Por qué mi sueño empeora según voy cumpliendo años
El rápido envejecimiento de las poblaciones mundiales tiene y tendrá compañía: una aumento de los casos de demencia. Sin embargo, la buena noticia, como reconoce un estudio de 'Lancet Communication' se estima que aproximadamente el 40% de los casos pueden prevenirse. Sabemos, también, que los trastornos del sueño son comunes en el envejecimiento, con tasas de prevalencia del 37,3% en adultos estadounidenses de 60 a 74 años, por ejemplo, y del 28,0% enaquellos de 75 años o más, tal y como determina un ensayo de 'Jama Open Network'.
Y, desafortunadamente, la relación entre trastornos del sueño y el deterioro cognitivo coexisten frecuentemente en el envejecimiento, y esta unión entre los dos puede ser bidireccional. Se ha demostrado que la mala calidad del mismo está asociada con un mayor riesgo de demencia, como documenta una investigación de 'Age'. Se ha informado que la duración del sueño muestra una asociación en forma de U con el riesgo de demencia; es decir, tanto su falta como su duración excesiva del mismo se asociaron con deterioro cognitivo e incidencia de demencia. Pero otras características del sueño han sido menos estudiadas en el contexto de la demencia, pero se demostró que una menor eficiencia del sueño y una somnolencia diurna excesiva se asociaban con riesgo de demencia en dos estudios.
Sin embargo, la bibliografía científica sigue siendo discrepante sobre la relación longitudinal entre los trastornos del sueño y el riesgo futuro de demencia. En un gran ensayo prospectivo en los Países Bajos, los autores no lograron demostrar un riesgo significativo de la patología por todas las causas en la población general con una peor calidad del sueño. Pero se sabe menos sobre la disfunción del sueño en los síndromes de predemencia, como es el síndrome de riesgo cognitivo motor (MCR).
El MCR fue descrito por primera vez en 2013 y se caracteriza por la presencia de quejas cognitivas y una velocidad de marcha lenta, como se explica en un artículo de 'The Journal of Gerontology’. Su diagnóstico no requiere pruebas cognitivas y análisis de laboratorio, lo que aumenta su utilidad clínica, especialmente en entornos clínicos con bajos recursos en todo el mundo. Los adultos mayores con MCR tienen un riesgo más del doble desarrollar demencia, tanto enfermedad de Alzheimer (EA) comodemencia vascular. Investigaciones recientes han documentado que hay mayores probabilidades de MCR en adultos mayores con alteraciones del sueño.
Nuevas evidencias
Ahora llega una nueva investigación que lo confirma. Publicada en 'Neurolgy' establece que las personas mayores que tienen sueño durante el día o carecen de entusiasmo para realizar actividades debido a problemas de sueño pueden tener más probabilidades de desarrollar el síndrome mencionado que puede conducir a la demencia,
"Nuestros hallazgos enfatizan la necesidad de realizar pruebas de detección de problemas de sueño. Existe la posibilidad de que las personas puedan recibir ayuda para solucionar sus problemas de sueño y prevenir el deterioro cognitivo en etapas posteriores de la vida". ha declardo en un comunicado Victoire Leroy, de la Facultad de Medicina Albert Einstein del Bronx, Nueva York (EEUU) y autora del estudio.
En el estudio participaron 445 personas con una edad media de 76 años que no padecían demencia. Todos respondieron a cuestionarios sobre el sueño al comienzo del estudio. Se les preguntó sobre problemas de memoria y se les evaluó su velocidad al caminar en una cinta de correr al inicio y luego una vez al año durante una media de tres.
En la evaluación del sueño se plantearon preguntas como la frecuencia con la que las personas tenían problemas para dormir, por qué se despertaban en mitad de la noche, no podían conciliar el sueño en 30 minutos o si sentían demasiado calor o frío, además de si tomaban medicamentos para dormir. La pregunta para evaluar la somnolencia diurna excesiva se basaba en con qué frecuencia lhan tenido problemas para mantenerse despiertas mientras conducían, comían o participaban en actividades sociales. La pregunta sobre el entusiasmo indagaba sobre cuánto han tenido las personas problemas para mantener el entusiasmo lo suficiente para hacer las cosas.
Un total de 177 personas cumplieron la definición de malos durmientes y 268 cumplieron con de buenos durmientes. Al inicio del estudio, 42 personas presentaban el síndrome de riesgo cognitivo motor. Otras 36 personas lo desarrollaron durante el estudio.
Los datos
De aquellos con somnolencia diurna excesiva y falta de entusiasmo, el 35,5% desarrolló el síndrome, en comparación con el 6,7% de los que carecían de estos problemas. Una vez que los investigadores ajustaron otros factores que podrían afectar el riesgo del síndrome, como la edad, la depresión y otras condiciones de salud, descubrieron que las personas con somnolencia diurna excesiva y falta de entusiasmo tenían más de tres veces más probabilidades de desarrollar el síndrome que aquellos que no tenían esos problemas relacionados con el sueño.
"Es necesario realizar más investigaciones para estudiar la relación entre los problemas de sueño y el deterioro cognitivo, así como el papel que desempeña el síndrome de riesgo cognitivo motor. También se requieren más estudios que expliquen los mecanismos que vinculan estos trastornos del sueño con el síndrome de riesgo cognitivo motor y el deterioro cognitivo", ha destacado Leroy. Una limitación del estudio es que los participantes informaron su propia información sobre el sueño, por lo que es posible que no hayan recordado todo con precisión.