sugieren que monitorear la inflamación tiene el potencial de ser importante para la salud en la senectud, similar al monitoreo de métricas de salud de rutina como la presión arterial y la glucosa", han dicho en un comunicado los científicos del estudio. 

Por todo ello insisten en que, "en conclusión, mantener niveles bajos de inflamación a lo largo de la mediana edad y más adelante puede contribuir a una mejor movilidad vital independientemente de la coexistencia de obesidad, diabetes o hipertensión, raza o desventaja socioeconómica. Se deberín hacer chequeos de seguimiento de la inflamación durante las visitas al médico. Es posible que se justifiquen otros programas preventivos para adultos de mediana edad y mayores, agregando valor a la inflamación junto con otras medidas comunes de enfermedades crónicas, como la sangre azúcar, el Índice de Masa Corporal y la presión arterial".

Sobre el autor:

Patricia Matey

Patricia Matey

Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.

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