
¿Son fiables los monitores continuos de glucosa?
Un nuevo estudio revela que pueden sobreestimar los niveles de azúcar en sangre

La llegada de los sensores para el seguimiento continuo de los niveles de glucosa, también denominados MCG (monitorización continua de glucosa), ha supuesto un antes y un después en el autocuidado diario de los pacientes diabetes. El motivo: hasta su llegada al mercado, los pacientes se veían obligados a pincharse los dedos varias veces cada día para medir los niveles de azúcar en sangre y así poder mantenerlos a raya con inyecciones de insulina.
Estos pequeños sensores se colocan debajo de la piel a través de un dispositivo de inserción automático que se engancha al brazo o al abdomen. Controlan los niveles de glucosa intersticial continuamente, cada pocos minutos. Es decir, el azúcar que se encuentra en el líquido contenido entre las células. Para obtener el acceso a la información, los dispositivos tienen un transmisor que se encarga de recibir los datos del sensor y de enviarlos a un receptor que puede ser, incluso, el propio teléfono móvil.
Los MCG se utilizan cada vez más para evaluar las respuestas de la glucosa a los alimentos en personas sin diabetes, según un estudio de 'Practical Diabetes', y en marzo del año pasado se aprobaron para su compra sin receta en los EE. UU. para este propósito. como refleja el comunicado de la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU (FDA).
La validez del MCG se ha basado en gran medida en comparaciones con mediciones de glucosa en sangre venosa o capilar tomadas en varios momentos a lo largo del día. Actualmente, no está claro si el MCG puede reflejar de manera efectiva las respuestas glucémicas y caracterizar el IG de los alimentos y las bebidas, como demuestra un ensayo de 'American Journal of Clinical Nutrition'.
Dado que el MCG toma muestras del líquido intersticial y estima indirectamente las concentraciones de glucosa en sangre, existen buenas razones para esperar diferencias entre el MCG y las mediciones de glucosa capilar. Como es probable que las concentraciones de glucosa en sangre intersticial y capilar se vean influenciadas por los flujos de glucosa y el flujo sanguíneo (entre otros factores), los diferentes errores del MCG podrían variar según las personas y con diferentes alimentos/bebidas. De hecho, diferentes tipos de dispositvos usados simultáneamente clasifican de manera diferencial las respuestas glucémicas a varios alimentos.
Comprobación
Ahora llega una investigación en 'The American Journal of Clinical Nutrition', de la Universidad de Bath (Eeino Unido), que sugiere que pueden no ser tan precisos como muchos creen. Originalmente diseñados para ayudar a las personas que viven con diabetes a controlar su nivel de azúcar en sangre, estos dispositivos ahora los utilizan las personas preocupadas por su salud para hacer un seguimiento de cómo los diferentes alimentos afectan sus niveles de glucosa.
El estudio, del Centro de Nutrición, Ejercicio y Metabolismo de la Universidad, advierte que los MCG podrían estar sobreestimando los niveles de azúcar en sangre en adultos sanos, lo que lleva a cambios dietéticos innecesarios. La investigación midió las respuestas del azúcar en sangre en voluntarios sanos (no diabéticos, dentro de un rango de IMC saludable) utilizando dos métodos: un MCG (el Abbot Freestyle Libre 2), un dispositivo disponible comercialmente, también proporcionado por los Institutos Nacionales de Salud de Reino Unido y la prueba de punción en el dedo, el estándar de oro.

La investigación tuvo como objetivo evaluar la precisión de los implantables a la hora de medir las respuestas a diversos productos a base de frutas, desde frutas enteras hasta batidos.
Los resultados fueron sorprendentes. El MCG informó sistemáticamente niveles de azúcar en sangre más elevados en comparación con las pruebas de punción en el dedo.
Principales hallazgos
Cuando los participantes consumieron un batido, el MCG Abbott Freestyle Libre 2 sobreestimó el IG en un 30%, informando un IG de 69 (medio) en comparación con el resultado de la prueba tradicional de 53 (bajo).
Los monitores de glucosa en sangre clasificaron erróneamente la fruta entera como un alimento con un índice glucémico medio o alto, mientras que la prueba de punción en el dedo mostró que tenía un índice glucémico bajo. Esto podría llevar a los usuarios a creer erróneamente que la fruta podría causar picos perjudiciales de azúcar en sangre.
Los CGM sobreestimaron el tiempo transcurrido por encima del umbral del nivel de azúcar en sangre recomendado por Diabetes UK en casi un 400%, lo que podría causar una preocupación innecesaria para las personas cuyo nivel de azúcar en sangre está realmente bien controlado.
La investigación también desmintió el mito común de que mezclar frutas en un batido aumenta su índice glucémico. Ya sea que se consuman enteras o licuadas, frutas como manzanas, plátanos, mangos y naranjas tienen un índice glucémico bajo.
En ella se concluye que es poco probable que los dispositivos sean un método válido para determinar si un alimento tiene un IG alto o bajo.
No 'válidos' para personas sanas
El profesor Javier González, del Departamento de Salu de Reino Unido, ha afirmado: "Los MCG son herramientas fantásticas para las personas con diabetes porque, incluso si una medición no es perfectamente precisa, sigue siendo mejor que no tener ninguna medición. Sin embargo, para alguien con un buen control de la glucosa, pueden ser engañosos en función de su rendimiento actual. Para las personas sanas, confiar en los MCG puede dar lugar a restricciones alimentarias innecesarias o a malas elecciones dietéticas. Si desea evaluar su nivel de azúcar en sangre con precisión, los métodos tradicionales siguen siendo el camino a seguir. Queremos identificar mejor las fuentes de error en los MCG para que podamos mejorar su rendimiento en el futuro y realizar investigaciones activas sobre este tema”.
Y ha insistido: ·"La inexactitud de los mismos se puede atribuir a varios factores: los MCG pueden ser imprecisos porque miden la glucosa en el líquido que rodea las células, no directamente en la sangre. Esto puede generar discrepancias debido a factores como demoras en el tiempo, flujo sanguíneo y cómo se desplaza la glucosa entre las diferentes partes del cuerpo".