Para muchos adultos, las relaciones matrimoniales son una de las relaciones centrales en la vida; los cónyuges constituyen una fuente importante de apoyo social, emocional y financiero. De media, las personas casadas son más saludables y viven más que las personas solteras, divorciadas o viudas, como documenta un estudio de 'American Journal of Epidemiology'.
Sin embargo, existen variaciones en la calidad de los matrimonios; los infelices y llenos de conflictos pueden ser menos beneficiosos o incluso perjudiciales para el bienestar. De hecho, los matrimonios más infelices se asocian con una peor salud autodeclarada y un mayor riesgo de mortalidad que los matrimonios más felices como demuestra otra investigación.
Cuidar a un cónyuge con enfermedad de Alzheimer o una demencia relacionada (ADRD, por sus siglas en inglés) es una experiencia inmensamente estresante asociada con cambios drásticos en la relación matrimonial. Con la aparición y progresión de ADRD, los cuidadores informan interrupciones en la relación, incluida la falta de intimidad, dificultad para sentirse conectados, cambios de roles e identidades e incertidumbres en torno al diagnóstico y la relación.
Nuevos datos
Ahora llega una investigación, publicada en Comprehensive Psychoneuroendocrinology por científicos de la Universidad Rice (EEUU) que arroja luz sobre el papel fundamental que desempeñan las relaciones matrimoniales en la salud mental y física de los cuidadores de cónyuges que viven con demencia, y revela que la salud mental de los cuidadores mejora drásticamente cuando se sienten apoyados, comprendidos y apreciados por sus seres queridos que necesitan cuidados.
La investigación fue dirigida por Vincent Lai, un estudiante de posgrado en ciencias psicológicas en Rice. El estudio involucró a 161 cuidadores conyugales y exploró los desafíos únicos que enfrentan. Los participantes completaron evaluaciones detalladas, que incluyeron cuestionarios, evaluaciones de salud y extracciones de sangre.
Los hallazgos revelaron que los cuidadores que informaron una menor satisfacción con sus matrimonios experimentaron una salud mental y física significativamente peor. Sin embargo, la percepción del cuidador de ser comprendido y apreciado por su cónyuge, incluso uno con una capacidad mental disminuida, mitigó los efectos negativos de la baja satisfacción en la relación.
"Descubrimos que no son solo los sentimientos generales sobre la relación matrimonial, sino también la capacidad de respuesta y el apoyo percibidos por su cónyuge lo que afecta profundamente el bienestar de los cuidadores. Aunque los matrimonios pueden cambiar drásticamente cuando uno de los cónyuges tiene demencia, sentirse valorado y comprendido puede marcar una diferencia significativa en una relación”, ha comentado .Lai en un comunicado.
El rol del cuidador
Los investigadores reconocieron que la transición al rol de cuidador a menudo trae consigo nuevos desafíos, incluida la reducción de la intimidad, las dificultades de comunicación y el estrés de equilibrar el cuidado con otros compromisos de la vida, lo que hace que la afirmación positiva del cónyuge cuidado sea mucho más importante.
En el estudio, los investigadores tuvieron en cuenta las variaciones en la gravedad de la demencia, asegurando que sus hallazgos reflejen una comprensión matizada de cómo la progresión de la enfermedad afecta las experiencias de los cuidadores. Si bien esta investigación se centró en las percepciones actuales de los cuidadores sobre sus relaciones matrimoniales, los autores reconocieron que la satisfacción marital antes del diagnóstico de demencia es un área importante para la exploración futura.
"Estamos particularmente interesados en cómo evolucionan las percepciones de los cuidadores con el tiempo", ha decocumentado Chris Fagundes, profesor de ciencias psicológicas en Rice y coautor del estudio.
Y ha insistido: “Nuestros próximos pasos incluyen estudiar a las parejas a partir del diagnóstico inicial de demencia para comprender mejor cómo cambia la dinámica de la relación y cómo podríamos intervenir temprano para apoyar a los cuidadores”.
A medida que la población mundial envejece y aumentan los diagnósticos de demencia, los investigadores dicen que esperan que su trabajo ayude al desarrollo de programas para ayudar a los cuidadores a comprender y abordar los cambios en sus relaciones y estrategias para fomentar interacciones positivas y aprecio dentro de la dinámica del cuidado. También esperan que se utilice para identificar estrategias para abordar tanto el costo psicológico como biológico del cuidado, asegurando un apoyo integral para la salud del cuidador.
"Al comprender la interacción entre la calidad de la relación y la salud, podemos crear mejores sistemas de apoyo para los cuidadores, asegurando que no solo brinden atención, sino que también reciban la atención que necesitan", ha comentado Lai.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.