Pese a ser el tumor más agresivo, porque cuando da la cara en el 80% de los casos, ya ha causado metástasis, sigue siendo el gran desconocido. Preocupa, y mucho, a la comunidad científica que mientras que las cifras de la enfermedad están aumentando en personas de mediana edad o menos, la mayoría sigue creyendo que el cáncer de páncreas afecta solo a las personas bien entradas en años y qué pueden hacer para reducir su riesgo de padecerlo.
Así se deduce de una reciente encuesta del Centro Oncológico Integral de la Universidad Estatal de Ohio – Hospital Oncológico Arthur G. James y el Instituto de Investigación Richard J. Solove. En ella (1.004 participantes) se preguntó a los encuestados sobre los factores de riesgo del cáncer de páncreas. Más de la mitad (53%) de los adultos menores de 50 años dijeron que no reconocerían los primeros signos o síntomas de la enfermedad, y más de un tercio (37%) creen que no hay nada que puedan hacer para cambiar su riesgo de sufrirlo. Más de un tercio (33%) también opina que solo los adultos mayores corren riesgo.
Por otro lado, la Sociedad Americana del Cáncer (ACS, de sus siglas en inglés) estima que solo el 10% de los cánceres de páncreas están relacionados con el riesgo hereditario (marcadores genéticos que se transmiten de generación en generación), incluidos los genes BRCA, el síndrome de Lynch y otros.
Los investigadores de James están realizando estudios para identificar formas de detectar los signos tempranos de esta neoplasia, incluidas formas mínimamente invasivas de detección de quistes pancreáticos, y para comprender el papel de la diabetes y la pancreatitis crónica en el riesgo de cáncer de páncreas. Sin embargo, hasta que la ciencia proporcione más respuestas, se deben tomar medidas para cambiar los factores del estilo de vida (especialmente mantener un peso saludable) y comprender los antecedentes familiares porque son clave para la reducción del riesgo.
En España
65YMÁS ha querido 'trasladar' este informe a España y para ello ha entrevistado al Dr. Juan Carlos Meneu. Es cirujano, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Jefe de Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Ruber Juan Bravo (Quironsalud), Catedrático de Cirugía General y del Aparato Digestivo de la Universidad Europea, Director Médico en Oncocir y Director de la Unidad de Cirugía Hepática-Biliar-Pancreática, Cirugía Oncológica en el complejo hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid.
Pregunta.- ¿Qué opina de los resultados de esta encuesta? ¿Sucede lo mismo en España?
Respuesta.- Creo que los resultados ilustran correctamente varios aspectos en relación al cáncer de páncreas, aplicables a nuestro medio. Por un lado, el grado de desconocimiento de esta realidad epidemiológica entre nuestros pacientes y, por otro lado, el impacto real de un diagnóstico de cáncer de páncreas.
Hemos de recordar que el riesgo de padecer un cáncer de páncreas a lo largo de la vida (hasta los 85 años) es de 1/64 (es decir, un riesgo del 1,6%) y que la enfermedad es la cuarta causa principal de muerte por cáncer en el mundo occidental. Es más, se prevé que aumente hasta convertirse en la segunda causa principal para 2030.
Su incidencia (número de casos nuevos en un año) también está creciendo, a un ritmo de un 6% de incremento anual. Y este aumento en mayor en la población más joven (< 55 años), y más aún en las mujeres. Esto es resultado del envejecimiento de la población, de la exposición a factores de riesgo, de la presencia de hábitos de vida poco saludables, y de los programas de diagnóstico precoz de lesiones premalignas que, inevitablemente, aumenta la incidencia alelevar los casos diagnosticados.
P.- ¿Se debería hacer más divulgación de esta neoplasia para detectarla precozmente en nuestro país?
R.- Sin duda, una información y educación sanitaria adecuadas son imprescindibles. Sobre todo, para prevenir evitando los factores de riesgo modificables.
P.- ¿Cuál es la incidencia y la supervivencia?
R.- En España se diagnostican anualmente alrededor de 6.000 casos nuevos, una tasa similar a la de los países occidentales. Y podemos decir que su pronóstico, globalmente, es sombrío, ya que la tasa de supervivencia a 5 años es inferior al 10%.
Dr. Juan Carlos Meneu
La supervivencia, no obstante, es muy dependiente de la precocidad del diagnóstico, de la valoración adecuada multidisciplinar y de la instauración de un plan de tratamiento adecuado, en el que se pueda incluir la cirugía de extirpación. Desafortunadamente, apenas el 20% de los casos diagnosticados, se presentan sin enfermedad diseminada (metástasis), lo que condiciona la supervivencia. Es por ello que el diagnóstico precoz, la instauración de medidas preventivas, mejorar las condiciones físicas de los pacientes (pre-habilitación), para que puedan ser operados, que reciban el tratamiento adyuvante y que sean valorados en un comité de tumores, es primordial para mejorar la supervivencia.
P.- ¿Cuáles son los factores de riesgo?
R.- Son bien conocidos, y se dividen en dos grupos:
Modificables: Tabaco, alcohol, el tipo de dieta, la obesidad, la infección por H. Pylori, la pancreatitis crónica, las lesiones premalignas (neoplasia mucinosa papilar intraductal, NMPI) y los factores socioeconómicos.
Inmodificables: La edad, la etnia, el grupo sanguíneo, la microbiota, los antecedentes familiares y la diabetes mellitus.
P.- ¿Qué medios tenemos para su detección precoz?
R.- Los programas de vigilancia y detección precoz en la población general (con un riesgo del 1,6%) no existen, pero sí los hay en las personas de riesgo (al menos cn un 5% de riesgo). Los programas de vigilancia en Europa y EEUU informan de tasas de supervivencia a los 5 años en pacientes con un cáncer de páncreas asintomático detectado mediante cribado que son mayores en comparación con el promedio (25% y 60% respectivamente). Estas tasas a largo plazo prolongadas no son atribuibles al sesgo de anticipación, sino que parecen reflejar los beneficios combinados de la cirugía para la enfermedad en etapa más temprana, con terapia adyuvante en pacientes con mejor estado funcional.
Cabe destacar que se han realizado estudios acumulativos para mejorar la tasa de detección con diferentes métodos de imagen y la precisión diagnóstica de la aspiración con aguja fina guiada por ecografía endoscópica (EUS-FNA), que es el 'estándar de oro' para el diagnóstico del cáncer de páncreas. Además, actualmente no existen biomarcadores con suficiente sensibilidad y especificidad para su diagnóstico que se puedan aplicar en la clínica. Como el único biomarcador sérico aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EEUU (FDA), no se recomienda su uso en la detección temprana del cáncer de páncreas debido a su especificidad limitada.
Recientemente, un número cada vez mayor de estudios se centró en el descubrimiento de nuevos biomarcadores séricos y en la exploración de su combinación con CA19-9 en la detección del cáncer de páncreas. Además, la aplicación de la biopsia líquida que involucra células tumorales circulantes (CTC), ADN tumoral circulante (ctDNA), microARN (miARN) y exosomas en sangre y biomarcadores en orina y saliva en el diagnóstico del cáncer de páncreas están atrayendo cada vez más atención.
Además, se han probado muchas tecnologías innovadoras, como la inteligencia artificial, los sistemas de diagnóstico asistidos por ordenador, la tecnología metabolómica, las tecnologías asociadas a la espectrometría de movilidad iónica (IMS) y los nuevos nanomateriales, para su diagnóstico precoz y han mostrado perspectivas prometedoras.
P.- ¿Qué tratamientos existen?
R.- La mejor opción para curar el cáncer de páncreas implica una combinación de resección completa (cirugía tradicional, laparoscópica estándar o laparoscópica asistida por sistema robótico) y quimioterapia/farmacoterapia sistémica con múltiples agentes.
Los resultados quirúrgicos han mejorado en las últimas dos décadas, en gran medida debido a una mayor experiencia quirúrgica en centros de mayor volumen y a que más pacientes son considerados adecuados para la resección gracias a técnicas quirúrgicas agresivas que incluyen resección y reconstrucción vascular.
P.- ¿Qué novedades nos esperan?
P.- Es de esperar el desarrollo de más sofisticados biomarcadores para el diagnóstico precoz en las poblaciones de riesgo e, incluso, en la general que conlleven un tratamiento precoz en el que la cirugía mínimamente invasiva jugará un papel muy relevante. Los avances en terapias sistémicas, (moleculares, inmunoterapia) y locales (radioterapia 'quirúrgica'), serán de gran ayuda.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.