El paso del tiempo real lo marcan las agujas del reloj y el calendario pero el envejecimiento biológico no sigue una pauta constante. Según un estudio de Stanford Medicine, publicado en ‘Nature Aging’, atravesamos dos períodos de cambios rápidos, que se dan en promedio entre los 44 y los 60 años.
El envejecimiento es un proceso complejo y multifactorial de cambios fisiológicos fuertemente asociados con varias enfermedades humanas, incluyendo enfermedades cardiovasculares (ECV), diabetes, neurodegeneración y cáncer, según documenta un trabajo estudio de la revista 'National Journal of Neurology’'.
Las alteraciones de las moléculas (incluyendo transcripciones, proteínas, metabolitos y citocinas) son de importancia crítica para entender el mecanismo subyacente del envejecimiento y descubrir posibles dianas terapéuticas para enfermedades relacionadas con el mismo. Recientemente, el desarrollo de tecnologías ómicas de alto rendimiento ha permitido a los investigadores estudiar cambios moleculares a nivel de sistemas. Son, por tanto, aquellas basadas en metodologías que permiten la obtención de grandes cantidades de datos acerca uno o millones de analitos de una muestra o de millones de células independientemente, con el objetivo de obtener una visión global y a la vez profunda de los cambios moleculares asociados a un estado fisiológico o patológico.
Cambios moleculares en el envejecimiento
Un número creciente de estudios han explorado exhaustivamente los cambios moleculares que ocurren durante el envejecimiento usando perfiles ómicos y la mayoría se enfoca en cambios lineales. Se sabe que la ocurrencia de enfermedades relacionadas con el envejecimiento no sigue un aumento proporcional con la edad. En cambio, el riesgo de estas se acelera en puntos específicos a lo largo de la vida humana.
Por ejemplo, en EEUU la prevalencia de las ECV (que abarcan la aterosclerosis, el accidente cerebrovascular y el infarto de miocardio) es de aproximadamente el 40% entre las edades de 40 y 59, aumenta a alrededor del 75% entre los 60 y 79 y alcanza aproximadamente el 86% en individuos mayores de 80 años, según un recogido en 'Jounal of Develpment Cardiovascular Disease'.
De manera similar, la prevalencia de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, exhibe una tendencia ascendente a medida que progresa el envejecimiento humano, con distintos puntos de inflexión que ocurren alrededor de las edades de 40 y 65, respectivamente. La observación de un aumento no lineal en la prevalencia de enfermedades relacionadas con el envejecimiento implica que el proceso del mismo no es una tendencia lineal simple.
Los nuevos hallazgos
El nuevo estudio se realizó un perfil multiómico profundo y exhaustivo en una cohorte humana longitudinal que comprendía 108 individuos de entre 25 y 75 años. Se hizo un seguimiento de la cohorte durante un lapso de varios años (mediana, 1,7 años), y el período de seguimiento más largo para un solo participante alcanzó los 6,8 años (2471 días). Se recopilaron varios tipos de datos ómicos de las muestras biológicas de los participantes, incluidos transcriptómicos, proteómicos, metabolómicos, citocinas, pruebas de laboratorio clínico, lipidómicos, microbioma fecal, microbioma cutáneo, microbioma oral y microbioma nasal.
La investigación exploró los cambios que ocurren en diferentes perfiles ómicos durante el envejecimiento humano. Sorprendentemente, muchos marcadores moleculares y vías biológicas exhibieron un patrón no lineal a lo largo del proceso de envejecimiento, lo que proporcionó información valiosa sobre períodos de alteraciones dramáticas durante el envejecimiento humano.
En declaraciones a ‘Medical News Today’, Dr. Michel Snyder, profesor de genética y autor principal del estudio, reconoce: "No estamos cambiando gradualmente con el tiempo; hay algunos cambios realmente dramáticos. Resulta que a mediados de los 40 es un momento de cambio dramático, al igual que a principios de los 60. Estamos haciendo un seguimiento de las personas con un nivel de detalle increíble: medimos tantas moléculas como sea posible (decenas de miles) y sus microbios para obtener una imagen detallada de su salud".
Dr. Michel Snyder
Cuando Snyder y su equipo analizaron los datos más de cerca, notaron que aproximadamente el 81 % de las moléculas y los microbios que identificaron se transforman más a ciertas edades que en otros momentos de la vida de una persona. Los científicos descubrieron que las dos edades con los mayores cambios de moléculas y microbios ocurren cuando una persona tiene entre 40 y 60 años. como se menciona anteriormente.
“Esperábamos los cambios en los 60 años porque es cuando aumenta el riesgo de contraer enfermedades para casi todas ellas y el sistema inmunológico de las personas disminuye (y) encontramos cambios adicionales. Los cambios en los años 40 fueron inesperados, aunque en retrospectiva es un momento en el que las personas atraviesan su ‘crisis de la mediana edad’ y a menudo se lesionan”, recuerda el investigador. Además, los científicos descubrieron que los cambios moleculares y microbiológicos más notables relacionados con la edad estaban relacionados con posibles problemas de salud. Y los cambios por edades fueron:
En personas de 40 años, descubrieron cambios significativos en la cantidad de moléculas relacionadas con el alcohol, la cafeína y el metabolismo de los lípidos, así como con las enfermedades cardiovasculares y la piel y los músculos.
A la edad de 60 años, las transformaciiones moleculares más importantes estaban relacionados con las enfermedades cardiovasculares, la regulación inmunológica, la función renal, el metabolismo de los carbohidratos y la cafeína, y la piel y los músculos.
Vivir más y más sano
"El objetivo es que las personas vivan una vida larga y saludable. Se pueden hacer un seguimiento de estos cambios y tomar medidas con esta información. Por ejemplo, empezar a tomar estatinas cuando se llega a los 40 o justo antes, y asegurarse de hacer ejercicio durante toda la vida. A los 60, beber mucha agua para mantener los riñones sanos, consumir estimulantes inmunológicos y antioxidantes. Ser consciente de los cambios en la salud para que se puedan tomar medidas y vivir una vida larga y saludable", explica.
Los científicos reconocen que no está claro por qué se producen cambios tan grandes específicamente alrededor de las edades mencionadas. E Insiste: "Será necesario realizar más investigaciones para identificar los mecanismos y la posible justificación biológica de los cambios en esos períodos de tiempo". La ciencia apenas está comenzando a comprender los mecanismos biológicos involucrados en el envejecimiento. Estudios como este nos ayudan a identificar la base del envejecimiento normal y, a su vez, brindan información sobre cómo las desviaciones en la biología normal conducen a enfermedades, como las cardiovasculares.
"En última instancia, esto nos ayudará a comprender cómo mantener a nuestros pacientes sanos y envejeciendo bien. También puede ayudarnos a desarrollar nuevas terapias para enfermedades que resultan del envejecimiento anormal", recoocen los autores
Modificar el estilo de vida
"Todos estamos tratando de comprender el proceso de envejecimiento y las enfermedades crónicas. Algunas de las enfermedades como la diabetes y el azhéimer también sugieren que tenemos que comenzar con intervenciones preventivas desde el principio. Es interesante ver que este estudio muestra hallazgos en estos dos grupos de edad, alrededor de los 40 y 60 años. Esto puede ayudarnos a tener una mejor conversación con nuestros pacientes sobre diversas modificaciones del estilo de vida desde el principio", han insistido los autores
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.