Recientemente se hacía público un estudio que determinaba que el ejercicio aeróbico regular podría reducir significativamente los marcadores de la enfermedad asociados con el alzhéimer, según científicos de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y de la Universidad Federal de São Paulo (Brasil). Los resultados brindan nuevas esperanzas en la batalla contra este devastador trastorno. Deberían, por tanto, lo médicos prescribir ejercicio a los mayores. Adelantamos a continuación las claves de la que presumimos debería ser una 'nueva receta'.
La investigación anteriormente mencionada, y publicada en la revista ‘Brain Research’, destaca cómo la actividad física no sólo protege las células cerebrales sanas sino que, también, restablece el equilibrio en el cerebro envejecido. Ésta se centro en el hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje, y midió el impacto del ejercicio aeróbico en marcadores clave del alzhéimer: placas amiloides, ovillos de tau y acumulación de hierro en las células productoras de mielina, conocidas como oligodendrocitos. Estos marcadores son fundamentales para la patología degenerativa.
Los resultados revelaron que los roedores (objeto del estudio) que completaron un programa de ejercicio aeróbico estructurado experimentaron:
Reducciones significativas en los ovillos de tau (alrededor del 63% con el ejercicio), las placas amiloides (cerca del 76% en el grupo de actividad física) y la acumulación de hierro (reducida en aproximadamente el 58% en los cerebros de roedores que hacían ejercicio).
Mejora la salud de las células cerebrales, incluido un mayor número de oligodendrocitos protectores.
Reducción de la inflamación cerebral en el grupo de ejercicio (entre el 55% y el 68% dependiendo del biomarcador inflamatorio considerado) y de la muerte celular.
Mejora la comunicación entre las células cerebrales, restableciendo el equilibrio crítico en la función del cerebro a medida que envejece.
El Dr. Augusto Coppi, profesor titular de Anatomía Veterinaria en la Universidad de Bristol y uno de los autores principales del estudio, ha explicado en un comunicado: "El alzhéimer es un trastorno neurodegenerativo progresivo sin cura conocida que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien se sabe que el ejercicio físico reduce el deterioro cognitivo, los mecanismos celulares que subyacen a sus efectos neuroprotectores han permanecido esquivos, hasta ahora. Esta investigación destaca el potencial del ejercicio aeróbico para servir como piedra angular en las estrategias preventivas de la enfermedad".
Las principales conclusiones del estudio incluyen:
Integrar ejercicio aeróbico regular en la vida diaria podría desempeñar un papel crucial a la hora de retardar o prevenir la progresión del alzhéimer.
Las iniciativas de salud pública deberían priorizar los programas de ejercicio adaptados a las poblaciones que envejecen.
Los investigadores ahora están planeando ensayos clínicos en humanos para confirmar los efectos protectores observados en modelos de roedores.
La 'receta mágica'
Y, precisamente, una de las principales conclusiones de este trabajo (integrar el ejercicio en la rutina diaria de los mayores) da un vuelco a los consejos de los médicos de familia y de los especialistas a la hora de ‘prescribir’. Veamos el motivo.
La actividad física es un factor de riesgo modificable para más de 30 enfermedades crónicas relevantes para los adultos mayores (incluidas enfermedad de la arteria coronaria, insuficiencia cardíaca, diabetes mellitus tipo 2, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, osteoporosis, depresión, demencia y cáncer), como documenta un estudio en ‘The Scandinavian Journal of Medicine & Journal Sport’.
Refleja el trabajo que puede actuar como complemento del tratamiento o, en algunos casos, obviar la necesidad de medicación o cirugía. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos mayores participen en 150 a 300 minutos de actividad física moderada a vigorosa por semana, junto con ejercicios de resistencia (fuerza) 2 veces por semana y ejercicios multicomponentes con un enfoque en el equilibrio 3 veces por semana.
Por tanto, ¿puede la actividad física prolongar la esperanza de vida de los adultos mayores?
Los datos
Al parecer, un artículo de revisión publicado en 'Journal of Canadian Medical Association' resume la evidencia que respalda el importante papel que desempeña la actividad física en la prevención o reducción de los efectos de las enfermedades y analiza cómo prescribir ejercicio efectivo para adultos mayores.
“La actividad física es una de las formas más importantes de preservar o mejorar la independencia funcional, incluso entre los adultos mayores que son frágiles o se considera que tienen un mayor riesgo de caídas”, ha documentado en un escrito la Dra. Jane Thornton, profesora adjunta de la Escuela de Medicina y Odontología Schulich de la Universidad Western, en London, Ontario, y directora de salud, medicina y ciencia del Comité Olímpico Internacional. Y ha insistido: “Los niveles más elevados de actividad física en la vejez se asocian con mejoras en la cognición, la salud mental y la calidad de vida”.
150 minutos
Un metaanálisis de 2023 de varios estudios de gran tamaño concluyó que 150 minutos de actividad física moderada por semana reducían el riesgo de muerte por todas las causas en un 31%. El ejercicio es esencial para envejecer bien y puede ayudar a prevenir o reducir enfermedades en más de 30 afecciones crónicas, como hemos mencionado anteriormente.
Los beneficios de la actividad incluyen los siguientes:
Protección contra el riesgo de muerte por cualquier causa
Prevención de caídas mediante mayor fuerza muscular y mejor equilibrio.
Mejor salud de los huesos y de las articulaciones, incluida la mejora de la densidad ósea y el alivio de algunos síntomas de la osteoartritis.
Función cognitiva mejorada y mejor estado de ánimo y salud mental.
Capacidad para realizar actividades diarias y mejora de la calidad de vida.
¿Cómo pueden los médicos prescribir actividad física?
“Como muchos adultos mayores viven con enfermedades crónicas o movilidad reducida, los médicos deben adaptarlos y alentarlos a adoptar un enfoque gradual para aumentar su actividad física, que debe incluir el entrenamiento de resistencia (fortalecimiento muscular) como un componente esencial”, ha declarado el Dr. Samir Sinha, profesor de medicina en la Universidad de Toronto y director de investigación de políticas de salud del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.
El marco de cinco pasos de la OMS, denominado 'las 5 A', puede proporcionar a los médicos una hoja de ruta para promover la actividad física en sus pacientes. Los autores también sugieren incluirla en los registros de los pacientes como un signo vital que se debe seguir a lo largo del tiempo.
"La actividad física está infrautilizada como intervención sanitaria, tanto en la comunidad como en la prestación de servicios de salud a los adultos mayores. La edad, la fragilidad o las deficiencias funcionales existentes no deben considerarse contraindicaciones absolutas para la actividad física, sino más bien razones clave para prescribirla, teniendo en cuenta los beneficios de las intervenciones de actividad física para los adultos mayores. Los adultos mayores que se vuelven más activos físicamente pueden potencialmente añadir años a sus vidas, así como una mejor calidad de vida a esos años”, han concluido los autores.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.