Carolina Madroñal Machero
Longevidad saludable
Valentín Fuster: "Para que el corazón funcione, utiliza tu cerebro"
"Cuando hablamos de IA tiemblo; está muy bien, pero los humanos no somos robots"
El cardiólogo Valentín Fuster, director general del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Fuster Heart Hospital de Nueva York, y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de Madrid, recomienda en una entrevista con Europa Press Salud que para cuidar del corazón, para que éste funcione, se debe utilizar el cerebro.
"Para que el corazón funcione, utiliza tu cerebro. Para saber cómo controlar la salud y dentro de ésta, cómo cuidar el corazón, la repuesta es que es una decisión del cerebro. Es decir, muchas veces, los periodistas me preguntan la fórmula para cuidarme y para que el corazón no falle, y la contestación es clara, el cerebro", subraya este cardiólogo.
Tal y como justifica, "todo el mundo sabe qué es lo que daña el corazón", citando al tabaquismo, al colesterol elevado, a la obesidad, a la falta de ejercicio, y a la hipertensión arterial fundamentalmente. "Pero cada uno toma la decisión de si la salud es una prioridad o no en su vida", insiste Fuster.
Preguntado sobre si la salud de nuestro cerebro, la salud mental, afecta al cerebro, advierte de que "los mismos factores de riesgo que empiezan a afectar al corazón y a las arterias también lo hacen al cerebro de forma temprana", si bien matiza que "las manifestaciones de una hipertensión arterial, o de un colesterol o de una diabetes no cuidada, también afectan al cerebro, aunque "mucho más tarde". "Los mismos factores de riesgo de la enfermedad cardiaca afectan al cerebro, y si cuidamos al cerebro, si cuidamos esos factores de riesgo, también lo haremos para la enfermedad cardíaca", destaca.
La salud cardiovascular, primera causa de muerte
Por otro lado, este experto internacional pone de relieve una paradoja sobre la que se muestra preocupado y es que, tal y como indica, "la mortalidad cardiovascular está aumentando desde 2012, al mismo tiempo que lo hace la tecnología.
"Me pregunto cómo es posible el hecho de que, con tantos avances tecnológicos, la mortalidad cardiovascular esté aumentando. La respuesta es que a pesar de la tecnología, el mundo del consumo es más potente que lo que podamos prevenir con o sin tecnología", subraya.
A su juicio, ante este escenario, es fundamental insistir en la educación de los niños, en sentar unas bases de hábitos y de un estilo de vida saludable desde las escuelas cuando son pequeños. "Los niños son el grupo más importante con el que impulsar la educación de una vida saludable", mantiene Valentín Fuster.
De hecho, en el libro comenta que después de tanto saños dedicado a la investigación de las enfermedades cardiovasculares, "el infarto de miocardio que se padece de adultos se empieza a gestar desde la infancia", con esa instauración de unos hábitos saludables que permanecerán en el adulto.
"El infarto realmente empieza a gestarse a los 30 años, pero hasta entonces tenemos un periodo fundamental para la educación. Realmente, la enfermedad en sí misma, de manera no aparente, empieza a los 30 años, y luego el infarto viene a los 50-60 años. Es decir, lo importante es que hay una edad muy fértil, que son los primeros años de la vida, donde tenemos la oportunidad de tener el impacto en esa vida saludable para cuidar del corazón", resalta.
Herramientas para cuidar de nuestro corazón
Al hilo del consejo inicial de utilizar el cerebro para cuidar del corazón el doctor Fuster menciona que es necesario fijarse en cuáles son los factores de riesgo cardiovascular, y por los que hay que cuidarse, desde una temprana edad: "Físicos, la obesidad y la presión arterial; después, dos son químicos, el colesterol elevado y la diabetes; mientras que tres son de conducta, el fumar, el no hacer ejercicio, y el comer mal, aparte de la obesidad; seguido de dormir poco o dormir intermitentemente". La población debe saber que si no existen estos factores la posibilidad de tener un infarto cerebral o de miocardio a una edad temprana es muy raro, según revela el cardiólogo. "Una vez esto se sabe, lo importante es decidir si te cuidas o no", afirma.
Este cardiólogo remarca que la clave en muchos casos se encuentra en el estilo de vida de las personas, pero especialmente en su dieta: "Los españoles son iguales que los suecos. Aunque se hable de que somos diferentes, hay muy poca distinción. Sí es verdad que hay países como España, o en Escocia, donde se vive más tiempo, pero hay que mirar la alimentación de estos países. No hay ninguna diversidad importante por la que los españoles seamos especiales. No lo somos, pero aquí el tipo de dieta es más sana, que la que tienen en otros países del norte de Europa".
Es más, remarca el director del CNIC de que en una unidad de cuidados intensivos si llegan dos personas con un infarto de miocardio, siendo uno el presidente de un país, y el otro una persona sin hogar, a efectos de enfermedad ambos son iguales.
"Todos los humanos somos iguales en el momento en el que entramos en la enfermedad", subraya. Su último libro publicado se titula precisamente 'Siempre adelante', y tal y como confiesa esto es en parte porque en Estados Unidos le conocen como 'Mr Move on' (Señor, venga, adelante), una calificación que se ha convertido en parte en su lema porque, según insiste, "la vida está llena de obstáculos", "hay muchos fracasos personales y decepciones en la vida", y está en la mano de cada uno el cómo afrontarlo, un mensaje que quiere transmitir a los más jóvenes con su último manual.
¿El corazón es el órgano más importante del cuerpo?
Este investigador español de renombre internacional precisamente acaba de publicar 'Siempre adelante' (Libros Cúpula). En este manual reseña la importancia de este órgano que "no responde a una simple musculatura que se limita a contraerse", sino que responde a "una obra maestra de la ingeniería".
"El cerebro y el corazón son importantes, pero hay una diferencia: el cerebro no se mueve, pero el corazón sí. En cierta manera, el corazón es complejo y es muy interesante una pregunta que no sabemos contestar, 'cómo es posible que un corazón que cada segundo late pueda durar tantos años'", advierte.
Admite así el doctor Fuster que a pesar de ser cardiólogo y de llevar más de 50 años estudiando a este órgano, actualmente sigue sin poder resolver esta cuestión: "Considero que el corazón es un órgano extraordinariamente extraordinario. Es perfecto. El cerebro también es perfecto, pero sabemos menos, el cerebro nos da lugar al pensamiento y al habla, pero el corazón cómo se mueve y cómo se puede haber llegado a este estado de tantos años latiendo y que no se deteriore, excepto cuando lo deterioramos nosotros con nuestra conducta, con nuestro estilo de vida; es una pregunta que no podemos contestar".
Es más, sostiene este investigador español que una de las principales cuestiones todavía pendientes de dilucidar es que, a pesar de carecer esa capacidad de regenerarse cuando hay daño, como sí la tienen otros órganos, el corazón sigue siendo perfecto y late y durante mucho tiempo. "Esto también es parte de la perfección. El corazón falla como todo, pero lo importante es que funciona durante muchísimos años funciona de una manera perfecta", añade.
Inteligencia Artificial
Cuando se introduce el tema de la Inteligencia Artificial, el cardiólogo confiesa temblar, porque, "aunque está muy bien", los humanos no son robots y teme que se esté perdiendo el contacto con el paciente.
"La Inteligencia Artificial va a ser muy importante en Medicina, para el diagnóstico y los tratamientos, pero no puede sustituir esa relación cercana entre el médico y el paciente. Cuando hablamos de IA yo tiemblo, porque está muy bien por una parte, pero los humanos no somos robots", subraya.
A su juicio, "la observación clínica o médica del paciente, a todas luces fundamental, se está perdiendo a muchos niveles" y lamenta que "una alta proporción de médicos jóvenes ya no suelen sentarse frente al enfermo y hablar con él, mirarlo e intentar obtener una imagen global de la persona que tiene delante, sino que se enzarzan en realizar un sinfín de pruebas usando las potentes tecnologías que tenemos a nuestro alcance".
De hecho, este investigador de renombre internacional reconoce que "es un problema" el hecho de que los médicos jóvenes, con tanto conocimiento de las nuevas tecnologías, se hayan olvidado de que "el 50% de lo que se ve en un enfermo cardiaco con unos síntomas determinados, tiene detrás una parte psicológica importantísima".
Cuenta que realizó un estudio con el psiquiatra Luis Rojas Marcos en el que se verificaba cómo en 20 pacientes cardiacos, el 50% tenía una parte psicológica importante detrás: "El problema es que no hay tiempo de entrar en el paciente, y la gente joven se mueve con las computadoras y con los datos, pero no con tiempo para hablar con el paciente para saber qué le pasa y por qué".
La medicina del futuro
Es una realidad, tal y como justifica el doctor Fuster, e insiste que desde Nueva York trabaja "mucho" para cambiarlo en las guías de atención a los pacientes. "Pero todo el péndulo se mueve de un sitio a otro, y la Medicina se va a mover a una medicina en casa, donde se mirarán todos los aspectos de la salud y se transmitirán a una central. Entonces, el médico o sistema de salud visitará al enfermo a su casa, tendrá mucha importancia psicológica, y tal vez sea el contrapunto de una medicina nueva, que no es medicina de urgencia, pero que se hará a un nivel familiar. Es el futuro", vaticina el director del CNIC. Pero en el libro lamenta que en España sigue existiendo una dicotomía entre la investigación clínica o aplicada al paciente, y la básica, donde muchos investigadores permanecen recluidos en sus laboratorios sin tener contacto con los pacientes.
El doctor Fuster, preguntado por esta cuestión, subraya que el CNIC precisamente intenta resolver esa dicotomía, y facilitar una comunicación fluida entre las dos áreas. Después, señala, habría un segundo aspecto, que es la medicina de investigación público-privada, que no existía en España: "El CNIC es un centro público del estado, y al mismo tiempo, es un centro donde tenemos un soporte económico para la educación de gente joven que quieran ser investigadores y tener la investigación más moderna. Esto es el CNIC".
En España hay talento investigador
Aquí reivindica el doctor Fuster que España es un "país de personas con mucho talento investigador", y que esta institución científica trata de sacarlo a adelante, y dar la posibilidad a estas personas de trabajar en Ciencia.
"España es un país con mucho talento, contrario a lo que mucha gente piensa, y con el CNIC hemos intentado tomar ventaja, intentar unir la Medicina básica y la clínica, y hacer una empresa público-privada; y ahí está el éxito, un sistema en el que no es fácil de entrar, pero sí lo hacen quienes tienen talento para la investigación, con lo cual no puede entrar cualquiera", mantiene Valentín Fuster.