El presidente de 65YMÁS, Fernando Ónega, ha destacado este martes la importancia del envejecimiento saludable durante su intervención en el acto titulado ‘Envejecimiento activo, clave para hacer frente la soledad no deseada’, celebrado este martes en Alcobendas y enmarcado en los encuentros bajo el título ‘Longevidad saludable’.
Unos encuentros, organizados por el diario 65YMÁS en colaboración con la Comunidad de Madrid, que recorrerán varias localidades abordando los desafíos que supone para la región el aumento de la longevidad y las inquietudes de los sénior madrileños.
"Creo que no hay nada más importante en nuestra vida personal y colectiva. Y desde el diario 65ymás.com cuya presidencia se me ha encomendado, no tenemos, desde luego, ninguna misión más trascendente que la de ser útiles en todo lo que afecta a los mayores y, si hay algo que les afecta y condiciona su felicidad es precisamente su salud. Me lo dice mi mujer cada vez que cometo algún exceso, incluso laboral: no hay nada sin salud. El dinero no vale nada sin salud. El amor no funciona sin salud. De nada sirve una buena casa, un buen coche, un gran viaje si se cruza una enfermedad. Certifico que es así después de muchas crisis que he pasado, todos los quirófanos que he pisado y las interminables sesiones de diálisis que he sufrido", ha asegurado Ónega durante su intervención.
El presidente de 65YMÁS ha enumerado los datos que demuestran que España está ante toda una revolución, la de la longevidad. Son los siguientes:
"España es uno de los países del mundo con mayor esperanza de vida. Los varones vivimos una media de 83,2 años y las mujeres cuatro años y medio más: 87,7. Los ciento y pico mil muertos de la pandemia redujeron un poco esa media, pero no cambiaron la jerarquía. Dicen que llegaremos a una esperanza de vida de cien años.
España tiene lo nunca visto: casi 20.000 personas que han cumplido cien años y en algún sitio he leído que los niños que nazcan en 2024 podrán vivir 120 años.
El 30 por ciento de los fallecidos cada día en nuestro país tienen más de 90 años de edad.
El grupo social que antes se llamaba “tercera edad” suponemos el 20% de la población española.
El grupo social que ahora se llama “sénior”, es decir, los mayores de 55, somos el 30%.
Los mayores de 45 años, que parecen ser los nuevos sénior a juzgar por cómo los marginan en empresas e instituciones, somos la mitad de la población.
Dentro de diez años, según el Instituto Nacional de Estadística, seremos o seréis claramente un país de viejos, porque habrán llegado a la vejez casi todos los nacidos en el “baby boom”.
Como consecuencia de eso, no despreciéis este dato, que ignoro si es un triunfo del país o un serio riesgo para las pensiones: en los próximos cinco años se jubilarán 1,4 millones de personas".
En este contexto, Ónega concluye: primero, que "personalmente", se rebela "contra esos medios periodísticos que llaman ancianos a adultos de 60 o 70 años que están en plenas facultades físicas y contra todos los que siguen llamando viejos y viejas a un porcentaje tan alto de la población". Y segundo, que "como está demostrado, vivimos mucho más. Es un mérito de la medicina y del mejor cuidado personal. La gran incógnita, la que ocupa más a los científicos, es si la prolongación del tiempo se corresponde con una mejora de la calidad de vida. Este cronista cree que sí: tenemos más calidad de vida, a pesar del millón de enfermos de Alzheimer, a pesar del avance de enfermedades hasta ahora desconocidas, a pesar de lo que mata la contaminación. Sin calidad de vida no se vive o no vale la pena vivir".
FOTO: AYUNTAMIENTO DE ALCOBENDAS
Por este motivo, explica que "en 65YMÁS tenemos siempre abierto un debate con muchos interrogantes: ¿estamos gestionando bien el envejecimiento, el ya producido y el que se va a producir? ¿Ese envejecimiento es una carga para el Estado y para la sociedad o una oportunidad para varias generaciones? ¿Se está preparando a la sociedad para tener veinte o treinta años de vida por delante después de la jubilación? ¿Se están adaptando las estructuras sociales, incluso de ocio, a la nueva realidad poblacional? ¿Se está aprovechando el caudal de talento y de experiencia para el progreso de la nación y de su tejido empresarial en un mundo tan competitivo como el actual? ¿Qué será de este país y de toda la Unión Europea, si el crecimiento vegetativo de la población se encomienda a los inmigrantes, como ya empieza a ocurrir?".
Ónega asegura que "lo que está pasando es una revolución silenciosa y tranquila, pero revolución que, como medio informativo, queremos contar, interpretar y encauzar. Con una prioridad: vivir más, pero vivir mejor".
“Vivir más y mejor. En esas cuatro cortas palabras se contiene la clave de la longevidad saludable, que es, a su vez, y con permiso de Putin y Trump, la gran clave del siglo XXI", explica. “Vivir más y mejor es la meta que proponemos en Alcobendas, en colaboración con su Ayuntamiento y la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, cuya titular es Ana Dávila-Ponce de León".
Ónega ha explicado que bajo ese eslogan y junto a la nueva sección de 65YMÁS, Cuídate+, "tenemos programados encuentros de este tipo en toda España y en los grandes municipios de la Comunidad de Madrid. Lo haremos acompañados de los mejores expertos, y me atrevo a decir que con una vocación de apostolado y con mesas redondas que sean una especie de parlamento de la longevidad sana y creativa".
Es más, ha afirmado que "como vecino de Alcobendas y con alguna responsabilidad en 65YMÁS, tengo un sueño: ayudar a que mi pueblo –y a ser posible todo Madrid, y a ser posible mi patria gallega y a ser posible toda España– ingrese en el privilegiado club de las zonas azules”. La calificación ganada por cinco lugares del mundo, lugares donde se encuentran las personas más longevas que superan los 100 años de edad.
Esas zonas reconocidas por los científicos son hoy las siguientes: región central de Cerdeña, Okinawa, en Japón,; Icaria, en Grecia; Loma Linda, en California; y Península de Nicoya, en Costa Rica. Ónega ha destacado los factores comunes a todos esos lugares que, según los investigadores, justifican las vidas largas y sanas. "Son, en apretada síntesis, los siguientes:
Práctica de una actividad física regular y habitual, sin sedentarismo.
Controlar y evitar el estrés, asociado con todas las enfermedades causadas por el envejecimiento.
Procurar una alimentación equilibrada, rica en vegetales, frutas y verduras.
No comer nunca hasta saciarse, algo que ya recomendaba Confucio.
No es preciso prescindir del alcohol, pero consumirlo de forma y cantidad muy moderadas.
Cultivar las relaciones sociales, evitando el aislamiento y buscando personas o grupos que fomenten comportamientos saludables. Entre ellos, la conversación.
Fomentar y cultivar los vínculos familiares. Esos vínculos y las relaciones sociales son, además, uno de los instrumentos para combatir la soledad no deseada.
Y, téngase la edad que se tenga, tener algún proyecto en la vida, algún aliciente, alguna tarea que desarrollar o algún compromiso que cumplir".
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.