La resiliencia psicológica es la capacidad de las personas para afrontar y adaptarse eficazmente a circunstancias y acontecimientos desafiantes de la vida. La exposición a la adversidad como como pobreza o acontecimientos importantes de la vida, como la pérdida del empleo o el duelo, a menudo conduce a alteraciones en el funcionamiento psicológico, como recuerda un estudio de Annual Review of Psychology
Sin embargo,los individuos difieren en su capacidad para superar y adaptarse a la adversidad, y algunos muestran resiliencia, mientras que otros luchan y experimentan problemas psicológicos. Los investigadores sugieren que la resiliencia es una proceso dinámico y activo influenciado por diversos factores, incluido el sexo, las hormonas y los genes que regulan la fisiología del estrés. Además, se cree que esta evoluciona y varían según los diferentes períodos, como reconoce en un trabajo de 'Bilogical Psychiatric’.
En el contexto de los adultos mayores, se ha demostrado que la resiliencia psicológica tiene asociaciones con una variedad de condiciones de salud incluida una mejor salud física y mental, bienestar y envejecimiento exitoso.
Además, unos niveles elevados de resiliencia pueden proteger contra los efectos perjudiciales de la discapacidad en los sénior. Una faceta de la resiliencia, la resiliencia física se ha asociado con el riesgo de mortalidad a medida que las personas envejecen. La investigación ha profundizado en la conexión entre la resiliencia física y el envejecimiento biológico,demostrando que una una disminución de esta podría aumentar la susceptibilidad a la mortalidad, incluso en individuos sin morbilidades significativas.
Nuevos datos
Ahora, un nuevo estudio publicado en'‘BMJ Mental Health' constata que à capacidad de afrontar y adaptarse bien a circunstancias y acontecimientos desafiantes de la vida en la vejez está vinculada a un menor riesgo de muerte, Los hallazgos subrayan la importancia de los esfuerzos para reforzar la resiliencia mental, concluyen los investigadores.
En los mayores, las buenas habilidades de afrontamiento pueden ayudar a compensar el impacto negativo de las enfermedades crónicas y la discapacidad posterior. Y si bien la capacidad de recuperarse físicamente después de una enfermedad y un trauma está asociada con un envejecimiento más lento y el riesgo de muerte, no está claro si la resiliencia mental podría tener efectos similares, explican.
Para explorar esto más a fondo, los investigadores de la Escuela de Salud Pública (Shenzhen), Sun Yat-sen
de Universidad de Shenzhen (Cantón, China) y del Instituto Karolinska, (Estocolmo, Suecia) analizaron los datos del Estudio de Salud y Jubilación de EEUU (HRS, de sus siglas en inglés), un estudio a largo plazo representativo a nivel nacional de adultos estadounidenses de al menos 50 años. Este ensayo comenzó en 1992 e incluye información sobre el estado económico, de salud, civil y familiar de los participantes, a quienes se monitorea cada 2 años.
10.569 participantes
Los investigadores se basaron en dos oleadas (2006-2008) de datos de la HRS, cuando se recogieron preguntas sobre resiliencia mental por primera vez, e incluyeron un total de 10.569 participantes con datos completos en el análisis final. Su edad media era de 66 años; el 59% de ellos eran mujeres.
La resiliencia mental se evaluó mediante una escala validada que abarca cualidades como la perseverancia, la calma, el sentido de propósito, la confianza en uno mismo y el reconocimiento de que ciertas experiencias deben afrontarse en solitario. La puntuación media de toda la muestra fue de 9,18 (rango 0-12).
Se hizo un seguimiento de los participantes hasta su muerte o hasta finales de mayo de 2021, lo que ocurriera primero. Durante un período de seguimiento promedio de 12 años, murieron 3.489 personas.
Surgió una asociación casi lineal entre la puntuación de resiliencia mental y la muerte por cualquier causa: cuanto mayor era la puntuación, menor era el riesgo de fallecer, y esta era más fuerte en las mujeres que en los hombres.
Los puntajes de resiliencia se dividieron en cuartiles (25%) y se vincularon con las probabilidades de supervivencia a 10 años. Estas fueron del 61% para aquellos en el cuartil inferior (1), subiendo al 72% y 79% para los cuartiles medios (2 y 3), y al 84% para aquellos en el cuartil superior (4).
El análisis de supervivencia mostró que aquellos en el cuartil más alto tenían un 53% menos de probabilidades de morir en los próximos 10 años que aquellos en el cuartil más bajo.
Esta asociación siguió siendo estadísticamente significativa después de ajustar por estado civil, sexo, raza y peso (IMC), pero cayó al 46% después de tener en cuenta la mala salud (diabetes, cáncer y enfermedad cardiovascular) y al 38% después de tener en cuenta un estilo de vida poco saludable.
Riesgo de muerte y resilencia mental
En total, el riesgo de muerte fue 20% menor (segundo cuartil), 27% menor (tercero) y 38% menor (cuarto) en aquellos con puntuaciones de resiliencia mental más altas que en aquellos con puntuaciones más bajas (primer cuartil), una vez que se tuvieron en cuenta los factores potencialmente influyentes.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no se pueden extraer conclusiones firmes sobre la causalidad. Además, los investigadores reconocen que no se tuvo en cuenta la posible influencia de los factores genéticos y hormonales ni de las adversidades en la infancia. El análisis también se basó en datos de referencia, pasando por alto cambios potencialmente influyentes durante el período de seguimiento.
"Se han identificado diversos factores, entre ellos, el sentido de la vida, las emociones positivas, la salud autoevaluada y la satisfacción con el apoyo social, como posibles influencias en la resiliencia psicológica", explican en un comunicado.
E insiste: "Despertar estas emociones positivas puede potenciar los efectos protectores de la resiliencia psicológica y mitigar el impacto negativo de la adversidad acumulada en la salud mental de los adultos. Los hallazgos subrayan la posible eficacia de las intervenciones destinadas a promover la resiliencia psicológica para mitigar los riesgos de mortalidad".
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.