
Todo sobre la hipocondría en personas mayores y cómo vencerla
Un experto nos desvela las claves para hacer frente a este trastorno de ansiedad común

No se trata de pacientes imaginarios, sino de personas que 'verdaderamente' creen que están enfermas, aunque no sea el caso. Como destaca un estudio de 'Clinical Psychological Review', los trastornos de ansiedad por la salud (p. ej., hipocondría) son prevalentes, pero poco estudiados en adultos mayores. La investigación existente sugiere que la ansiedad por la salud severa tiene una edad de inicio tardía, quizás debido a su coexistencia con afecciones físicas que son más probables de ocurrir con el envejecimiento.
Un factor que influye en todo ello es la soledad. Esta es elevada entre los adultos mayores y se asocia con resultados adversos para la salud y la mortalidad. Además, puede hacer que una persona dirija la atención hacia el interior y se preocupe por los síntomas corporales, lo que posteriormente puede conducir a la ansiedad por la salud. De hecho, los adultos mayores más solitarios pueden tener un sistema de amenaza activado que provoca una mayor intolerancia a la incertidumbre y la ansiedad y, por lo tanto, resulta en una mayor hipocondría, como se documenta en un ensayo de 'Innovation in aging'.
Los trastornos por somatización e hipocondría se han convertido en un problema grave en nuestra sociedad. Según los datos recogidos en el estudio Recomendaciones Terapéuticas en los Trastornos Mentales, uno de cada nueve pacientes que acude a la consulta de médico de familia presenta síntomas propios de la hipocondría. De estas cifras se puede deducir que entre el 15% y el 20% de la población mundial padece este trastorno, unos porcentajes que se habrían agravado a raíz de la actual pandemia del coronavirus.
Para comprender este trastorno y conocer las claves de todo ello entrevistmos a Juan G. Castilla, psicólogo general sanitario y divulgador del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

Juan G. Castilla, psicólogo general sanitario.
Pregunta.- ¿Qué es realmente la hipocondria?
Respuesta.- Es una percepción psicológica en la que una persona tiene una preocupación excesiva y frecuente por su estado de salud, creyendo que podría estar gravemente enfermo, a pesar de no tener pruebas médicas que lo respalden, solo es su percepción. Las personas afectadas suelen interpretar esos síntomas menores o normales que todos podemos tener como señales de enfermedades graves, y esta preocupación le afecta en su vida cotidiana.
Es una forma de trastorno de ansiedad (que detrás está el miedo a la muerte), y quienes lo padecen suelen buscar constantes garantías médicas de lo que le pasa, realizar muchas consultas o, en algunos casos (los menos) evitar a los médicos por temor a descubrir esa enfermedad que siente tener.
P.- ¿Por qué las personas mayores son más vulnerables a sufrirla?
R.- No es que sean más vulnerables, ya que ocurre en todas las etapas de la vida, pero sí que es cierto que es una fase en donde se producen muchas cambios fisiológicos debido a cambios naturales asociados con el envejecimiento. También se producen eventos como la jubilación o pérdida de seres queridos, que hacen que se tenga más tiempo para pensar y 'sentir' síntomas, y que el concepto 'muerte' adquiere mayor protagonismo que en otras etapas de la vida. Un buen apoyo emocional y social, una buena relación con los profesionales médicos ayuda a manejar estas cambios en la vida, y si la situación hipocondríaca afecta a la calidad de vida sería muy recomendable la terapia psicológica para manejar de forma eficaz esta situación.
P.- ¿Cuál es el perfil de las personas mayores adultas con el trastorno?
R.- Las personas mayores con hipocondría suelen compartir ciertos rasgos y experiencias que pueden influir en el desarrollo del trastorno:
- Mayor vulnerabilidad emocional: la soledad no deseada, pérdida de seres queridos o de las relaciones sociales pueden intensificar la preocupación por la salud.
- Cambios fisiológicos asociados a la edad: los achaques al hacernos mayores o las enfermedades comunes en esta etapa pueden ser interpretados o percibirse como señales de enfermedades graves.
- Historia personal o familiar: haber vivido experiencias traumáticas relacionadas con enfermedades en el pasado puede aumentar la sensibilidad hacia los síntomas.
- Rigidez mental o inflexibilidad de pensamiento: incluso teniendo pruebas médicas que descartar enfermedades, les cuesta cambiar de opinión sobre su estado de salud.
- Aumento en la frecuencia de visitas médicas: la necesidad de chequeos frecuentes puede reforzar la atención excesiva a los síntomas corporales.
Todos estos factores pueden combinarse para crear un ciclo de preocupación constante.
P.- ¿Existen desencadenantes?
R.- Sí, hay varios factores que podrían actuar como desencadenantes de la hipocondría, especialmente en personas mayores, algunos ya comentados anteriormente.
- Cambios fisiológicos: dolencias menores, achaques o síntomas relacionados con el envejecimiento pueden ser interpretados como señales de una enfermedad grave, intensificando la preocupación.
- Pérdida de seres queridos: el duelo o la experiencia de ver a alguien cercano sufrir una enfermedad puede generar una atención excesiva a la propia salud.
- Eventos estresantes: problemas familiares, económicos o sociales pueden aumentar la ansiedad y la obsesión por los síntomas físicos.
- Fácil acceso a información médica: la sobreexposición a contenidos relacionados con enfermedades, especialmente en Internet, puede aumentar la preocupación.
- Más visitas a médicas o especialistas: consultas rutinarias que revelan hallazgos menores pueden ser malinterpretadas como algo grave.
Estos desencadenantes varían de persona a persona, pero suelen alimentar un círculo de ansiedad que refuerza el trastorno hipocondríaco.
P.- ¿Cómo desde atención primaria se puede detectar el trastorno?
R.- Los profesionales de atención primaria, están capacitados y formados para identificar síntomas relacionados con trastornos de ansiedad, incluida la hipocondría. La atención primaria es clave porque sabemos que es el primer punto de contacto con el sistema sanitario, lo que permite una detección temprana y un manejo adecuado Suele ir acompañado de otros síntomas, como la ansiedad, TOC, ataques de pánico, depresión y ese miedo a la muerte provoca somatizaciones en la persona que sufre hipocondria .
P.- ¿Cómo se diagnostica en adultos mayores?
R.- Como en otro tipo de enfermedades, pero al tener el componente de percepción de síntomas, hay que descartar las patologías más graves. Ea importante por ello tener en cuenta:
1. Historia clínica detallada: se recopila información detallada sobre los síntomas, preocupaciones de salud y antecedentes médicos del paciente.
2. Evaluación psicológica: se utilizan entrevistas y cuestionarios para identificar patrones de pensamiento obsesivo y ansiedad relacionados con la salud.
3. Descartar enfermedades físicas: es fundamental realizar pruebas médicas para asegurarse de que no haya una causa física subyacente a los síntomas.
4. Colaboración-derivación con otros profesionales: en algunos casos, se derivan a psicólogos o psiquiatras para confirmar el diagnóstico y planificar un tratamiento terapéutico.
P.- ¿Cómo es el tratamiento?
R.- Según la intensidad o gravedad de los síntomas se podrán tratar con medicamentos (ansioliticos o antidepresivos o similares) y lo ideal sería complementarlo con terapia psicológica para manejar los pensamientos e ideas asociadas a la hipocondria o la Salud, y comportamientos relacionados con esos episodios de ansiedad que produce el cuadro hipocondríaco. El tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales de cada persona que lo sufre, porque no hay dos casos iguales.
P.- ¿Qué 'pueden' hacer los pacientes por ellos mismos para aliviar el problema?
R.- Los pacientes pueden tomar medidas activas para aliviar los síntomas de la hipocondría y mejorar su bienestar general. Aquí hay algunas sugerencias útiles:
- Apoyo psicológico: una buena terapia psicológica mejorará nuestra calidad de vida y nuestra saludo.
- Técnicas de relajación: cómo podrían ser el mindfulness, respiración profunda, yoga o meditación para reducir la ansiedad y manejar mejor los síntomas y los pensamientos.
- Autocuidado: Crear o mantener un estilo de vida saludable: alimentación equilibrada, sueño adecuado y ejercicio físico regular. También crear unas rutinas diarias para reducir la sensación de descontrol y de mucho tiempo libre.
- Buscar actividades que les mantengan ocupados y distraídos de las preocupaciones, como serían sus hobbies, hacer voluntariado o incrementar las tareas creativas. Cuidar o crear una red social de amigos-vecinos, familiares o aficiones compartidas
- Todas estas prácticas ayudan a fortalecer la autoestima, mejorar los momentos de felicidad y tener más resiliencia y les permiten manejar mejor las preocupaciones relacionadas con la hipocondría.